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BALUARTE DE LA CONCEPCIÓN DE MELILLA, ESPAÑA
 
Directorio:

Baluarte de la Concepción en Melilla

   
 

La antigua ciudad amurallada de Melilla que constituye el primer asentamiento fortificado español en África.

Comenzamos la visita atravesando la puerta de la Marina. Con toda probabilidad el origen de la Puerta de Mar se deba a las trazas del maestre Francisco Ramiro López, aragonés a quien se deberá también la construcción de la fortaleza de Salses (Francia), la de Collioure o la de Melilla a comienzos del siglo XVI, siendo un ejemplo renacentista de la transición entre el castillo fortificado medieval y la moderna fortificación abaluartada. La puerta situada en el frente sur de la “Villa Nueva” de “Melilla la Vieja ”, tiene dispuesto a sus pies el principal desembarcadero de la plaza, comunicando mediante un túnel los almacenes, los aljibes, la maestranza y demás elementos de la fortaleza.

Estas murallas conocidas como “Frente de la Marina ” es el que más transformaciones ha sufrido a lo largo del tiempo, alzándose para proteger el agua de los aljibes que se hallaba tras de si. Destacar la existencia del primer puerto de Melilla en 1783, que se construyó tras reformar el desembarcadero.

Años después se reformó la Puerta de la Marina (1794-96) para conseguir la estructura actual, de sobrio clasicismo, adintelada con un escudo real español reducido a la moda del siglo XVIII. La puerta disponía de un foso que fue anulado una vez que perdió su funcionalidad bélica y reemplazada por una escalera lateral.

Llegamos a la puerta de Santiago constituye la parte más antigua que se conserva de la ciudad de Melilla, nos permite disfrutar del rincón del arte gótico. Atravesándolo llegamos a la llamada capilla de Santiago era utilizada como un humilladero para dar gracias a Dios.

Esta parcialmente reconstruida en 1958 porque fue muy dañada en el terremoto de 1608, la construcción obedece a un buen trabajo de los canteros, seguramente traídos especialmente hasta aquí para ejecutar este fino trabajo. Su función es de servir de primer y último espacio religioso antes de salir por la Puerta de Santa Ana. En el interior de una hornacina con arco gótico se puede ver el relieve del apóstol Santiago, quizás era considerado como la liberación de los males tan próximos como era dar muerte a los moros y los infieles, aunque la figura no refleja la lucha contra ningún infiel más bien parece que está luchando contra la figura de un dragón.

Sobre la bóveda se ven arcos de terceletes, corresponden con el gótico tardío. Este tipo de bóvedas son un paso más en la complejidad constructiva entre las bóvedas de crucería del gótico inicial y pleno y las bóvedas de ligadura y bóvedas estrelladas, de tracería compleja, llegando a extremos de sofisticación en las bóvedas de abanico y las bóvedas pinjantes.

Desde la Plaza de Armas entre al primer recinto fortificado, ya que custodian el túnel de Santiago desde la Plaza de la Avanzadilla hay dos figuras Lanceros de Estopiñan que representan al primer ejercito de melillenses del siglo XVI que durante siglos han defendido la plaza de Melilla.

En la plaza de Armas se encuentran los Almacenes de Peñuelas, en la actualidad es la sede del Museo Etnográfico de las Culturas Amazigh y Sefardí. Es un edificio construido en 1781 bajo el reinado de Carlos III y durante el mandato del gobernador Antonio Manso, constituida unos de los recintos más importantes de la ciudad, ya que en ellos se guardaban todos los productos que llegaban desde la Península y además también servían de refugio en caso de bombardeo, gracias a sus seis sólidas bóvedas a prueba de bombas.

La fortaleza melillense desde 1497 venía siendo utilizada como lugar de confinamiento de presos comunes desde fecha no bien determinada, aunque funcionaba como tal al menos desde mediados del siglo XVIII. La Ordenanza General de los Presidios del Reino, de 1834, establecida por Javier de Burgos, distinguió entre las diferentes categorías de los presidios:

a los de África (Ceuta, Melilla y los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera ) eran enviados los condenados a más de ocho años de prisión. A partir de mediados del siglo XIX, Melilla contempla la posibilidad de pasar de ser una fortaleza a convertirse en una ciudad con marcado carácter comercial. El Tratado de Límites de 1860 con el que se ratificaron los límites fronterizos actuales de la Ciudad de Melilla mediante firma, por la Reina de España y el Sultán de Marruecos en 1.862, y el estatuto de Puerto Franco (1862) son los dos hechos más importantes del siglo XIX que propician, a partir de 1863, la llegada de los primeros judíos procedentes de Tetuán, para activar el desarrollo mercantil. Medio siglo después, con la llegada de judíos de la zona central de Marruecos, el número de avecindados hebreos sobrepasa el millar y medio, y la nueva dinámica comercial forma parte del signo de identidad genuinamente melillense.

El Tratado de Límites dice: S.M. el Rey de Marruecos, conviene en ceder a S.M. Católica en pleno dominio y soberanía el territorio próximo a la plaza española de Melilla hasta los puntos más adecuados para la defensa y tranquilidad de aquel presidio.

Los límites de esta concesión se trazarán por Ingenieros españoles y marroquíes. Tomarán estos por base de sus operaciones para determinar la extensión de dichos límites el alcance del tiro del cañón de 24 de los antiguamente conocidos.

El actual trazado de los límites de la ciudad de Melilla se desarrolla de forma general, de unir mediante líneas rectas el lugar dónde cayeron los disparos efectuados por una pieza de artillería de 24 libras, denominada “El Caminante”, efectuados desde el antiguo fuerte de Victoria Chica, ubicado en las cercanías del actual Parador Nacional de Melilla.

Entre los objetos expuestos Sefardíes en el museo hay una vitrina donde se puede contemplar la Mezuzá , representa el rollo de pergamino manuscrito que contiene un pasaje bíblico declarando la unicidad de Dios, rodeado por diversas cajitas que la contienen y que sirven para colocarla sobre el marco de la puerta. La Mezuzá es también un símbolo de protección sobre la casa y sus habitantes. La Torá también promete que cualquier persona que observa cuidadosamente la Mezuzá vivirá una vida más larga y rica, junto a sus hijos: “De modo que prolonguéis vuestros días y los días de vuestros hijos…”

Además, se muestra tres amuletos sefardíes con grabados e inscripciones, y dos mosaicos de piedra con decoración hebrea en color verde.

En un lugar destacado del museo se halla la llamada silla del profeta Elías de o de la circuncisión, consiste en una butaca de patas alargadas en la que tomará asiento el miembro más representativo de la familia (por lo general uno de los abuelos), y sostendrá en su regazo al bebé durante la operación que va a realizar el practicante.

En otra vitrina se puede ver el shofar son unos cuernos de carnero curvos o de cabra montés que es recto. Los cuernos de vaca o toro (keren) no están permitidos para esta fiesta Rosh Hashaná. El principal precepto de la festividad de Rosh Hashaná (el año nuevo judío), es el toque del shofar o "Día de Teruá", siendo éste el nombre de uno de los toques que se realizan con el cuerno.

Más adelante podemos ver una vitrina dedicada al Shabbat, corresponde al día señalado por Dios para el descanso, simboliza la pervivencia de un ritual que proviene del inicio de los tiempos del judaísmo. La fiesta semanal comienza cuando luce la primera estrella en el atardecer de cada viernes, y se prolonga hasta la aparición de la primera estrella de la tarde del sábado. Durante estas 24 horas, el judío se abstendrá de realizar actos que impliquen esfuerzo físico notorio o relacionado con el trabajo, además de otras actividades que, según variados criterios, incumplen la regla instituida hace milenios.

En otra vitrina podemos ver varios de los artículos utilizados en las bodas sefardíes. Aunque el ritual de la boda varía según la zona de procedencia e incluye equivalentes a la pedida de mano, despedida de solteros. Aunque se reviste de especial significado el día en que la novia luce el traje de paños o traje berberisco. Con sus treinta kilos de peso y sus bordados en oro, el atuendo de la novia para ese día se convierte en un homenaje a las tradiciones de esta cultura.

Las condiciones de la unión matrimonial (incluyendo el caso de divorcio), quedan reflejadas en un documento conocido como Ketubá, en el que se hace mención expresa (en el ritual sefardí) a los usos y costumbres de los reyes de Castilla. El final de la ceremonia contempla la rotura de una copa o un vaso por parte del novio, gesto que simboliza el dolor por la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 de esta era.

El aspecto más destacado de la boda es la firma del contrato entre la pareja de judíos, todos más o menos indican lo mismo al que ahora exponemos:

En el día 1 de la semana, el 10 del mes Kislev, año 5686 de la creación del mundo en la cuenta en la que nos encontramos, aquí, en la ciudad y el país, atestiguamos que el novio, mozo bueno y agradable, el señor tal hijo del señor cual dijo a la buena moza la señora tal hija del señor cual. Sé mi esposa de acuerdo a la religión de Moisés e Israel, y con gusto te honraré, apreciaré, mantendré y soportaré en la manera de los hijos de Israel que honran, aprecian, mantienen y soportan como es apto a sus mujeres.

Y te daré tu precio de novia 100 zuz plata aptos para ti, y tu alimento y ropas y voy a satisfacer tus necesidades y viviré contigo una vida de familia en el modo del país.

Y la señora cual, la novia, accedió y se convirtió en su esposa. Y esta es la dote que le trajo a él, ya sea en plata, oro, joyas, ropas o utensilios, 5.000 pesos oro y este novio aceptó.

Y el novio accedió a aportar por su lado 555 pesos oro sumando un total de 5.555 pesos oro de dote.

Y el novio dijo lo siguiente: la responsabilidad del contrato de esta Ketubah, la dote y la adición, la acepto yo mismo y en nombre de mis herederos pagaré de las mejores de mis posesiones y propiedades que tengo en este mundo, que compré y que compraré en el futuro, posesiones que vengan con responsabilidades, como bienes raíces, y que no vengan con responsabilidades como propiedades móviles, todas serán sujetas y avales para hacer valer el contrato de esta Ketubah, esta dote y la adición que el novio se comprometió a aportar, e incluso de la capa que llevo en mis hombros, en mi vida así como después de ella, de ahora a la eternidad.

Y la responsabilidad y el sujeto de esta Ketubah, esta dote y la adición que el novio prometió como el sujeto de todos los contratos y adiciones que son de la costumbre de las mozas judías, hecho en la forma indicada por nuestros sabios, que su memoria sea la bendición, hecho en pleno conocimiento y completa intención, y no puede ser cancelado.

Las condiciones que acordaron el novio y la novia son las condiciones que él no se casará con otra mujer mientras viva y no después de haber vivido en conjunto diez años seguidos y no haber dado a luz y no la expulsará sin su consentimiento o su deseo o el consentimiento del juzgado rabínico y sin conllevarla a perdonar ninguna suma de las sumas de la Ketubah ni ninguna de las condiciones de la Ketubah y si él enfermara tampoco le perdonará nada y la herencia será dividida en mitades y las propiedades mediadas por un mediador. El novio tal también jura y da su acuerdo al cumplimiento de todo lo escrito sobre él y todo lo escrito arriba.

Y todo claro y fuerte y claro y verdadero y cierto y existente

Al calce: Firmas de dos testigos y contrayentes.

El Talmud es una obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas.

Existen dos conocidas versiones del Talmud: el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushálmi), que se redactó en la entonces recién creada provincia romana llamada Philistea (o Palestina), y el Talmud de Babilonia (Talmud Bávli), que fue redactado en la región de Babilonia, en Mesopotamia. Ambas versiones fueron redactadas a lo largo de muchos siglos por generaciones de eruditos provenientes de muchas academias rabínicas establecidas desde la Antigüedad.

Para el judaísmo son importantes tanto la tradición oral como la tradición escrita. Conocidos como la Ley Escrita , la Torá y el Talmud, tienen su origen último en tradiciones orales. Habiendo sido compilados, redactados y escritos, conforman la tradición escrita del judaísmo, si bien varios conceptos expresados en el Talmud de un modo evidente provienen de hagadot y midrashim, es decir, relatos y narraciones propios de la tradición oral hebrea.

El Talmud extiende, discute, cuestiona, explica y complementa al Tanaj, pero no puede, por definición, contradecir a la parte más importante o esencia de la misma, a la Torá

En otra de la salas podemos ver la exposición que nos muestra la Cultura Amazigh , es un término bereber que identifica a los pobladores del África septentrional, desde los desiertos de Egipto al océano Atlántico, y desde las costas del Mediterráneo al interior del Sahara. Sus antepasados más antiguos se establecieron en este espacio y son muchos los testimonios en textos griegos, romanos y fenicios que hacen mención de este antiguo pueblo.

Bereber es un nombre genérico dado a numerosos y heterogéneos grupos étnicos que comparten prácticas culturales, políticas y económicas similares. Los bereberes (imazighen) y su idioma, el tamazight, habitaron todo el norte africano desde los primeros tiempos de la historia.

La sociedad bereber está basada en la tribu, afirmaba descender de un ancestro particular que la subdividía de acuerdo a criterios genealógicos. Buena parte de la estructura tribal es mítica pero muy similar a la de los árabes, quienes permitieron la fusión de ambos sistemas. El fenómeno de la tribu o confederación de tribus se funda en el principio de ayuda común: la lealtad, el respeto a la palabra dada, a los compromisos o a los códigos morales, el coraje, la generosidad o la hospitalidad son valores que están muy arraigados.

Los bereberes eran en su mayoría no cristianos y, aunque había entre ellos bastantes judíos, seguían en general formas propias de una religión animista. En los últimos decenios del siglo VII, los ejércitos musulmanes se adentraron en el África noroccidental. Aunque no les fue fácil romper la resistencia bereber, lentamente los líderes de las tribus pudieron vincularse como clientes, mawali, a las tribus árabes.

Las comunidades bereberes están situadas actualmente en las montañas o en el gran sur, que corresponden a las zonas de retirada después de las diversas batallas libradas contra los sucesivos ocupantes. Su continua resistencia armada a lo largo de la historia les ha valido el calificativo de pueblo guerrero.

Antes de las conquistas históricas, la sociedad bereber estaba organizada en pequeñas repúblicas, quizá autónomas, que se reagrupaban en confederaciones para luchar contra un enemigo común: fenicios, romanos, vándalos, bizantinos y árabes. Más adelante, negarán fidelidad y se resistirán a turcos y europeos, principalmente españoles y franceses

La vivienda rifeña es una construcción de planta cuadrada o rectangular muy amplia, formada por una o varias habitaciones. Sus ventanas y puertas se abren a un patio interior, donde se desarrolla la vida común y los encuentros de la familia. La fachada principal se orienta al mediodía y si el terreno está en pendiente se procura que el eje longitudinal siga esa inclinación que, con una mínima cimentación, se aprovechará para confeccionar los diferentes niveles de la estancia.

Sus muros son de mampostería trabada en adobe. La techumbre suele ser de madera o cañas ensambladas y el pavimento habitualmente se elabora con tierra apisonada que se alisa y decora con pinturas vegetales en algunas ocasiones.

El interior de la vivienda es sencillo y racional: una sala única repartida en tres niveles es el modelo básico, aunque se tiende a un mayor número de habitaciones en la actualidad. La decoración es modesta y responde a un modo de vida sencillo y sobrio, donde los elementos decorativos son casi inexistentes y de uso corriente como piedra, madera, hierro y pintura. El desarrollo social y urbanístico que el Riff oriental está experimentando ha provocado una ruptura con el pasado cabileño o tradicional.

El Riff fue una de las regiones de Marruecos más importantes en la producción de joyas y alcanzó su máximo esplendor a mediados del siglo XX. Originalmente fueron fabricadas por artesanos judíos, actividad que continuaron los bereberes.

Es una orfebrería con características propias que se luce en acontecimientos festivos. Las técnicas más usadas son: esmalte, filigrana, esmalte afiligranado, nielado y moldeado. Plata, alpaca, coral, ámbar, nácar y otras piedras preciosas son sus materiales básicos. Los motivos solían repetirse en cada cabila, de esta manera se identificaba a las diferentes tribus a través de las mujeres que las portaban.

El tocado femenino bereber distingue a cada etnia, tribu, país, además del estatus social al que pertenece la mujer que lo luce. Está formado por: Diademas que adornan la cabeza y la frente. Hay dos variedades: las más simples se componen de una banda de tela o cuero donde se fijan las monedas, placas, conchas o perlas, y las más complejas a modo de corona. Zarcillos o pendientes. Son las joyas más habituales. Algunos son muy sencillos y otros más elaborados, formados por un conjunto de cadenas que se unen a la diadema. El elemento común a todos ellos es el cabujón en el que se incrusta un coral rojo o una perla verde para prevenir el mal de ojo. Gargantilla o tambrist, se elaboran con los llamados herz, un pequeño cofre porta-amuletos esmaltado y decorado con filigranas. La gargantilla puede llevar hasta 5 herz unidos entre sí por perlas rojas, amarillas, azules o negras, completándose con monedas de plata española de la I República y de los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. Se recoge al cuello formando un amplio collar que cubre el tórax a modo de pectoral. Existe una gran variedad, desde los simples collares de perlas, hasta los de grandes bolas de ámbar o perlas de coral, ámbar y turquesas acompañadas de plata esmaltada. El f'qron. Es un pectoral colocado a la altura del vientre de la mujer sostenido por dos fíbulas al hombro y el herz, de idéntica disposición que el anterior pero de menor tamaño. Son las joyas más importantes de la orfebrería rifeña.

Las joyas se componen de numerosos elementos que reflejan las costumbres y la cultura bereber. La fíbula, utilizada para sujetar la ropa, suele tener carácter mágico.

La joyería ha evolucionado desde una simple aguja hasta formas geométricas con incrustaciones de coral. Los brazaletes, piezas pesadas de 12 o 13 piñones y las ajorcas (anillos para pies), forman parte de la dote de la mujer, junto con un collar y unos pendientes.

   
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