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BLOG DE LA EXCURSIÓN EN FREE TOUR A EL ESCORIAL, por A. LÓPEZ
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VIAJE AL MONASTERIO DEL ESCORIAL

Vajeros a juego, Viaje al Monasterio de El Escorial (Madrid)

Hoy comienza una nueva aventura. Nos gustan mucho los trenes, la nieve, la cultura y viajar tipo low cost, sin muchos preparativos y motivados por el elemento sorpresa.

El reto de hoy es un poco de todo eso. Marchamos bien equipados de abrigo, bufanda y botas hasta la estación de Chamartín que ahora se llama Clara Campoamor en bus 5 cuesta cero euros.

Allí cogimos el tren de cercanías C3A con destinó El Escorial, salida vía 11 cuesta cero euros. Los fines de semana tiene menos frecuencia y tenemos que esperar casi tres cuarto de hora.

Por ahora vamos bien de dinero, pero de nieve nada de nada, incluso en algunos momentos se aventura el sol.

Nuestro destino es El Escorial porque han quitado la absurda prohibición de fotografiar el interior de los monumentos de Patrimonio Nacional y queremos ser de los primeros en disfrutarla.

Esperemos que cuando lleguemos haya un manto de nieve y aumenté la belleza del lugar para poder fotografiar un magnifico reportaje en blanco y negro.

Destino el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Como si fuera un free tour vamos a narrar como vivimos un día visitando el Monasterio. Llegamos a la estación de El Escorial a las 12,00 horas , pensábamos que el Monasterio estaba más cerca, nos ponemos andar y vemos que aquello no cunde, una mirada en Google Maps y descubrimos que nos queda 1 km por una cuesta que los coches no lo notan, pero nuestras piernas sí.

El tiempo aquí es frío pero no parece que vaya a nevar como decían las previsiones meteorológicas y tanto nos ilusionaba poder ver estas maravillas totalmente con un manto blanco.

Nos reciben una preciosa imagen de una novia fotografiándose en el entorno del Monasterio, mal día a elegido para ello, incluso lleva una chaqueta blanca encima del vestido para contrarrestar el frio. Me alegra mucho ver a las novias en los monumentos, además siempre trae suerte.

Las entradas al Monasterio en nuestra modalidad de sénior son 7 pavazos, por persona, pero con demostración del DNI que lo acredita.

Destino el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Poco recordaba de este ilustre monumento, en mi cerebro de la última visita hace 20 años está la biblioteca y las tumbas de los reyes, de los demás, prácticamente lo he olvidado todo.

Comenzamos la visita por el patio principal que me recuerda al patio de Versalles con las inmensas figuras colgadas del alero con detalles dorados, una hermosa imagen por la perspectiva del Monasterio.

Patio de los Reyes, Monasterio de El Escorial (Madrid)

Sorprende a la vista la fachada del Patio de los Reyes, el cuerpo inferior se encuentra adornado por potentes columnas toscanas y en el superior se alzan varias estatuas, pertenecientes a los seis Reyes de Judá, Salomón, David, Josías, Manasés, Josafat y Ezequías.

Biblioteca del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Nos recomiendan primero visitar la biblioteca real. En su interior es un gran capítulo del saber y de las ciencias del siglo XVI, solamente en esa época estaba esos conocimientos en manos de reyes y curas.

La planta rectangular de la biblioteca está inspirada en la biblioteca Laurenziana de Miguel Ángel. A partir de ella se configuró un nuevo modelo espacial de librería. En vez de las tres naves tradicionales de tipo monacal la nueva biblioteca se compondrá de una sola nave alargada, con ventanas muy bajas que inunden de luz ese gran espacio rectangular.

Nos recibe una reproducción en bronce de la esfera armilar, varias bolas del mundo con mapas incompletos que ya demuestran que la tierra era redonda, cuantos murieron por afirmarlo. En las vitrinas nos muestran libros incunables de la biblia, el Corán con hermosísimos dibujos. En las paredes frescos que representan la ciencia y el saber. Los guías indican que estamos en la capilla Sixtina del Monasterio, es un poco exagerado.

Desde aquí vamos a la iglesia y me doy cuenta en los cuadros de los retablos que Felipe II era un gran estudioso de la pintura y mando traer de Europa lo más granado de los artistas para que decorasen las distintas estancias del Monasterio. Entre los pintores de su corte encontramos a Alonso Sánchez Coello, Sofonisba Anguissola, Juan Pantoja de la Cruz y Juan Fernández de Navarrete. Aparte de estos autores que trabajaban regularmente parar el monarca encontramos obras compradas de artistas como Memling, Durero, Da vinci, Miguel Ángel, Rafael, Correggio, Bassano, Sebastián del Piombo o Tiziano. Pero sin lugar a dudas, hubo un artista que cautivó sobremanera al rey y al que dedicó gran parte de su atención y su economía para hacerse con más del 90% de su obra: El Bosco.

Iglesia del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Vamos a comenzar un paseo por la pintura, pero no ayuda mucho los rótulos porque la mayoría pasan inadvertidos sus autores y sus fechas, si son copias u originales. Felipe II le gustaba mucho copiar obras de arte que en aquella época saltaban a la fama.

Bueno que me enrollo.., la basílica es un ejemplo renacentista de líneas puras. En sus retablos de las capillas hace un repaso de la mayoría del propio santoral, aquí hay un recuerdo para muchos de ellos.

El altar mayor y su retablo consta de cuatro cuerpos con sucesión de órdenes: el primer cuerpo es dórico, con seis columnas estriadas de mármol sanguíneo y basas y capiteles de bronce dorado a fuego, como en los restantes cuerpos. Aquí Felipe II no escatimó gastos trajo a los mejores artistas para que fuera terminado en cuatro años

A la derecha del retablo, en la parte alta, está la habitación de Felipe II que podía seguir la misa casi desde la misma cama.

A la izquierda está la reja de la habitación perteneciente a la reina. Solamente el cura que celebraba la misa era consciente de sus presencias.

Cristo de Cellini del Monasterio de El Escorial (Madrid)

La iglesia es un verdadero museo en una de sus capillas se encuentra el Cristo de Cellini, realizado en mármol de Carrara para decorar su propio sepulcro, Felipe II se enamoró y se lo regalaron. Destaca como las vetas del mármol ha sido utilizado para hacer coincidir con las venas de Cristo.

Una de las primeras salas es la antigua portería, donde los visitantes esperaban ser recibidos, en sus muros colgaba Abraham y los tres Ángeles de Navarrete. En alusión a la hospitalidad. En la actualidad está presidido por una copia de Ribera, La Trinidad. Donde la imagen de Cristo muerto parece levitar en las manos de Dios, acompañado de los Ángeles.

“Santísima Trinidad” obra del pintor José de Ribera del Monasterio de El Escorial (Madrid)

El cuadro principal de la sala es la “Santísima Trinidad” obra del pintor José de Ribera (1591-1652), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado 1635. Tiene unas dimensiones de 226 x 181 cm.

La Trinidad muestra la seguridad de Ribera en sus posibilidades pictóricas, en el que el dramatismo de la escena queda subrayado por el uso de la luz y la suntuosidad cromática. Contrasta el azulado cuerpo muerto de Cristo, extremadamente naturalista y surcado por la sangre que corre hasta manchar el paño de pureza y el sudario, con el hieratismo de Dios Padre, que nos muestra a su Hijo muerto acompañado de la paloma del Espíritu Santo. El mensaje de esta obra, la muerte y el sufrimiento de Cristo por la Humanidad, queda extraordinariamente patente.

Otra de las estancias es la iglesia vieja o de prestado, destinada a la celebración de los actos de los entierros reales. Felipe IV la engrandeció colocando jaspes y mármoles y los tres maravillosos cuadros de Tiziano, el Martirio de San Lorenzo y la Adoración de los Magos, solamente han llegado a nuestros días estos dos. El tercero se sustituye por una copia de la Dolorosa.

“El Martirio de san Lorenzo”, obra del pintor Tiziano Vecellio del Monasterio de El Escorial (Madrid)

El cuadro más importante de la iglesia es “El Martirio de san Lorenzo”, obra del pintor Tiziano Vecellio (1490-1576), realizado en óleo sobre lienzo, está datada 1564-1567. Tiene unas dimensiones de 415 x 297,50 cm.

El pintor mantuvo en este nuevo ejemplar para el rey el número de sayones en torno a la parrilla donde se martiriza a San Lorenzo y el pedestal con la estatua de la diosa Minerva de la izquierda. Pero, con la idea de conseguir una mayor verosimilitud histórico-arqueológica del martirio, Tiziano elimina todo el grandioso escenario arquitectónico y teatral, que sirve de fondo al lienzo de los Crociferi, sustituyéndolo por una severa arquitectura porticada inmersa en la penumbra de la noche, más acorde con el lugar exacto donde había sucedido el martirio, las termas de Olimpiades, cerca del palacio de Salustio. Otra de las grandes innovaciones es el nuevo juego de iluminaciones que ha empleado Tiziano en esta versión, explotando todas las posibilidades efectistas de una atmósfera nocturna, que sirven para resaltar aún más el cuerpo martirizado del Santo, gracias a la intensidad de las llamas de la hoguera y de las luminarias dispuestas sobre la peana del ídolo.

Dentro del claustro principal tiene en las paredes un sentido procesional con frescos pintados por Tibaldi que representan escenas de la Salvación con escenas de la vida de la Virgen María desde su Concepción hasta el Juicio Final.

Llegamos a la sala capitular que por su importancia de las pinturas podría considerarse como un verdadero museo, muchos museos de pintura en el mundo no tienen estas obras de arte tan importantes para la pintura.

Nada más entrar vemos un inmenso cuadro de El Greco del Martirio de San Mauricio, fue muy criticado porque el pintor representa al santo en una zona ínfima, mientras acentúa el interés sobre los personajes que lo protagonizan y este hecho no gusto a Felipe II que lo mando relegar, colgando en este lugar otro de similar temática.

“El Martirio de san Mauricio y la Legión Tebana”, obra del pintor Doménicos Theotocopuli, El Greco del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Como indicaba el cuadro que preside la sala es “El Martirio de san Mauricio y la Legión Tebana”, obra del pintor Doménicos Theotocopuli, conocido como El Greco (1541-1614), está datado 1580-1582, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 445 x 294 cm.

En el cuadro todas las figuras visten uniformes militares del siglo XVI, uniendo la lucha de las tropas españolas contra la herejía y el paganismo, al igual que se supone que hizo San Mauricio. En un segundo plano observamos la escena del martirio: los legionarios, colocados en fila, esperan para ser ejecutados, mientras San Mauricio vuelve a aparecer en la pintura agradeciendo a sus hombres la decisión que tomaron.

La parte superior de la pintura se corona con un rompimiento de Gloria en el que aparecen diversos ángeles: unos son músicos y otros portan coronas de triunfo.

El soporte sobre el que está realizada esta obra es un lienzo y la técnica empleada es el óleo mediante la pincelada suelta (que heredó de su influencia veneciana gracias a Tiziano, pues se formó en su taller).

La composición de la pintura es asimétrica y dinámica, pues cuenta diversas escenas de una misma historia, lo que hace que el espectador se vaya “moviendo” por el cuadro para captar toda la historia.

La obra se formó a partir de figuras geométricas, en concreto rectángulos, donde podemos introducir cada una de las tres escenas de la historia.

En cuanto a la línea, el color, la luz y el espacio, cabe destacar una plena influencia manierista, pues, además de predominar el color sobre la línea, los colores son irreales: fríos, ácidos, tornasolados y metalizados; luego, vemos una clara descompensación, pues en la base de la pintura se da el agobio espacial propio del manierismo que nos traslada rápidamente a la zona superior del cuadro (perspectiva acelerada), donde sólo está poblada una zona.

“Cristo coronado de Espinas”, obra del pintor El Bosco del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Muy importante en la sala es la pintura “Cristo coronado de Espinas”, obra del pintor El Bosco, está datado en 1510, realizado en óleo sobre madera. Tiene unas dimensiones de 165x195cm.

Representa a Cristo en el centro, con cinco personajes que se sitúan en torno a él. Estos son difíciles de identificar, pero se asocian con la representación del poder civil y religioso. El que está de perfil y lleva un gorro, a la izquierda, parece ser un representante de la Ley mosaica. Al otro lado un personaje con boina de amplio vuelo, en la que aparece clavada la conocida flecha; lleva en sus manos una caña gruesa, por detrás de Cristo levanta su pierna derecha hasta colocar el pie un una especie de tarima, tiene un broche con el águila bicéfala, por ello se piensa que es un representante del poder civil.

También se puede ver un San Pedro y un san Ildefonso del Greco, La asunción de la Magdalena de Ribera, la embriaguez de Noé de Luca Giorgiano, una ultima cena de Tiziano, una Conversión de la Magdalena de Tintoretto, un El Bosco, de Velázquez, vamos...un sin fin de obras maestras.

Sepulcros de los infantes del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Desde aquí bajamos hasta los sótanos donde podemos ver los sepulcros de los Príncipes y de los infantes, estos últimos parecen estar enterrados con forma de una inmensa gran tarta de mármol donde se entierran los infantes que han muerto antes de alcanzar la pubertad. En su altar se coloco el lienzo de la pintora Fontana, Lavinia titulado La Sagrada Familia con san Juanito.

Pasamos a un extenso corredor divido en nueve cámaras donde se entierran los infantes más actuales de la casa de Borbón. En la séptima cámara esta la tumba María Teresa de Borbón, hija de Alfonso XII. La cámara más interesante es la del infante putativo de Carlos I, su hijo Jerómin o Juan de Austria, era medio hermano de Felipe II.

Murió en Namur (Bélgica) por culpa de una hemorroide, según su médico: «El remedio de tratar las almorranas con sanguijuelas es más seguro que el rajarlas ni abrirlas con lanceta, porque de rajarlas algunas veces se vienen a hacer llagas muy corrosivas, y de abrirlas con lanceta lo más común es quedar con fístula y alguna vez es causa de repentina muerte; como acaeció al serenísimo Don Juan de Austria, el cual, después de tantas victorias (…) vino a morir miserablemente a manos de médicos y cirujanos, porque consultaron y muy mal darle una lancetada en una almorrana».

“Juan de Austria”, obra escultor Giuseppe Galeotti, del Monasterio de El Escorial (Madrid)

La escultura de pateón de los príncipes “Juan de Austria”, obra modelada por el zaragozano Ponzano y esculpida en mármol de Carrara por el escultor italiano Giuseppe Galeotti, esta datada en el siglo XIX.

“Juan de Austria”, obra escultor Giuseppe Galeotti, del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Su tumba está cubierta por una hermosa estatua yaciente en mármol que lo representa vestido con armadura, es importante mirar los detalles como flexionan las almohadas, las sortijas de los dedos, son un claro ejemplo del mejor artista del mármol de la época. Al no morir en combate, está representado con los guanteletes quitados que se representa a los pies del difunto. Al pie del sepulcro puede leerse «JOHANNES AVUTRIACVS CAROLI V FIL. NATURALIS»

Panteón de los Reyes en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Seguimos bajando por unos pasillos de mármol hasta las sepulturas reales, según bajaba estaba pensando donde había visto un sepulcro igual al del Monasterio de Escorial y por fin lo he recordado se trata de la iglesia de San Francisco en Guadalajara. La cripta es una copia de este, os lo recomiendo porque no está muy lejos.

Bueno…a lo que estamos La Cripta Real, fue construida por Juan Gómez de Mora según planos de Juan Bautista Crescenzi, esto se puede leer en la cartelería.

Consta de veintiséis sepulcros de mármol policromados en color oro donde reposan los restos de los reyes y reinas de España de las dinastías de Austria y Borbón, exceptuando a los reyes Felipe V y Fernando VI, que eligieron el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y el Convento de las Salesas Reales de Madrid, respectivamente, como lugar de sepultura.

Ya en el interior y como curiosidad preguntamos donde se encuentra los sepulcros de los padres del emérito: Don Juan de Borbón y su madre María Mercedes de Borbón, la contestación de la celadora, sobre la puerta de acceso, allí están sus sepulcros, pero los cuerpos se encuentran actualmente en el pudridero, bajo una de las criptas.

Panteón de los Reyes en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Y la pregunta clave, y el futuro sepulcro del rey emérito don Juan Carlos, pues la respuesta, aquí ya no cabe hay 26 sepulturas y están ocupadas 24 y faltan de llenar la de sus padres, tendrán que buscar un solución de estado porque esto tarde o temprano llegará, se dice que puede ir a la Catedral de la Almudena o bien que se puede construir una nueva cripta en El Escorial, y el de la reina Sofía, también es secreto de estado.

Subimos a las habitaciones de los Austrias. Una de las salas más interesantes es el Cuarto del Rey, que está dividido en cuatro piezas: la sala principal, la alcoba, el escritorio y el oratorio. Se siguió el mismo esquema arquitectónico que quiso Carlos V para el Palacio de Yuste, con el objetivo de facilitar la comunicación con la iglesia. Esta circunstancia permitía al monarca seguir directamente los actos litúrgicos desde sus habitaciones.

En la habitación de Felipe II, están su despacho, y su cama junto al oratorio, en mi opinión es un lugar austero muy alejado de la imagen de muchos reyes. Estaba decorado con pinturas religiosas de maestros de la pintura. Entre ellas, la más famosa la Tabla de los Pecados Capitales del Bosco. El rey mando abrir a los monjes las alas del retablo y que pudiera ver su totalidad para que consiguiera servir de transito en su ultimo día hacia la muerte. Además, el rey eran un amante de las reliquias y llegó a tener más 7000, todas autentificadas.

Habitación de Felipe II del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Pasamos a los salones de los Austrias, es otro verdadero museo, a parte de la pinturas, en las paredes unos preciosos zócalos de cerámica, en el suelo de baldosas catalanas, incrustado podemos ver varios meridianos solares que eran utilizados a las 12 de la mañana para poner en hora todos los relojes del palacio, debían de ir sincronizados con la hora solar que entraba por su ventana.

Juan de Austria o Jeromin, obra de Juan Pantoja de la Cruz del Monasterio de El Escorial (Madrid)

Vemos como referencia un cuadro de Juan de Austria o Jeromin, pintado por Juan Pantoja de la Cruz, nos hace una idea de lo apuesto y buen mozo que era, además inteligente porque llegó a General y mandar la flota en la batalla de Lepanto contra el imperio otomano y Francia. Se dice que su madre a los 19 años era la más bella del mundo se llamaba Bárbara Blomberg Lohman de Alemania y que con sus artes hechizó a Carlos I.

El emperador la casa con un comisario suyo para que sirva de tutor del niño y no le importa al marido que se acueste cuando va el emperador, pero esta mujer llevaba una vida desenfrenada para la época, tal era el problema, que su hijo Juan de Austria la manda un recado, la trae a España y la interna en un convento, así acabo el problema.

Sala Batallas en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Y pasamos a la sala más bonita del Monasterio, es la sala de las Batallas, no hay cosa igual en el mundo. Se llamaba Galería de la Reina porque era usada para pasear y entrenamiento cortesanos, tenía un papel propagandístico. En sus paredes luce el mayor fresco del mundo, mandado pintar en 1590 por un equipo de pintores italianos que trabajaron durante años para pintar con tanto detalle esa genialidad. Se representa La batalla de la Higueruela que mantuvo Juan II de Trastámara en las inmediaciones de Granada en julio de 1431; entre las ventanas, la campaña de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, por cuya victoria y en acción de gracias se levantó el monasterio, y, por último, en los testeros, dos episodios de la anexión de Portugal ya en 1583, la conquista de las islas Terceras y de las islas Azores.

La Sala de Batallas del Cuarto del rey del Monasterio del Escorial fue decidido personalmente por Felipe II, que fue quien escogió tanto los temas como los modelos que debían pintar los artistas italianos. No solamente elige triunfos de las armas españolas, sino que selecciona campañas internas e internacionales para afirmar la fuerza y el poder del imperio español. Se designan también buscando un matiz universal, de monarquía católica: guerras contra los enemigos del cristianismo (el Islam) y del catolicismo (Protestantes).

Detalle de la Sala Batallas en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

El fresco más importante es la Batalla de la Higueruela (1 de julio de 1431). La obra se contrató oficialmente el 4 de enero de 1587, a tasación como la bóveda, sin cobrar los pintores el salario estipulado, y reproduciendo fielmente la pintura que les daban como modelo", terminándose dos años más tarde.

Los tres paños en que está dividido el fresco, por las dos puertas existentes que comunican la Sala con la galería que bordea la Basílica, imitan un tapiz o tejido, y como tal, la pintura está rematada por una orla o cenefa igual de ancha por todas las partes y con el mismo dibujo, en cuya parte inferior se ha puesto un fleco con borlas. Como insisten los historiadores, para mayor verosimilitud con una tela, por la parte superior aparecen imitadas escarpias en donde se finge que está colgado. Lo mismo sucede junto a las puertas mencionadas, donde la pintura (el lienzo) se pliega como una cortina, dejando libre el hueco de la puerta.

El domingo 1 de julio de 1431 el Maestre de Calatrava y sus hombres estaban realizando una misión de destrucción cuando le salió al encuentro un destacamento moro y se trabó la pelea. Avisado el rey en su campamento, ordenó que se le prestase ayuda inmediatamente y a su vez los musulmanes de la ciudad salieron en socorro de sus hermanos, calculándose entre 4.000 y 5.000 los soldados de caballería y 200.000 los peones, ballesteros y lanceros que se terminaron juntando. Juan II mandó a D. Alvaro de Luna que acudiese presto al lugar; una vez que conoció el estado de la situación y de la gran soberbia de los musulmanes, dio orden de concentrarse para dar batalla, la cual comenzó una vez que el rey estuvo presente.

Detalle Batalla de la Higueruela en la Sala Batallas en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

El fresco nos ofrece una gran obra que en aquella época lo describen así: “diferencia y géneros de trajes y hábitos, las varias formas de armaduras y armas, escudos, celadas, adargas, paveses, ballestas o ballestones, lanzas, espadas, alfanges, cubiertas de caballos, banderas, pendones, divisas, trompetas y otras maneras de atabales y tambores y tantas diferencias de jarcias en unos escuadrones y otros... se ven los unos y los otros revueltos en la lid, unos caídos, atropellados, heridos, muertos, revolcándose en su sangre, atravesados de las lanzas, caballos sueltos, sin dueño, corriendo por el campo, otros desjarretados... y es de mucho entretenimiento considerar tantas maneras de posturas, acciones y movimientos y afectos, tantos tropeles de gentes encontradas a pie y a caballo, unos a la brida, otros a la jineta, unos con arrieses enteros y armas dobles, otros de más ligera armadura, otros medio armados y otros medio desnudos...”

Palacio de los Borbones en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Y pasamos a la zona del Palacio de los Borbones que comunica con la galería anterior y representa un salto en el tiempo, en el arte y en la forma de pensar con una clara influencia francesa. Las habitaciones son similares a las del Palacio de Versalles pero al gusto español. En las paredes podemos ver lleno de tapices, como Perros en Trilla de Francisco de Goya de la época de Carlos III, no desmerecen las alfombras de la fabrica real.

En las siguientes salas podemos ver los tapices de La riña en la venta nueva, Las Lavanderas, la novillada y en las sobre puertas Niños inflando una vejiga y el niño del carnero de Francisco de Goya, toda un esplendor de color sobre las paredes del Palacio.

Y llegamos al Comedor de Gala tiene en la pared principal tres tapices El baile a orillas del Manzanares de Goya, Baile junto al puente en el canal del Manzanares y el Paseo de la Delicias de los hermanos Bayeu.

“El martirio de San Sebastián”, del pintor flamenco Antoon Van Dyck en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Sin extenderse mucho más, pero tengo que citar que en la sala capitular se ha colocado la obra “El martirio de San Sebastián”, del pintor flamenco Antoon Van Dyck, vuelve a exhibirse en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial después de que Patrimonio Nacional en el 2009 lo adquiriese en la galería londinense Weiss, por 2,5 millones de euros.

Según la documentación existente, se sabe que durante la Guerra de la Independencia, en 1809, el Bibliotecario Real de aquel momento, Pablo Lozano, se hizo cargo de él y que el cuadro permanece en Madrid, si bien no se conocen los detalles de su salida de España.

El Calvario de Rogier van der Weyden en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

Y por último podemos ver en una sala temporal del claustro El Calvario de Rogier van der Weyden, acaba de ser restaurada por un equipo conjunto de Patrimonio Nacional y el Museo Nacional del Prado. Se puede apreciar el proceso de la restauración de la obra puede conocer todos los detalles de la misma; en concreto: ficha técnica; historia de la obra; imágenes y descripción del proceso de restauración; galería de imágenes con la obra antes y después de restaurar, así como la radiografía y la reflectografía de infrarrojo de la misma.

En el centro, aparece la figura de tamaño natural de Cristo crucificado sobre una cruz en forma de T, que se cobija bajo un dosel fingido de color rojo. A los lados, las figuras de la Virgen y San Juan resaltan fuertemente con sus vestidos blancos, dando una impresión casi escultórica. El dramatismo de las tres imágenes y la plasticidad de sus formas, propias del artista, se ven aquí acentuados por la grandeza de la composición y por la tormentosa agitación de sus paños, en fuerte contraste sobre el fondo. El artista dibuja la anatomía del cuerpo desnudo de Cristo con total maestría, resaltando la transparencia de las gotas de sangre mediante sutiles veladuras sobre las carnaciones.

“La Virgen María” y “El Apóstol San Juan” obra del pintor Juan Fernández de Navarrete en el Monasterio de El Escorial (Madrid)

En la misma sala se exhibe como obras enfrentadas a la de Rogier van der Weyden “La Virgen María” obra del pintor Juan Fernández de Navarrete, esta datada entre 1578 y 1579, realizada en óleo sobre lienzo, tiene unas medidas 192 x 87 cm

Y la segunda es “El Apóstol San Juan” obra del pintor Juan Fernández de Navarrete, está datada entre 1578 y 1579, realizada en óleo sobre lienzo, tiene unas medidas de 192 x 87 cm

Ambas obras son dos buenos ejemplos de la capacidad de Navarrete como copista y reproducen de forma muy exacta las imágenes de la Virgen y San Juan del Calvario de Rogier van der Weyden, que se encontraba en la capilla del Palacio Real de Valsaín -Segovia-, desde su llegada a España hacia 1559. El pintor realizó otra versión a tamaño natural entre 1566 y 1567 para sustituir al citado original, pero no debe ser confundida con la versión existente en el Museo de Santa Cruz de Toledo, de otra mano y de distinta procedencia. Estas réplicas individualizadas, que claramente lo fueron así desde un inicio, ya que no se observan recortes en sus bordes, están ligadas a la historia del Monasterio, flanqueando el Crucifijo de mármol blanco de Benvenuto Cellini, que se situaba desde época de fundación en el Trascoro de la Basílica escurialense hasta mediados del siglo XX.

Palacio del Principe El Escorial (Madrid)

Aquí acabamos la visita, son las 15,00 horas y tenemos pendiente la última visita al Palacio del Príncipe que se encuentra en un jardín cercano a menos de 1,5 km. Cuando llegamos a las 15,25 el guía nos ha hecho la cobra y está ya en el interior haciendo la visita guiada con un grupo. Desgraciadamente solamente se puede visitar en fines de semana, pues nos toca dejarlo para otra ocasión.

Decidimos comer algo en el mismo restaurante del Palacio del Príncipe de Patrimonio Nacional, pedimos unas hamburguesas con patatas y un aperitivo de tomate y queso en aceite, total 31,50€.

Como resumen de un viaje declarado low cost, nos hemos gastado en un día de visita a la octava maravilla del mundo en total, con transporte, entradas y comida: 45,50 eros, creo que no está mal.

Hasta la próxima…

 

-FIN-

by

© Fotografías y textos son propiedad:

Ángel López

© Bajo el soporte de:

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