Del pintor Pedro Pablo Rubens y Jan Wildens “Acto de devoción de Rodolfo I de Habsburgo”, realizado en óleo sobre lienzo, pertenece a la escuela flamenca, esta datada en el periodo de 1618 a 1620; tiene unas medidas de 199 x 286 cm .
Rubens realizó en varias ocasiones cuadros de marcado significado político. Esta pintura narra el momento en que Rodolfo, fundador de linaje de los Habsburgo, cede el caballo a un clérigo que porta la Eucaristía. Con tal gesto de humildad y de respeto el emperador asumía la preeminencia de Dios sobre el poder terrenal y demostraba su devoción.
Hay una leyenda sobre la devoción de los reyes al sacramento de la Eucaristía que se transmite en este lienzo: Rodolfo, conde de Habsburgo y fundador de la dinastía, escuchó durante una cacería la campanilla anunciadora del Viático; inmediatamente marchó hasta divisar a un sacerdote con la Sagrada Hostia que se disponía a cruzar un río; Rodolfo adoró de rodillas el Cuerpo de Cristo, cedió su cabalgadura al sacerdote y le acompañó hasta la humilde casa del moribundo; de regreso a la iglesia, y al serle devuelta la cabalgadura, el piadoso conde murmuró: «no permita Dios que yo ni alguno de los míos suba en caballo que sé de cierto que ha llevado a mi Criador». Esto ocurría hacia 1271; según se proclamó luego, y como premio a su gesto, el Altísimo habría favorecido a su descendencia con el inmenso imperio de que gozaron.
Al parecer, el cuadro fue realizado conjuntamente y el paisaje fue encomendado a Jan Wildens (1585/6-1653), uno de los principales especialistas flamencos en este género, que a menudo trabajó con Rubens. El cuadro se documenta desde 1636 cuando, siendo propiedad del rey español Felipe IV de Habsburgo, colgaba de las paredes del Alcázar de Madrid. |