Uno de los cuadros de Pieter de Hooch es Mujer y Niña ante la despensa, fue pintado en 1658, tiene unas medidas de 65 cm. x 60,5 cm., obra realizada en óleo sobre lienzo, dentro del estilo barroco.
En la sala se simboliza a una mujer que sale de la despensa con una jarra en sus manos que entrega a una niña. La fuerza de la escena conduce las miradas hacia una habitación bien iluminada que tiene una silla y un cuadro, atravesando esta habitación la fuerza de la luz nos lleva a través de la ventana donde nos muestra la calle. El autor crea un efecto de perspectiva de cajas chinescas, consiguiendo unos efectos de contraluz que nos informa de la hora del día.
Pieter de Hooch es uno de los mejores pintores de la época y que está bien representado en el museo Rijksmuseum de Ámsterdam. Es un pintor que le gusta pintar en exteriores pero también lo hace en los interiores de los hogares con escenas de la familia dentro y fuera de las viviendas. El autor no solo representan escenas herméticas y cerradas, deja una puerta abierta, por la que se ve el jardín, patio o calle.
Su padre era carnicero se llamaba Enrique de Hoge; la madre, Anna Pieters, murió joven, el hijo adopta el nombre de la madre, su padre al morir deja sus bienes en el testamento a su segunda esposa, esto hace pensar que el pintor tuvo una infancia complicada.
La educación del pintor comienza en Rótterdam, fue discípulo de Berchem, un pintor mediocre de Haarlem, ciudad que tenía uno de los centros artísticos más importante de Holanda, allí coincidió con los grandes maestros del siglo de oro, dedicándose a pintar retratos de personas ricas.
Pieter de Hooch es admitido en la Corporación de pintores de Delft o gremio de San Lucas, ciudad donde residió hasta 1662.
Las obras de este periodo representan escenas de casa de familia. Pero todo patio tiene su puerta trasera y a través de aquel hueco, en el muro, por donde se ve la calle o un grupo de casas. Para aumentar la intimidad de la escena el pintor agrega objetos humildísimos, escobas, perros, etc.
Se traslada a Ámsterdam donde conoce al maestro Vermeer donde se convierte en uno de sus discípulos. La obra en Ámsterdam se eleva de categoría pero sigue con la misma temática, habitaciones donde se pintan los techos altos, los suelos de mármol y las tapicerías de cuero de Córdoba.
En este periodo no deja de pintar al aire libre, aunque prefiere los interiores pero aquí los personajes son personas de la alta sociedad delante de finos vidrios. |