Del pintor Amaro do Vale se titula “Adoración de la Corte Celestial por Felipe II y su sequito”, esta datado entre 1612 y 1619, está pintado al óleo sobre madera; tiene unas medidas de 267 x 157 cm.
El cuadro era una parte de un retablo dedicado a la Trinidad , esta dedicado como un exvoto para redimir a los cautivos en las batallas de Portugal en África, mandado pintar para el Palacio Real de Lisboa.
El lienzo es un claro ejemplo del arte manierista portugués ya influenciado por las normas de la Contrarreforma y que corresponde con un periodo importante en la pintura Portuguesa.
La obra esta dividida en tres partes, la parte superior están representados por San Juan Bautista, y la Virgen María acompañados por un Dios Triunfante; en la parte inferior se ven cuatro medios cuerpos que emergen desnudos y están cumpliendo la pena en el purgatorio, donde se ve inmortalizado el Papa y monjes de la orden de los dominicos, el rey Felipe II de Portugal, un emperador e hidalgos de la corte portuguesa en Filipinas.
Ampliando la identificación de todos los personajes podemos ver a San Lorenzo mártir, el Santo Patrono del Escorial, el papa Pablo V, un arzobispo y frailes trinitarios, junto a Felipe II de Portugal, el bice-rey D. Frei Aleixo de Meneses, el conde de Salinas Diogo da Silva de Mendoça, los consejeros de Estado Fernào da Magalhaes y D. Francisco de Gama, conde de Vidigueira, el arzobispo Miguel de Castro.
La composición de la obra es simétrica aunque no se puede considerar que tenga una escena central bien marcada, esta divida en tres escenas horizontales. La lectura del cuadro se hace desde la parte inferior hasta la parte superior, todas las figuras se reencuentran en la zona central, además la escena inferior describe un triángulo.
En la composición de la zona inferior, a la izquierda, destacan tres figuras en primer plano con hábitos eclesiásticos que portan en su cabeza la mitra, otro vestido de blanco y un quinto vestido de verde, en ultimo termino hay uno vestido de negro y otro de blanco y más al fondo un conjunto de figuras de difícil identificación.
Las figuras de la derecha, están marcadamente individualizadas percibiendo que verdaderamente se trata de retratos. Todos visten de negro y llevan gorgueras encanutadas –pañuelo fino que cubría el cuello– visten las tradicionales golas de la época, en tres de ellos se ve los crucifijos en su pecho. De todo el grupo destacan dos figuras que están de rodillas, visten con trajes ricamente decorados con oro y sedas rosas y, coronas.
La zona central de la composición esta separada de la inferior sobre una tira de nubes que parecen personajes suspendidos en una manta voladora en el cielo, se representa por un grupo numeroso de figuras sentadas, tiene diversos objetos, destacan tres figuras a cada lado que cada uno tiene una pieza en la mano por el cual se le identifica. De izquierda a derecha, la primera persona lleva un traje azul y una túnica amarilla, en sus manos tiene dos llaves en la mano derecha y un libro apoyado en sus piernas y sujeto con la mano izquierda, la segunda lleva un vestido verde y una túnica roja con las manos levantadas haciendo una platica, la tercera lleva un vestido azul lleva en la mano una sierra. En el lado contrario un personaje con barba lleva un traje verde y en su mano izquierda un libro y en la derecha una espada, en el centro lleva una casulla amarilla y rosa, la tercera esta semidesnuda solamente cubierto con un paño en la parte inferior muestra en su mano izquierda unas flechas.
Rodeando a todo el grupo un conjunto de figuras pero apenas son tres las que las características puede permitir su identificación, en segundo plano del lado izquierdo se ve a uno con un cuchillo, en el centro una persona lleva una casulla naranja y mira al cielo, y a la derecha una persona que porta una cruz.
En la parte superior hay una serie de figuras aladas cantando y tocando instrumentos musicales, entre las que identificamos de izquierda a derecha: una flauta, un laúd, un violín y un arpa.
A la izquierda destaca una figura femenina, es la única representación en toda la composición, se podría decir que es un cuadro de hombres y para ello ha buscado la excepción, lleva un traje rosa y una túnica azul con los brazos cruzados y en su cabeza porta una corona, a su derecha una persona con el traje blanco y la túnica roja que tiene levantada la mano derecha.
En el extremo superior vuelven aparecer personajes alados que rodean a una figura sentada, lleva una gran cruz y la mano derecha la tiene levantada haciendo la señal de la bendición, esta figura esta envuelta en una nube circular donde irradia un foco luminoso que determinan los espacios de luz y de sombras de toda la composición.
La descripción de la iconografía del cuadro y siguiendo el relato anterior, la escena del plano inferior representa las penas de las almas que penan en el purgatorio siguiendo la tradición descrita por varios santos de la iglesia católica.
Las cuatro figuras representada en la parte inferior y sin tratar de poner los nombre que anteriormente hemos citado corresponden con un Papa, un Cardenal y un Obispo o Arzobispo y un monje trinitario, es considerado como la representación de una figuración de la iglesia Militante.
El Obispo pudiera ser Miguel de Castro que ocupaba las funciones de arzobispo de Lisboa entre 1586 y 1625, si no puede considerarse que el personaje sea D. Pedro de Castillo, obispo de Leiria que ocupaba las funciones de inquisidor mayor.
Están rodeados del clero regular pertenecientes a diferentes órdenes religiosas, por sus trajes se distinguen a tres de ellas: los Trinitarios, Dominicos y un Franciscanos.
A la derecha un rey y un emperador que llevan el Toisón de oro, pudiéndose identificar como Felipe II de Portugal, siendo identificado y comparando su retrato con los muchos existentes en España.
A su lado está Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano y tronco de la dinastía de los Habsburgo en España, soberano y gran maestre en posesión del Toisón de Oro, al que se le concedían privilegios excepcionales, teniendo la más importante y prestigiada Orden de Caballería de su tiempo y que fue comunicada por la Santa Sé.
Estas las dos figuras están acompañadas por Victor Serrao escritor, Miguel Leitao de Andrade, aunque sobre esta atribución hay numerosas reservas.
En la escena de la parte central esta San Pedro con el libro y las llaves, San Juan cuyo único atributo es su capa, San Simon con el instrumento del martirio la sierra, San Sebastian con las flechas, despojado de ropa y preparado para el martirio por los romanos, San Lorenzo vestido de diácono, el último es San Pablo de Tarso representado con el instrumento del martirio y el libro.
Del grupo que envuelven a los santos solamente se puede identificar a tres de sus personajes por los instrumentos, san Bartolomeu empuñando el cuchillo de su martirio, san Ildefonso de Toledo identificado por la casulla y san Judas Tadeo con una cruz procesional.
La iconografía de la parte superior, se ve claramente a la Virgen María con su manto azul a la izquierda, a la derecha san Juan Bautista con su manto en piel de carnero y en la parte superior Cristo Triunfante rodeado de querubines y ángeles del cielo. |