INDEX
BLOG DEL VIAJE A TALAVERA DE LA REINA Y MAQUEDA, por A. López
PULSE PARA IMPRIMIR
 
Directorio:
Otros Blogs:

Alberca

Almagro

Arribes del Duero

Baeza

Cataluña

Córdoba

Cáceres

Cuenca la Mancha

Soria

Extremadura y Portugal

Burgos

Gibraltar y Marruecos

La Rioja

Campo de Criptana

Granada

Granada

Granátula de Calatrava

Herrera del Duero

Hoces del Duratón

Huesca y Lérida

Ibiza

La Vera

Monfragüe

Plasencia

Polientes

Pueblos de Andalucía

Río Duero

Río Lobos

Sevilla

Teruel

Valencia

VIAJE A TALAVERA DE LA REINA Y MAQUEDA

Ermita de San Isidro en Talavera de la Reina (Toledo)

Seguimos con el problema de la pandemia y estamos inmersos en la segunda ola, después de la relajación del verano ahora se produce un incremento del número de casos.

Por la prensa podemos leer que la ciudad de Talavera de la Reina ha pasado al nivel 2, destacan el cierre de hogares de jubilados y centros colectivos de sociedades recreativas y culturales y la supresión del servicio de barra en todos los bares y restaurantes de la localidad. El aforo en locales cerrados dedicados a esta actividad se reducirá al 50% del máximo que tuvieran establecido previamente.

Las terrazas de bares y restaurantes reducirán su aforo al 75% del máximo que tuvieran establecido previamente, manteniendo en todo momento el resto de medidas establecidas en la normativa en cuanto a distancias de seguridad y agrupación. Pero afortunadamente no hay ninguna restricción que impida poder viajar.

INTRODUCCIÓN

Día 19 de septiembre (sábado)
Ruta: Madrid-Talavera de la Reina; distancia 140 km; tiempo 1h43'

Partimos desde Madrid a las 11,00 horas por la A-5, afortunadamente la carretera está especialmente despejada y nos permite llegar en menos de dos horas a Talavera.

Panel de cerámica de San Isidro en Talavera de la Reina (Toledo)

Tenemos como punto de referencia para la pernocta en el área de autocaravanas en Talavera de la Reina (Toledo), se encuentra situada en la calle de los Alfareros, es gratuita y tiene para vaciado y llenado de agua potable. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con N 39.956703 W 4.814144.

Detalle del panel de San Isidro en Talavera de la Reina (Toledo)

Al principio de llegar al área te da un poco de recelo por el lugar donde se encuentra emplazada en pleno polígono industrial, pero una vez allí te das cuenta que no es un mal lugar para pernoctar, en su frente se encuentra el edificio que alberga el Servicio de Bomberos de Talavera. Y lo fundamental es que se encuentra a 15 minutos andando del centro de la ciudad.

Iniciamos el recorrido por la calle de Carlos Barral, en mitad de la calle podemos ver un pequeño templo con una espadaña en su cubierta y con dos columnas en su portada, se trata de la ermita de San Isidro (GPS N 39.959022 W4.817861).

La ermita ha quedado situada junto al recinto ferial, a su lado se encuentra decorada con un gran panel de cerámica de Ruiz de Luna. Se trata de un panel situado tras la imagen del santo en la que se representa el campo talaverano y un ángel conduciendo el tiro del arado para hacer el trabajo de Isidro mientras él cumplía con sus obligaciones religiosas.

Detalle del panel de San Isidro en Talavera de la Reina (Toledo)

El mural ocupa una superficie de 45 metros cuadrados, con unas dimensiones de 3 metros de alto y 15 metros de ancho, ha sido realizado por la Fábrica de Cerámica Santos Timoneda y ha sido financiado por las empresas Iniciativas RFE y Piensos Nuga, propiedad de la familia del propio presidente de la Hermandad de San Isidro.

El panel cerámico incluye distintos elementos singulares de Talavera y sus ferias de San Isidro, como la propia ermita, los sectores agrícolas y ganaderos que participan y apoyan su tradicional desfile de carrozas de cada 15 de mayo, así como la junta directiva y los socios de la Hermandad de San Isidro.

En este panel se representa uno de los pasajes más conocidos de la leyenda de San Isidro es aquel en que se cuenta cómo cuando en cierta ocasión todos en su hermandad habían comido y solamente quedaba la ración del santo en la olla, llegó éste acompañado de muchos pobres que milagrosamente acabaron comiendo todos de la escasa comida restante, y no sólo comieron ellos, sino también todos los indigentes de la ciudad. Otra escena representada con frecuencia es aquella en la que al clavar el santo su pala en la tierra brotó un manantial.

Detalle del panel de San Isidro en Talavera de la Reina (Toledo)

San Isidro mantuvo durante su vida un gran cariño por los animales y en cierta ocasión en que los pájaros no podían comer por una gran nevada abrió el saco de trigo que llevaba y, aunque echó la mitad del grano a los pájaros, al llegar al molino donde se dirigía el saco estaba lleno y además al molerlo se obtuvo el doble de harina.

Estamos ante el primer panel de recientemente creada La Ruta de los Murales (en concreto, siete, aunque llegará a un total de nueve en el mes de marzo) es otro de los reclamos para visitar la «Ciudad de la Cerámica», como es conocida en España y en el mundo.

Parque de la Alameda en Talavera de la Reina (Toledo)

Seguimos atravesando el Parque de la Alameda (GPS N 39.960697 W4.818940) es una de las zonas verdes de la ciudad entre las que destaca especialmente este agradable jardín de estilo inglés.

Originalmente este paraje era un bosque situado en las afueras de la ciudad y en las márgenes del rio Tajo. Pero los olmos de aquel paraje estaban afectados por una enfermedad y, en época reciente, concretamente en los años ochenta, se ideó crear un parque como prolongación de los Jardines del Prado. Se eliminaron los árboles enfermos y comenzó a construirse el lugar de esparcimiento, como un jardín de estilo inglés. Las obras comenzaron en 1984 y en el lugar se construyó una piscina municipal y un polideportivo, también se adornó el parque con un lago central en el que se pueden ver patos y ocas, y sobre el que cruzan dos artísticos puentes con cerámica. En 1986 se levantó el arco de entrada decorado también con cerámica. Además de un lugar para paseo y esparcimiento, el Parque de la Alameda es el recinto ferial donde se sitúan las atracciones, espectáculos y casetas en las fiestas de mayo y septiembre, además es donde se ubica el mercadillo semanal. De la antigua alameda ya sólo queda el recuerdo y los restos de un molino que puede verse en el centro del actual parque.

Patos en el Parque de la Alameda en Talavera de la Reina (Toledo)

Pasamos andando ante la basílica de Nuestra Señora del Prado (GPS N 39.961204 W 4.821053), en estos momentos no está abierta y decidimos seguir descubriendo los jardines.

Paseo del Prado en Talavera de la Reina (Toledo)

Los jardines del Prado es un espacio que ocupan actualmente se recoge por primera vez en el dibujo de Antón van der Wyngaerde en 1567 (GPS N 39.961445 W 4.822468). Desde esa fecha los investigadores han encontrado evidencias de su existencia en diversos momentos (año 1681, 1788, mediados del siglo XIX..etc.) hasta llegar a nuestros días.

Como paso previo a la entrada de los Jardines, existe el llamado Paseo del Prado que conecta la ciudad con aquellos, tratándose de una plaza alargada y arbolada que en realidad es una zona de transición urbana.

El acceso a los Jardines propiamente dicha se efectúa por un triple arco de fábrica de ladrillo cubierto por tejadillo, probablemente de los años 40 del siglo XX, y sendos vanos abiertos a derecha e izquierda delimitados por machones que se decoran en tres de sus lados con azulejos de Ruiz de Luna. Desde aquí arranca un vallado con zócalo, verja metálica y machones de ladrillo a intervalos regulares que se enriquecen con azulejos de Artesanía Talaverana (Mauri y Corrochano, 1991) y Garrido (2004). Esta verja corre paralela a la Avenida de Extremadura y encinta los jardines hasta conectar con la Plaza de Toros. El cerramiento cuenta con varias puertas sin reja que permiten la entrada a diferentes puntos de los jardines, y la comunicación entre la Avenida de Extremadura y la Avenida de Castilla-La Mancha.

La mezquita paseo del Prado en Talavera de la Reina (Toledo)

Al entrar por el arco principal nos encontramos con un amplio paseo embaldosado que ensarta dos grandes glorietas, la primera de ellas tiene en su centro la Fuente de las Ranas, obra original de Ruiz de Luna y Francisco Arroyo y la segunda está presidida por un ejemplar de laurel recortado en bola topiaria de grandes dimensiones. Todo el trayecto está jalonado por los bancos de ladrillo con ornamento de azulejos en el respaldo y faldón.

En cuanto a la plantación se refiere, ésta arranca de la puerta principal con dos ejemplares de pinos y a continuación acacias-sóforas bien formadas en el primer tramo y un segundo tramo de plátanos y castaños de Indias. El conjunto incluye además, palmeras fénix, celtis, magnolios, laureles, mimosas, aligustres, cedros, tilos, etc.

Al norte y sur del paseo principal se encuentran sendos paseos menores, caracterizados por el empleo de una variada vegetación y por la articulación de los espacios mediante la creación de plazuelas alveolares que comprenden diversas construcciones relacionadas con el ocio.

Fuente de la Ranas en parque de la Alameda en Talavera de la Reina

Entre los edificios de los Jardines del Prado destacan los urinarios o evacuatorios fueron desde la creación del parque un elemento pintoresco, tanto el primer edificio decorado con cerámica de Ruiz de Luna como el posterior de aspecto arabizante o mudejarista y que los talaveranos bautizaron como «la mezquita», o como la ironía local apodó «la mezquita de «Ben-ir-a- Mear».

Otra de las decoraciones destacadas es la fuente de Ruiz de Luna construida en cerámica, tiene un pilón poligonal de 6 m de diámetro y 2,5 m de altura con cuatro puentes para macizos de flores en los que se sitúan sendas ranas surtidoras y de ahí el nombre tradicional de «fuente de las ranas». Se apoyan en un pedestal y sobre éste la taza central que recoge el agua, y en sus cuatro caras cuatro faunos que arrojan un chorro al pilón. Todo el conjunto se apoya en una plataforma de dos escalones que aumentan el diámetro a 7 metros, según descripción de Isabel Hurley.

Templo de la música, quiosco de música en el Prado. El templete en si es una obra de filigrana de hierro de gran antigüedad. En su techo están representados en cerámica de los instrumentos musicales más representativos de las orquestas.

Templo de la Música en el Parque de la Alameda en Talavera de la Reina (Toledo)

Otro de los edificios destacados es la llamada la casa de las Palomas recibe el nombre porque en la parte superior tenía un palomar, aunque la parte inferior sirve de refugio a los patos, que han dado el nombre popular al estanque. Es muy probable que se construyera con la reforma de los años veinte en que intervino Ruiz de Luna que decora el vallado y el mobiliario urbano con cerámica de arista.

Casa de los Patos en el Parque de la Alameda en Talavera de la Reina (Toledo)

Desde la entrada del parque hasta la Jaula de los Pájaros, todos los bancos del jardín tiene los respaldos de los bancos están decorados con placas cerámicas, en tono sepia, con el tema de arquitecturas de la ciudad de Talavera. Iglesias, conventos, casas, puentes, las viejas murallas, algunas ya desaparecidas, etc.

Fuente de los Grutescos en el Jardín de Prados de Talavera de la Reina (Toledo)

De todas las obras creadas para el Jardín de Prados destaca la enorme Fuente de los Grutescos con dragones alados en las esquinas, una de las mejores obras de Ruiz de Luna.

Cuarto panel en el Jardín de Prados en Talavera de la Reina

Hace poco se ha instalado el cuarto panel cerámico homenaje al sector primario y al mercado, este nuevo mural está dedicado al sector primario y a los antiguos mercados de ganado, se ha instalado en la ampliación de los Jardines del Prado, con unas dimensiones de 20 metros de largo por tres metros de alto sobre un marco de idénticas características al de los murales ya instalados “para conseguir coherencia y unidad en la imagen de toda la ruta”.

Este panel cerámico se construido gracias a donación por parte del empresario talaverano Alfredo Viedma, representante de la empresa local Six Valves, quien ha sufragado la elaboración de esta obra de arte que da continuidad a la denominada Ruta de los Murales.

El mural fue diseñado partiendo de unas imágenes datadas entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se han plasmado sobre esta mural de la transacción real del mercado, en la época en la que se asentaba en los Jardines del Prado y en la Alameda.

Detalle del Cuarto panel en el Jardín de Prados en Talavera de la Reina

La obra se divide en tres partes, cada una de ellas dedicada a una de las cabañas de las que constaba el Mercado de Ganado: animales de carga –mulas, caballos y burros–; ovejas y cabras; y vacas.

Los personajes que aparecen representados son por tanto personas reales, anónimas, en las que puede que quienes se acerquen hasta allí para contemplar la obra descubran a familiares, amigos o conocidos.

En este mural se pueden contemplar escenas relativas al cierre del trato entre ganaderos y el regateo, momentos en los «que una persona buscara las faltas de lo que iba a comprar y el otro sacaba las virtudes», algo que queda reflejado también en las expresiones de los personajes del mural. También aparecen otros ganaderos pesando ovejas, todo en actividades «como se hacía antes, hablando, dialogando, con un trato muy personal, muy humano». Aparece de igual manera una caseta municipal de tasas, en la que se abonaba el precio establecido para poder vender animales en este mercado.

Escena del Cuarto panel en el Jardín de Prados en Talavera de la Reina

Las escenas se rematan con una greca renacentista con los tradicionales colores azul y blanco en la parte superior, tonos a los que se suma el amarillo en la parte inferior de la obra. La ornamentación se completa con dos medallones en los que aparecen representados la Puerta de Sevilla y La Colegial.

Monumento a la Constitución en el Jardín de Prados en Talavera

En la entrada de los Jardines del Prado se halla el monumento a la Constitución Española, obra de bronce, que representa a la Carta Magna de 1978 como una Victoria alada con una corona en una mano y una iluminadora antorcha en la otra, es obra del escultor talaverano Víctor González Gil y fue construida en 1983. Además de ser una de las estatuas más bellas que pueden verse en la ciudad, posee una curiosa historia, pues en principio se presentó el proyecto para que la estatua se colocara en Madrid, pero allí se había aprobado otro monumento a la Constitución consistente en un cubo abierto por los cuatro costados y que se ubicó junto al Museo de Ciencias Naturales. Debido a esto, este bello monumento acabó instalándose en Talavera de la Reina, en un principio el lugar donde se colocó fue en el Paseo de los Arqueros, justamente en el mismo sitio en el que en otro tiempo estuvo el bar “La Bombonera”, pero con la remodelación de la zona, se ubicó en la entrada de los Jardines del Prado, en el mismo lugar donde hoy puede contemplarse mientras paseas por los preciosos jardines.

Murallas de Talavera de la Reina

Vamos andando hasta las murallas de Talavera de la Reina (GPS N 39.9596897 W 4.829310), fueron uno de los recintos defensivos más destacados en su momento, debido a su sólida construcción y las acometidas que sufrió durante siglos en diversas batallas e intentos de saqueos y conquistas.

Talavera llegó a tener tres líneas de murallas, la primera y la que mejor se conserva, fue mandada construir por Abderramán III en el siglo IX, por lo tanto es de origen musulmán, aunque probablemente pueda llevar el mismo trazado de una muralla anterior romana o visigoda. Esta primera línea de muralla fue construida en piedra labrada y reforzada con mampostería, con una estructura fuerte que ha llegado hasta nuestros días. En ella se pueden observar restos reutilizados de épocas anteriores como lápidas romanas perfectamente visibles o restos de templos.

La primera línea de murallas acordonaba la villa de la ciudad. Justo detrás de la muralla, en el llamado Huerto de San Agustín, se construyó un gran palacio, la Alcazaba de Talavera, que estuvo en pie varios siglos, siendo utilizado por reyes y nobles católicos posteriormente tras la marcha de los musulmanes de España. Aún se aprecian restos arqueológicos como la entrada o lo que parece una pequeña capilla. En ella, por ejemplo, fue mandada degollar doña Leonor de Guzmán, favorita del rey Alfonso XI, que tras morir éste último en Gibraltar, su esposa, doña María de Portugal, reina que da apellido a la ciudad, cansada de años de aguantar dicha situación, optó por esta cruenta opción.

Detalle de las Murallas de Talavera de la Reina

En el siglo XIII, la muralla se reforzó con un número de torres albarranas, de gran tamaño, que posibilitó la mejor defensa de la ciudad. Estas torres, todo un símbolo de Talavera, fueron originalmente 17 instaladas a lo largo de todo el recorrido, aunque en la actualidad solo quedan 8, algunas en perfecto estado, otras casi derruidas, y otras reutilizadas para otros fines, como la situada en la calle Corredera, en la cual se instaló una capilla dedicada al Cristo de los Mercaderes en 1752. De esta primera línea de muralla numerosas puertas de entrada a la ciudad existían, pero tan solo nos quedan restos de la Puerta de Mérida, situada en la actual calle de San Clemente.

Posteriormente se construyó otra línea de muralla, la que cercaba los arrabales mayores o nuevos, datada entre los siglos XII y XIII. Fue levantada en tapial de barro, por lo que con el paso del tiempo no quedan prácticamente restos, tan solo el arranque anexo a la primera línea de muralla situado en la calle Carnicerías. Sufrió numerosas reparaciones e incorporaciones, y contó con numerosas puertas. De estas puertas hoy en día tenemos la suerte de poder observar la Puerta de Sevilla, situada en la calle Carnicerías; la Torre del Polvorín, situada en la convergencia de las calles Ronda del Cañillo y Cabeza del Moro; Parte de la Puerta de Zamora, situada en la Plaza de Zamora; y una torre en la Plaza de San Miguel.

Torre de las Murallas de Talavera de la Reina

Del tercer recinto, también construido en tapial de barro, y el cual sirvió para cercar los arrabales viejos, tan solo quedan restos de sus cimientos y los escudos de la Puerta de Cuartos, los cuales se encuentran en la parte trasera de la Basílica del Prado.

Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Vamos andando hasta el Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” (GPS N 39.9589343 W 4.8299394), se halla situado en la calle San Agustín el Viejo, 11. Horario de 10 a 14,00 horas y de 16,00 a 18,00 horas. Precio adultos 3 euros.

El museo fue abierto al público el 14 de febrero de 1996, y ubicado en el antiguo Convento de San Agustín, alberga en sus cuatro mil metros cuadrados y cuatro niveles, articulados en torno a dos claustros, una importante colección monográfica de cerámica de los alfares de Talavera y Puente de los siglos XVI al XX.

La colección, adquirida a la familia Ruiz de Luna en 1963, fue formada principalmente en la primera mitad del siglo XX por D. Juan Ruiz de Luna y Rojas, asesorado por el Padre Diodoro Vaca (Hª de la Cerámica de Talavera) y D. Platón Páramo, para disponer de modelos que reproducir en el alfar de Ntra. Sra. del Prado.

Esta colección, expuesta como museo-gabinete en el alfar de los Ruiz de Luna hasta 1979, fue adquirida en 1963 por la Dirección General de Bellas Artes, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento, y constituye el grupo de piezas más numeroso del actual Museo. En consonancia con las actuales tendencias expositivas, los fondos se han estructurado en tres grupos: la exposición permanente, el fondo visitable y otros materiales de investigación.

Interior del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

En la exposición permanente se muestran al público las principales piezas de las diferentes series y algunos paneles de azulejería, proponiendo un recorrido cronológico-artístico con espíritu didáctico, por la historia de la Cerámica de Talavera y Puente.

La colección se completa con fragmentos y piezas reconstruidas procedentes de excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad en los últimos años.

El conjunto, en lo relativo a las lozas, ofrece muy buenos ejemplos de todas las series decorativas, si bien, por el carácter de la colección inicial, abundan las piezas populares y existen menos ejemplos de las producciones cultas que se pueden contemplar en otros museos, como el Arqueológico Nacional o el de Artes Decorativas. Destacan las series de influencias centroeuropeas, y las producciones del siglo XIX y XX, antes del resurgimiento cerámico talaverano representado en el Museo por piezas de los principales alfares talaveranos de principios de siglo.

En azulejería, aunque la mayor parte de la colección no está expuesta por falta de espacio –actualmente se está gestionando la ampliación del Museo con la Iglesia adyacente, del antiguo convento– se pueden contemplar magníficas obras, como el escudo de Santa Catalina, obra de A.Gaitán, fechado en 1609 o los retablos de San Juan Bautista y la Anunciación, en la colección permanente, y en sus fondos visitables, en expectativa de tener espacio expositivo, frentes de altar, alizares, vírgenes del Prado, etc., que muestran una visión clara del uso de la cerámica como soporte pictórico y de su aplicación en la arquitectura del siglo XVI al XX. De la fábrica de Ntra. Sra. del Prado se puede admirar la fachada del antiguo Museo y el retablo de Santiago, obra inspirada en el monumento funerario de la madre del Cardenal Loaisa (siglo XVI). Con él se consigue un premio en 1920 en la Exposición Nacional de Artes Decorativas de Madrid.

Interior del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Estos fondos se completan con lo que se ha dado en llamar el “Museo disperso”, formado en su entorno próximo por importantes conjuntos de azulejería distribuidos por la ciudad y sus alrededores.

En la Basílica de Ntra. Sra. del Prado, “capilla Sixtina” de la azulejería talaverana, destacan, además de los repertorios iconográficos sobre la vida de Jesús, genealogía de la Virgen, etc., otros conjuntos de azulejos de edificios religiosos desaparecidos, entre los que destacan el importantísimo de San Antonio Abad, su retablo y escultura.

Después de cerrar, por amenaza de ruina, el antiguo “museo-gabinete” en 1979, que aún se encontraba en el antiguo “Alfar de Ntra. Sra. del Prado” (1908-1961), la colección pasó por diferentes almacenes, donde, cubierta de polvo y secuestrada, permanecería hasta 1993.

La elección de un nuevo lugar para su exposición pública, después de barajar numerosas posibilidades, recayó en el antiguo convento de San Agustín, casa madre de los agustinos recoletos.

Paneles del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

El edificio se encuentra situado en el cuerpo principal de la villa, junto al alcázar e intramuros y fue construido por el arquitecto Fray Lorenzo de San Nicolás (1595-1679), en el segundo cuarto del siglo XVII, según las normas y el estilo reflejado en su obra, de gran influencia posterior, “Arte y uso de la arquitectura” (1633-1634).

El edificio, construido en ladrillo, consta de dos partes diferenciadas: el convento y la Iglesia. La zona conventual, antiguas escuelas de San Agustín, propiedad municipal, fue la parte adaptada para albergar la colección, y es actualmente el Museo. El templo, de propiedad particular, adosado al convento, es la ampliación lógica del Museo, y cuando terminen las negociaciones, y su adaptación, el espacio de exposición de la azulejería. La intervención sobre el convento, que se encontraba en ruina parcial, respetó principalmente las fachadas exteriores el claustro y los sótanos, creando otros espacios adaptados a las necesidades que demandaba el nuevo uso del edificio.

El proyecto de rehabilitación se encomendó a los arquitectos D. Manuel Barbero y a D. Carlos Picardo.

La sala de arqueología en la planta sótano aprovecha la antigua bodega del convento, un gran espacio, con bóveda de medio cañón, construida en ladrillo.

Interior del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

En ella se exponen algunos restos arqueológicos en piedra, columnas, capiteles, pilastras, cupas, estelas..., y una muestra de piezas cerámicas desde el siglo I al XI, aparecidas en las diferentes excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad en los últimos años. La sobriedad del espacio y la tenue iluminación dan al visitante la posibilidad de comunicarse íntimamente con los objetos expuestos, como si de un santuario o cripta se tratase.

La exposición permanente, en la planta baja, está articulada en torno a los dos claustros. En el primero, que conserva parte de la fábrica antigua, y un aspecto conventual, se exponen lozas del siglo XVI y XVII, suelos del siglo XX y una colección de cerámica moderna de los Ruiz de Luna que han continuado en la profesión. Las vitrinas están montadas en las galerías interiores y se separan del centro por arcos de medio punto, en ladrillo.

Los suelos de terrazo coloreado, construidos “in situ”, forman un dibujo geométrico, inspirado en el Palacio de los Dogos de Venecia.

El segundo claustro, de nueva construcción, es sencillo, de formas lisas, con ángulos pronunciados. La disposición de las vitrinas es perimetral, con pasadizos intimistas. En el centro se exponen piezas muy interesantes, como el “Gaitán”, la fachada del antiguo Museo y el Retablo de Santiago, exento, montado sobre un gran atril de más de seis metros, inspirado en las máquinas utilizadas en arquitectura en el Renacimiento.

Sala de Arqueologia del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Los materiales utilizados, vidrio, acero, aluminio, chapa galvanizada, madera, hierro... y el moderno diseño de su mobiliario, dan al conjunto una agradable armonía, invitando a su contemplación.

La colección del museo, formada por unas 1500 piezas entre lozas y azulejería, distribuidas en las mencionadas exposición permanente, y fondos visitables, está constituida principalmente por la “Colección Ruiz de Luna” formada en 1.908 a 1.961, con la incorporación posterior de algunas importantes obras como el retablo de la Inmaculada, San Francisco y San Antonio, (203 x 234 cm.) del siglo XVII, procedente del convento de la Madre de Dios, o la fachada de la tienda del Alfar de Montemayor de 1922, que mide más de 6 metros de alto por 4'5 de ancho, con motivos renacentistas, de grutescos, angelotes, alegorías y relieves, coronada por una interesantísima crestería con máscaras y dragones y una crátera exenta central.

En piezas de evolución, dos jarrones azules del siglo XVII, y piezas de los siglos XVI al XX, forman los actuales fondos propios y la colección.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

En ella están representadas todas las series producidas en los alfares de Talavera -Puente, de los siglos XVI al XIX, en lo relativo a su decoración, y un amplio abanico en lo relativo a las formas.

Respecto a la loza, dentro de las producciones del siglo XVI y XVII, de la serie de “Mariposas” se dispone de un amplio catálogo de motivos, geométricos, vegetales y zoomorfos (conejos, búhos, gacelas...), acompañados de los que definen la serie (mariposas, florecillas y círculos).

De la serie “Tricolor” y de la “Encomienda o Estrella de Plumas”, motivos en azul, naranja y manganeso, se conservan piezas de sus diferentes estilos compositivos, disponiendo de muchos de sus motivos, aunque no de todos, por su amplio repertorio y su pronta apreciación como pieza de colección.

De la serie “Esponjillada, goteada o salpicada”, dada su escasez, el museo dispone de muy pocas piezas, pero suficientes para su muestra y representación. De la serie de “Ferroneríes” o “Recortes”, no se dispone de piezas de evolución, pero está representada en varios paneles como el de San Juan Bautista o el de la Crucifixión. De la serie “Punteada Polícroma” y “Punteada Azul” aunque no hay piezas enteras, sí existen fragmentos, localizados en excavaciones arqueológicas en la ciudad, que confirman a Talavera como su centro productor. De los siglos XVII y XVIII de las series chinescas, “Helechos”, “Hojas de Palma”, “Golondrinas”..., el museo dispone de una excelente colección, en la que están representadas las piezas tipos y algunas con variantes tanto en sus motivos como en su composición.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Una de las series mejor representada es sin duda la serie “azul”, de la que destacan los juguetes y las piezas de vajilla con motivos arquitectónicos, fantásticos, mitológicos, zoomorfos, vegetales, antropomorfos...la orza con escudo de la inquisición, el conjunto de albarelos, los Aguamaniles etc. , muchas de ellas piezas de excepción.

El cambio de gusto por lo centroeuropeo y la creciente importación de lozas, principalmente francesas, dio como resultado la creación por el Conde de Aranda, en 1727, de la Real Fábrica de Alcora, que en muy poco tiempo se convirtió en el centro irradiador de los nuevos estilos, formas y motivos, más acordes con la demanda interior.

Esta nueva concepción, que desplazó a las clásicas series talaveranas, permitió por otra parte el desarrollo de una nueva producción inspirada en los motivos alcoreños, pero con carác-ter propio y dirigida a un amplio sector de la población. Nacen así las series de la “Adormidera”, “Los claveles”, “la Puntilla de Berain”, “El Chaparro”, “El Ramito”, la “Virgen del Prado”, “Guirnaldas y Pabellones”, la del “Pino” y la “Cola del gallo”.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

De todas estas series, el museo tiene una gran colección y, aunque adolece de piezas excepcionales, dispone de piezas suficientes para desmentir la decadencia de Talavera como centro productor y confirmar la continuidad en la calidad de sus productos cerámicos, tanto en lo relativo a las formas como en su decoración, manteniendo una gran originalidad en su producción.

De las series de la “Pajarita”, “Bandas concéntricas” y “Guerra de la Independencia”, que comienzan en el siglo XIX, tenemos una magnífica representación.

Del siglo XX, menos representada, hay piezas de la fábrica de Ntra. Sra. del Prado: vajillas, candeleros, esculturas, piezas de muestrario...; del Carmen, vajilla principalmente y alguna pieza modernista de Montemayor.

Los fondos de azulejería están formados por olambrillas, verduguillos, placas, azulejos, molduras, relieves y alizares, utilizados en solerías, arrimaderos, frentes de altar, retablos, cementerios, oratorios, escaleras, fachadas...

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

De producciones no talaveranas, el museo dispone de una muestra de azulejos, verduguillos y olambrillas con motivos geométricos de fabricación toledana en cuenca o arista, y algunos alizares de cuerda seca, con motivos renacentistas.

Ya de los alfares talaveranos se conservan importantes conjuntos de azulejería del siglo XVI, entre los que destacan el retablo de San Juan Bautista y la Anunciación, en la exposición permanente.

En los fondos, el panel de San Sebastián, el del Dios Pan, el Santiago Matamoros y el frente de altar de San Blas, Santa Catalina y Santa Lucía.

Del siglo XVII, la pieza más importante es el Escudo de Santa Catalina, expuesto en el segundo claustro, por encontrarse firmada por Alonso Figueroa y Gaitán y estar fechado en 1609; en calidad le sigue el retablo de La Inmaculada, San Francisco y San Antonio.

Del siglo XVIII, el conjunto de paneles del Pelícano, reconstruido por Ruiz de Luna, partiendo de muy pocos azulejos originales, y la colección de vírgenes del Prado, firmadas y fechadas, que permiten estudiar, junto con las conservadas en la Basílica de Ntra. Sra. del Prado, su evolución iconográfica.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Del siglo XX, son de destacar la fachada de la Trinidad realizada en 1920 en el alfar de Montemayor, el escudo de Toledo del alfar de Ntra. Sra. del Prado de 1918, realizado con técnica mixta, cuerda seca y mayólica, el zócalo de zaguán de Guijo, la chimenea monumental de Ruiz de Luna, el ángel de Mariano Benlliure, con molde de Vicente Camps, la fachada del antiguo Museo-Alfar de Ruiz de Luna, y el retablo de Santiago.

También existen piezas sueltas de retablos, paneles de azulejería de repetición de zócalos y arrimaderos, y frentes de altar de “tapiz”, imitando telas, principalmente de los siglos XVI, XVII y XVIII, que confirman la importancia de la azulejería y su temprano desarrollo en este centro alfarero.

Este actual y moderno museo monográfico de las producciones de loza de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo del siglo XVI al XX, que nació de una modesta colección de “cacharros viejos”, es hoy un punto imprescindible para comprender la historia de las cerámicas de los dos centros alfareros. Un lugar ideal dadas sus características, conjunto no homogéneo, abundancia de piezas populares y defectuosas, piezas poco representadas o ausentes en otras colecciones, variedad y representación de la evolución de las lozas de Talavera -Puente, importante catálogo de motivos, firmas, marcas, fechas..., para profundizar en su conocimiento.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

El “museo disperso” por la Ciudad y su entorno, permite por otra parte estudiar, contemplar, y ampliar los conocimientos adquiridos.

En la parroquia de San Andrés, se conservan magníficos frentes de altar de “tapiz” del siglo XVI, un panel de San Andrés y un aguamanil con su soporte del siglo XVII.

En la capilla del Cristo de los Mercaderes, en la Corredera, un frente de altar. En la parroquia de San Francisco, dos escudos, un panel de San Francisco estigmatizado del siglo XVI y XVII, y un vía crucis en relieve del siglo XX.

En la Colegial, el frente de altar de los evangelistas y el de tapiz del siglo XVI y los retablos del Cristo del Mar, inspirado en el de Santiago que conserva el Museo, y el de Santa Justa y Santa Rufina, ambos de Ruiz de Luna.

También son dignos de visitarse los paneles de la Anunciación y San Bernardo, en la fachada del convento del mismo nombre.

Detalle del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La Basílica de Ntra. Sra. del Prado, es punto y aparte, ya que conserva una impresionante colección de azulejería de los siglos XVI al XX.

En el atrio, escenas de la vida de Jesús, de San Antón, escudos heráldicos, diversas iconografías de santos, escenas del antiguo testamento, azulejos de repetición, etc. En los muros exteriores, vírgenes del Prado y escudos principalmente. En el interior, en un zócalo corrido, que ocupa las dos naves laterales, escenas de la genealogía de la virgen, de la vida de Jesús y de San Antón. En sus paredes los retablos de San Lorenzo y el de San Antón Abad, de más de 6 metros, cuya escultura exenta en cerámica estannífera, la realizó Juan de Alburquerque, en Talavera, en 1571, el primer talaverano con obra firmada conocida.

En las Sacristías numerosos azulejos, un aguamanil y un zócalo corrido de 1761, firmado por Moya. De loza en el tesoro se conservan aguamaniles, bandejas, palanganas, ánforas, violeteros y placas, entre otras piezas de indudable interés.

Del “renacimiento cerámico de principios de siglo” cabe mencionar la fachada y el patio de la Tortuga (Ruiz de Luna, 1912), la fuente y el conjunto de los jardines del Prado, la fachada del Bar Pilar, la fuente del Mercado, la Plaza del Pan y San Prudencio.

Entre las obras más importantes del museo podemos ver:

Habitación-peinador del Palacio de Velada del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La obra titulada “Habitación-peinador del Palacio de Velada” obra de un maestro ceramista anónimo, esta datado entre 1601-1625, realizado en azulejos de cerámica. Tiene unas dimensiones: altura 285 cm; anchura 265 cm.

Habitación-peinador del Palacio de Velada del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

Habitación toda revestida de azulejos, incluso el techo, que es abovedado y el suelo; solo quedan libres los dos huecos correspondientes a una ventana y a la puerta.

Los azulejos, son de los denominados de “clavo”, compuestos en su parte central por una roseta con hojas en espiral inscrita en un cuadrado, sobre fondo verde. Éste a su vez, está inscrito en otro de mayor tamaño y termina el azulejo con olambrillas partidas en sentido transversal en tonos azul y blanco, y unas piezas rectangulares con decoración de roleos contrapuestos a los lados de una especie de cartela.

El techo construido con bóveda de arista, está revestido con los mismos azulejos, remarcando las aristas con los mismos azulejos, remarcando las aristas con una cenefa de "ochos" enlazadas en tonos azul, blanco y canela. Los límites de la bóveda llevan una cenefita estrecha de "emes", seguidas entre dos cenefas de “ochos”.

El suelo también lleva azulejos de “clavo”, pero con la flor central más pequeña. Estos están muy deteriorados. Los colores utilizados son los típicos renacentistas: azul y amarillo o acanelado, colores de gran influencia italiana, traídos a Talavera probablemente por Niculoso Pissano.

Retablo de Santiago a caballo del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Retablo de Santiago a caballo”, obra del maestro ceramista Juan Ruiz de Luna, esta datado en 1917, realizado en azulejos de cerámica, Tiene las siguientes dimensiones: Altar: altura 480 cm; anchura 260 cm; profundidad 72 cm, la Mesa: longitud 100 cm.

El cuerpo central encuadrado entre columnas renacentistas tiene a Santiago a caballo, encima friso con querubines y coronamiento con un disco con la Virgen y el Niño entre dos ángeles que sostienen el medallón. Rebanco renacentista y el altar también se adorna con escudo entre roleos, y labor de candelabro.

Es obra de Juan Ruiz de Luna de principios del siglo. Sus colores y estilo de emulación del renacimiento italiano, es lo más característico.

Panel de azulejo del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Panel de azulejos”, obra del maestro ceramista Julián Montemayor Carreño, esta datado en 1922, pertenecía a la fachada de la tienda del alfar de Montemayor, realizado en cerámica policromada. Tiene unas medidas de: alto 60 x ancho 46,6 cm.

Fachada de azulejería, en el centro la puerta con arco de medio punto y figura de ángel en la clave, a los lados profusa decoración vegetal en tonos marrones y verdosos, así como de personajes con el torso desnudo. A cada lado y enmarcando la fachada una pilastra con decoración también vegetal. En la parte superior de la portada friso ancho rematado con un semicírculo con decoración floral y con dos personajes semidesnudos que soportan uno a cada lado una cartela con una inscripción. A cada lado de la portada y rematando el friso decoración de animales fantásticos alados y caras realizados en relieve.

Panel de azulejo del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Panel de azulejos”, obra del maestro ceramista Alonso de Figueroa Gaitán, esta datado en 1609. Corresponde con el Escudo de Santa Catalina, realizado en cerámica policromada. Tiene unas medidas: longitud 170 cm.

Panel formado por 144 azulejos dispuestos en un cuadrado, y su motivo es el escudo de Santa Catalina rodeado de cartela de fines del XVI y principios del XVII y coronado por el capelo cardenalicio que sostienen con una mano dos ángeles desnudos situados en la mitad superior y se apoyan en los borde del escudo. El de la izquierda lleva en la otra mano una espada y el de la derecha una palma. El campo ovalado del escudo, presenta a la izquierda la rueda dentada, emblema de la Santa y a derecha el león rampante de la Orden Jerónima, arriba corona y abajo anillo, símbolo de sus desposorios místicos. Abajo a uno y otro lado del escudo se reparte la fecha 1609. Rodeado por una cenefa estrecha que se interrumpe por arriba con las iníciales del autor F. G., y por fuera cartela en adorno. Es polícromo dominando el azul, naranja, marrón y morado. Es una gran pieza de esta cerámica de Talavera obra de Alonso de Figueroa Gaitán y contra lo que es costumbre, está fechada.

Retablo de San Juan Bautista del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Retablo de San Juan Bautista”, obra de la Escuela talaverana, esta datado entre 1501-1600, realizado en cerámica policromada. Tiene unas medidas de: altura 160 cm; anchura 160 cm.

Panel de 144 azulejos y tiene por composición un Retablo renacentista con pilastras laterales de capitel corintio, fuste estriado y el ginal grutescos sobre el basamento y coronado por frontón triangular de friso de querubines. En el zócalo decoración plateresca y en el centro cartela que dice S. J. V.

El motivo principal es en el centro San Juan Bautista de pie, vestido de piel, con manto y en la mano izquierda el cordero sobre el libro, que señala con la derecha, delante de paisaje de árboles, montañas y piedras. L. 5 de Ruiz de Luna. Polícromo.

Dice Vaca y Ruiz de Luna que por su identidad con el retablo de Candeleda, que tiene la forma de Fernández, debe ser del mismo autor.

Retablo de la Anunciación del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Retablo de la Anunciación”, obra de un maestro ceramista anónimo, está datado entre 1501-1600, realizado en cerámica policromada. Tiene unas medidas: altura 206,5 cm; anchura 187 cm; Mesa: altura 107,5 cm; anchura 229 cm; profundidad 21 cm.

El altar comprende 160 azulejos, los de arriba curvados para el remate y se representa a la Virgen en la derecha arrodillada delante de pupitre con libro, que se vuelve hacia el ángel que entra por la izquierda y le saluda, con ropaje muy movido y filabrería con el Ave María, en el fondo cortina y ventana. El Espíritu Santo en forma de Paloma. Entre ellos un florero con azucenas. La mesa de altar tiene un óvalo central con el Calvario delante del paisaje, a los lados carteles de lados curvos, en los menores con escudos de bolas, oso y madroño y planta.

Portada de los Ruiz de Luna Fernández del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Portada de los Ruiz de Luna Fernández”, obra del maestro ceramista Ruiz de Luna, esta datado en 1910, realizado en cerámica policromada. Tiene unas dimensiones: altura 476 cm; anchura 448 cm.

Portada de azulejería de Talavera que rodea la puerta de hueco de arco muy rebajado, entrada al alfar y Museo de Ruiz de Luna. Las jambas, de abajo a arriba, tienen un zócalo azul marino y encima decoración floral en azul y blanco de Fernández. Más arriba un letrero CERAMICA / ARTISTICA, a ambos lados de la puerta. Encima dos jinetes contrapuestos, el de la izquierda sobre un caballo blanco, vestido de naranja, espada y molero, con un instrumento musical, de espaldas hacia la derecha; El de la derecha, hacia la izquierda de frente, sobre caballo castaño, jubón azul lacado y con la derecha sujeta un extremo del roleo central. En ambos paisaje a lo lejos. En el centro un escudo con la Virgen del Prado, con un letrero alusivo rodeado de cartelas y roleos sobre amarillo, arriba dice RUIZ DE LUNA CERAMISTA, sigue una greca rodeando el balcón y dos leones rampantes enfrentados, apoyándose en el balcón.

Banco del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Banco”, obra del maestro ceramista Ruiz de Luna, esta datado entre 1915-1936, realizado en cerámica policromada. Tiene una medidas: altura 134 cm; longitud 190 cm.

La pieza está formada por cinco panes de azulejos de "tipo renacimiento", frente, asiento, respaldo y dos laterales, rematados con alizares azules. Los paneles están decorados con motivos renacentistas, hojas de acanto y grutescos, en azul y aguadas de azul sobre fondo amarillo con sombreado naranja, enmarcados, en el frente y el respaldo, con una greca de hojas encadenadas de acantos. En el centro del respaldo se dibujó un escudo imperial en manganeso, águila bicéfala, corona imperial- El respaldo se remata recortándolo simétricamente con formas rectas, curvas y un semicírculo en el centro.

Jarrón del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Aguamanil” obra del maestro ceramista Ruiz de Luna, está datado entre 1901-2000, realizado en cerámica. Tiene unas medidas: Altura 48 cm; Diámetro 20,5 cm.

Pie circular diferenciado con un estrangulamiento que marca el arranque del cuerpo periforme. En la zona inferior mascarón con óvalo de puntilla, con orificio para la salida del grifo. Cuello alto acampanado con mamelones aplicados en el centro de los que parten las asas molduradas y rematadas en racimos, tapadera con pomo. Decoración en azul sobre esmalte blanco con motivos del ramito y de puntilla "Berain". En el frente águila bicéfala, coronado con el escudo de las Carmelitas sobre el mascarón. Marca en la base TALAVERA/escudete con luna menguante/ESPAÑA12 y bandera de España.

Plato del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Bandeja de escotaduras”, obra de un ceramista anónimo, esta datado entre 1601-1750, realizado en cerámica. Tiene unas dimensiones: Altura 8,5 cm; diámetro boca 41,6 cm; diámetro base 16,2 cm.

Bandeja de escotaduras realizada probablemente a molde. El cuenco posee base de potente anillo, es de forma ovalada y el ala horizontal presenta perfil recortado con escotaduras en el eje mayor. Decoración anomalística donde se representa una escena de lucha entre un felino y un équido, con un árbol de fondo.

Jarra del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Jarra de bola”, obra de la Escuela talaverana, esta datado entre 1701-1800, realizado en cerámica azul. Tiene unas dimensiones: Altura 32 cm; Diámetro base 14,7 cm; Diámetro boca 17,5 cm.

Pieza con base plana y cuerpo globular, con cuello corto, cóncavo y asa trenzada. Decoración en azul sobre fondo blanco, donde se representa un jinete a caballo, el jinete porta capa y sombrero y la escena está enmarcada por un árbol. El cuello está decorado con decoración floral esquemática.

Fuente del Museo de Cerámica “Ruiz de Luna” de Talavera de la Reina

La siguiente obra de arte se titula “Plato”, obra de la Escuela talaverana, esta datado entre 1576-1600, realizada en cerámica. Tiene unas medidas: altura 4,5 cm; diámetro 31 cm.

Plato de la serie punteada azul. Con decoración vegetal en el ala y el fondo donde, además de flores y hojas, lleva la letra A mayúscula como decoración caligráfica. Todo ello en azul cobalto sobre el blanco estannífero.

Arquitectura del centro historico de Talavera de la Reina

Después de la visita a este especial museo de la cerámica tenemos ocasión de pasear por el casco antiguo de Talavera de la Reina que rebosa historia en cada uno de sus rincones.

Por él pasearon personajes ilustres como Fernando de Rojas, escritor de “La Celestina” (que fue alcalde de Talavera). También Fray Hernando de Talavera, confesor de Isabel La Católica que nació en esta noble villa o el padre Juan de Mariana.

Disfrutamos de unas plazas tan bonitas como la plaza del Pan con cerámica (se cree que fue el antiguo foro romano de Caesarobriga). En ella también encontraremos una estatua homenaje a Fernando de Rojas. La Plaza de San Pedro y Plaza del Reloj. En la Plaza de Zamora se encontraba la Puerta de Zamora y la cárcel de la Santa Hermandad Vieja de Talavera. Quedan aún vestigios de la muralla y de la ermita de la virgen de Roque Amador que pertenecía a la Hermandad. La Plaza Arzobispo el lugar Don Pedro Tenorio (donde da la parte de atrás del antiguo ayuntamiento donde trabajó Fernando de Rojas). Totalmente recomendable realizar la ruta mudéjar visitando las iglesias mudéjares de gran belleza. Los teatros Victoria y Palenque. Las excavaciones arqueológicas en el Centro Rafael Morales que muestran vestigios de los templos romanos de Caesarobriga (la Talavera romana). La visita a la Colegial que es una maravilla. En su claustro está enterrado Fernando de Rojas. El Patio de los Artesanos es también un lugar con mucho encanto. La iglesia de El Salvador (gótico-mudéjar) tiene un impresionante ábside. Con un pantocrátor y pinturas medievales representando cabezas de dragones es una visita obligada. Hoy convertida en centro cultural en el que a menudo se pueden ver interesantes exposiciones. También ánimo a visitar la iglesia de San Andrés y los vestigios de la iglesia de San Miguel. Y el Alfar el Carmen hoy convertido en Biblioteca Niveiro. Podemos ver también los restos de la necrópolis romana cerca del río Tajo. La puerta de Sevilla (muy cerca de las murallas). Además, destaca la iglesia de Santo Domingo, iglesia de San Francisco, monasterio de las Carmelitas Descalzas, convento San Bernardo y Monasterio de San Benito. El liceo de San Agustín tiene una fachada preciosa. Más adelante, por la calle San Sebastián desde la Iglesia de Santiago el Nuevo (maravillosa iglesia mudéjar, anteriormente sinagoga, que contiene un órgano restaurado espectacular). Merece la pena, además, recorrer la calle Fray Hernando de Talavera y poder ver la fachada de la casa donde vivió. En la calle del Sol podemos ver la fachada de la Casa Palacio de La Llave. Interesante también visitar el Museo Etnográfico y conocer las tradiciones de las gentes de Talavera. No te pierdas en La Corredera la capilla de El Cristo de los Mercaderes.

Arquitectura del centro historico de Talavera de la Reina

Caminamos en dirección al puente llamado romano, que es medieval, tiene unas vistas preciosas del río Tajo y desde él se puede ver el majestuoso monasterio de Santa Catalina. Te recomiendo también pasear por la calle Pescaderías, Huerto de San Agustín, La Vicaría Vieja, Calle de San Bernardo y Gabriel Alonso de Herrera (para mí tienen su encanto).

Llama la atención la arquitectura porque describe una tradición primera descripción histórica que la sitúa en las tradiciones arquitectónicas de la ciudad dentro del mudejarismo, de la tradición musulmana que todavía se deja ver en muchos de nuestros edificios. Cal y cantos rodados además del tapial y el ladrillo configuran los aparejos más frecuentes en los paramentos de las viviendas. La mayor parte del granito es probablemente reaprovechado de los edificios antiguos romanos y árabes.

En el siglo XVI se aprecia un caserío homogéneo con pequeñas casitas de un piso en los populares barrios de los arrabales y una villa donde rodeadas por la muralla se observan edificaciones algo más pretenciosas de dos, incluso tres pisos con bonitos corredores cubiertos en el nivel superior.

Arquitectura del centro historico de Talavera de la Reina

Viviendas distribuidas en su interior en torno a un patio con un pozo y conformando la más característica construcción talaverana, la casa-patio, en la que una vez más podemos percibir la influencia musulmana en nuestra cultura, una disposición que se adapta además perfectamente a las tórridas temperaturas estivales de la ciudad. En este dibujo se observan incluso algunas torres que adornan los palacios de las clases dominantes y los campanarios y espadañas de las muchas iglesias y conventos que emergen del caserío.

El ansia desarrollista del siglo XIX hace que se considere a las murallas y a los cascos históricos de las ciudades como una rémora, un obstáculo para el progreso y por ello se destruyen murallas y monumentos sin ninguna clase de prejuicios.

En el siglo XX se conservan numerosas edificaciones significativas y edificios de calidad más o menos reconstruidos y parcheados hasta que en los años sesenta y setenta la explosión demográfica que sufre la ciudad en un periodo muy corto de tiempo, la especulación con ciertas connivencias interesadas, y claros rasgos de caciquismo remanente en una población tan ruralizada como Talavera, unido todo ello a las escasas posibilidades que el franquismo permitía para la concienciación y movilización ciudadana en este como en otros problemas. La destrucción urbanística y el ladrillo visto causaron entonces los estragos que hoy en día todavía no se ha restituido.

“Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

Andando llegamos al gran “Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” se encuentra situado en la ronda del Canillo núm. 19 (GPS N 39.9571569 W 4.829945). Promovido por la asociación de Vecinos de San Jerónimo, dedicado a los pescadores artesanos de Tajo y al propio río como fuente de vida. Su autor Antonio García Cerro. Está situado en la Ronda del Cañillo frente al Museo Etnográfico de Talavera.

Se halla en el exterior del propio recinto del Museo fue antaño vivienda de una de las últimas familias pescadores tradicionales y en su patio se guardaban las barcas y redes con las que se ganaban la vida.

Tiene unas dimensiones de 17 metros de largo por 3 del alto y 1.275 azulejos, es el mural cerámico más grande de la ciudad y tardó en realizarse unos 16 meses. Fue inaugurado el día 23 de Julio del 2015.

Sobre cinco ojos simulados de un puente, nos presenta cinco escenas de la pesca tradicional de la zona, con caña, con red a mano, con red en barca y a la balanza o mediomundo, al lado de la antigua muralla (desaparecida) y vistas de la ciudad al fondo. En la parte baja y simulando redes de pesca, se encuentran relacionados los nombres de los ciudadanos que han colaborado en la obra (más de mil), así como el nombre de las poblaciones, de los alrededores de la comarca, cuyos ayuntamientos han colaborado asimismo con sus aportaciones al proyecto (15 € por azulejo).

“Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

Los personajes han sido representados ataviados a la manera típica de la zona de la Comarca y las mujeres llevan el traje regional de Talavera de la Reina, con su escudo en la falda.

Algunos personajes actuales, como el Presidente de la Asociación Vecinal o el propio autor de la obra, han sido inmortalizados dentro de la obra y encontramos sus retratos en alguno de los pescadores. Es por este motivo por el que, a pesar de la gran calidad y plasticidad de la obra, sin embargo se aprecian algunas incorrecciones en la relación entre cabezas y cuerpos de algunas figuras (por ejemplo la mujer del cántaro o alguno de los pescadores).

Aparecen al fondo, alguno de los monumentos más significativos de Talavera como La Colegiata Santa María la Mayor, Santa Catalina, Nuestra Señora del Prado, la Muralla, el Puente Romano, etc.

El tratamiento de la luz se corresponde con los distintos momentos del día, la madrugada, la mañana, medio día, atardecer y anochecer.

“Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

Por cierto, hablando sobre las horas del día: Se supone que la manera de colocar las escenas ha de ser de izquierda a derecha, siguiendo el orden cronológico con respecto a las horas del día, la primera la del amanecer, luego la mañana, medio día, etc. Sin embargo, la primera escena, que se supone debería corresponder al amanecer, tiene representado el sol al oeste y la última, que sería el anochecer, lo tiene al este. Por lo tanto o bien las escenas están mal colocadas o no se ha tenido en cuenta el pequeño detalle de situar correctamente la posición del sol, (o tal vez esté colocado así intencionadamente por otro motivo).

Toda la composición está enmarcada con adornos de grutescos renacentistas tan tradicionales en la Cerámica de Talavera y entre ellos encontramos las especies más características de la pesca de río, la carpa, el barbo, la trucha y la boga. Los grutescos se funden en la parte baja con redes de pesca.

El mural es una buena iniciativa, un atractivo más para la “Ciudad de la Cerámica” y queda como Símbolo Cerámico de la ciudad. Hay previsto un nuevo mural con el tema de las tradicionales Mondas.

Amanecer“Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

El panel de la izquierda representa el amanecer, donde se puede ver en fila los pescadores esperan pacientes con sus cañas y el situado en primer plano ya tiene su primera pieza. A los pies de cada personaje aparecen sus nombres.

Al fondo una bonita representación en perspectiva de la antigua muralla y con sus torres albarranas que, hasta hace relativamente pocos años, recorría la ribera del río.

Mañana “Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

El segundo panel por la izquierda representa la mañana, donde se emplea otra modalidad de pesca. Los pescadores arrastran la red repleta de peces. Al fondo se aprecia el Puente Romano, la Colegiata Santa María la Mayor y el Convento de San Prudencio o Santa Catalina. Es la vista típica cuando cruzamos el Tajo y entramos en la ciudad por la parte sur.

Mediodía “Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

El panel central representa el mediodía, donde se puede ver a una pareja de pescadores se disponen a comer. Con sus trajes regionales talaveranos, orgullosos muestran sus capturas. Al fondo la cúpula de la Basílica de Nuestra Señora del Prado.

Tarde “Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

El cuarto panel desde la izquierda representa la tarde, donde se puede ver a tres pescadores en su barca de madera subiendo las redes. Detrás se puede ver el puente romano y al fondo de nuevo la silueta de la iglesia de San Prudencio.

En primer plano del panel se representa una pequeña muestra de la fauna y flora de las riberas del Tajo, Martín pescador, rana y libélula. Juncos, juncias, flores,

Anochecer “Panel Homenaje a los pescadores del río Tajo” de Talavera de la Reina

El último panel de la izquierda representa la finalización del día con el anochecer, donde se puede ver como los pescadores hacen una tarea continúa aprovechando al máximo las últimas luces del día. Toda la familia se prepara para la cena y las mujeres son las encargadas de llevar en sus cestas y cántaros lo necesario para ello. Al fondo vista del Puente Romano.

Puente Viejo de Talavera de la Reina

Muy cerca se encuentra el Puente Viejo (GPS N 39.957032 W 4.829105) o también conocido como Puente de Santa Catalina o Puente Romano, de Talavera de la Reina, está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Los cambio en el cauce del río tajo es algo evidente porque antes el río era la fuente de vida de la ciudad, ahora, está totalmente encauzado y para poder verlo hay que asomarse al vacío.

El puente, que ha servido históricamente de vía de comunicación con la vega ubicada en la margen sur de la ciudad, tiene sus orígenes en una estructura anterior de época romana de la que se conservan ocho pilas y alguna de ellas tiene restos del salmer, el arranque de su arco. Están fabricados con sillares bien labrados y rellenos en su interior con cantos y argamasa, el “opus caementicium” de los romanos. También se deduce de su estructura que los arcos tenían algo más de radio que el actual y que su calzada era más ancha.

La gran construcción sobre sus primeros cimientos se acomete hacia finales del siglo XV bajo la dirección de Fray Pedro de los Molinos, manteniendo, más o menos, el mismo aspecto que en la actualidad.

Esa parte de origen romano se encuentra por debajo del nivel del agua, y corresponde con los cimientos del primer tramo.

El Portro del Puente Viejo de Talavera de la Reina

Este antiguo puente seguía en línea recta hasta la isla situada frente a la orilla de la ciudad. En torno al siglo XIII se debió de variar el trazado con ese característico quiebro, y se levantaron algunos ojos con arcos apuntalados.

De esta manera el puente ha estado en permanente reconstrucción. La última restauración ha tenido lugar en el año 2002.

La referencia documental más antigua del puente data de 1227, cuando el rey Fernando III ordena controlar el trasiego comercial en los puentes del Tajo.

En las orillas del puente se ha levantado El Potro del Puente Viejo (GPS N 39.957235, W 4.829498), es un monumento que representa las ferias de ganado que se celebraban en Talavera y que acudía desde todos los puntos del país para su venta. A lo largo del río había diversos espacios convertidos abrevaderos, incluso salidas al río. Teniendo en cuenta que el ganado debía vivir y pernoctar durante varios días en el recinto ferial, la cuestión del agua era fundamental. No faltaba tampoco el potro de herrar. Situado precisamente en la Ronda del Cañillo, entre el Puente Viejo y San Prudencio, fue demolido hace años.

Mural de las Mondas de Talavera de la Reina

Más adelante, podemos ver el tercer mural de cerámica dedicado a las fiestas de Las Mondas (GPS N 39.956793 W 4.830969), que ya es una realidad gracias al patrocinio de una empresa del agua y que ha sido elaborado por el ceramista Antonio García Cerro, el mismo que realizó el mural ‘Homenaje a los Pescadores', que se encuentra ubicado a escasos metros del de las Mondas.

El nuevo mural cerámico tiene 20,20 metros de longitud y 3 metros de alto; está compuesto por 1.515 azulejos de 20 x 20 centímetros y su periodo de elaboración ha rondado un año y medio.

Representa una fiesta religiosa donde se puede ver en el centro está la Virgen del Prado, protagonista de esta fiesta desde que en el siglo VII el rey visigodo Liuva II las cristianizó y adaptó como devoción a la patrona de Talavera, mientras que en el lado izquierdo está Ceres, con el rapto de su hija, y en el lado derecho, los desposorios de María y José, los niños, que tienen un papel relevante en la fiesta, y el carrito de Mondas.

Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina

Vamos andando hasta la iglesia de Santa María la Mayor (GPS N 39.957521 W 4.832263). Se construyó entre los siglos XIV y XV en estilo gótico-mudéjar. El templo, que fue colegiata hasta 1851.

El estilo arquitectónico del templo es gótico-mudéjar y su aspecto actual data esencialmente de los siglos XV y XVIII. La planta es rectangular, con tres naves longitudinales rematadas por ábsides poligonales y sin crucero. Las tres naves están cubiertas por bóvedas de crucería, con terceletes en la nave central. Destaca su rosetón gótico flamígero fabricado con técnicas de ladrillo mudéjar en el XV.

El retablo mayor es neoclásico, y está presidido por un lienzo de la Asunción de María de Mariano Salvador Maella. Las capillas laterales atesoran valiosas obras de arte. Entre ellas destaca, en la capilla de Santa Leocadia, el lienzo de la Aparición de Santa Leocadia a San Ildefonso y el rey Recaredo, fechado en 1592, y que es una de las escasas obras conservadas del pintor toledano Blas de Prado. La capilla de los Santos Mártires alberga dos monumentos funerarios góticos del siglo xv. La de Santa Ana o de los Reyes, la de Santa María del Pópulo y la del Cristo de los Espejos son otras capillas a destacar. La iglesia alberga además importantes muestras de cerámica de Talavera. Algunos de los lienzos datan del siglo xvi, como el del retablo de los Santos Mártires. El retablo del Cristo del Mar es obra del ceramista Ruiz de Luna.

Portada de la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina

El claustro se construyó en el siglo XV en estilo gótico. En él se encuentra enterrado Fernando de Rojas, autor de La Celestina, y varios monumentos funerarios del siglo XV. La sacristía se construyó en el XVI, y está presidida por una imagen de la Virgen del siglo XV, probablemente la que presidía el antiguo retablo mayor. Los cuerpos superiores de la torre se construyeron a principios del siglo XVIII en estilo barroco.

Plaza del Pan de Talavera de la Reina

Estamos en la plaza del Pan, hace sus funciones como plaza mayor y centro neurálgico de Talavera, está rodeado de los edificios más importantes de la ciudad (GPS N 39.958014 W 4.832467), además de ser uno de los espacios más bellos y representativos de Talavera de la Reina.

Es una plaza de rústica apariencia y de estilo renacentista, que fue embellecida por los colores de las cerámicas que nos encontramos en bancos, fuentes, zócalos y cenefas. Los bancos realizados por Artesanía Talaverana, son auténticos cuadros al aire libre, donde se representan motivos de cacería y motivos florales.

En esta plaza se encontraban la Colegiata de Santa María la Mayor (edificio gótico iniciado en el siglo XII), el Ayuntamiento, la Casa del Deán, el Palacio Arzobispal (antiguo Ayuntamiento donde ejerció de Alcalde Fernando de Rojas), Templos de Júpiter y Vespasiano, Edificios medievales del CEII y el Hospital de la Misericordia (hoy en día Centro Cultural Rafael Morales), es decir, los edificios más importantes de la ciudad. En 1812, cambió su nombre por el de Plaza de la Constitución, pero dos años después Fernando VII la cambió el nombre por el suyo propio. En 1864 vuelve a recuperar el nombre de Plaza del Pan, que durará hasta la llegada del franquismo, cuando será denominada Plaza de Primo de Rivera. En 1980, la Plaza del Pan recuperó su nombre. Curiosamente, algunas personas de edad avanzada llaman a este espacio “la Plazuela” pese a ser la plaza más grande de la ciudad y verdadero centro administrativo. Hoy es uno de los puntos más bellos de la ciudad y donde se realizan conciertos y otras actividades culturales y lúdicas

Plaza del Pan de Talavera de la Reina

Su nombre proviene de la existencia en el lugar de una antigua calahorra o despacho de pan en épocas de carestía. Curiosamente, no siempre tuvo este nombre, pues en documentos del siglo XIII la plaza es mencionada como Plazuela de Santa María. A partir del siglo XV es bautizada como “del Pan”, pero entre los siglos XIX y XX tenía otros nombres, tales como plaza de Isabel II, plaza de la Libertad y plaza del general Primo de Rivera. Sin embargo, desde 1980 recibe el nombre actual.

Iglesia de San Andrés de Talavera de la Reina

Vamos andando hasta el barrio de cuartos donde se encuentra la magnífica iglesia de San Andrés (GPS N 39.958950 W4.837479). Alrededor de ella giró la vida de esta popular barriada que aproximadamente coincide con los llamados arrabales viejos de la ciudad de Talavera.

La iglesia es de una sola nave con cabecera separada por arco triunfal de medio punto y de sección ochavada, aparejado en ladrillo. Al fondo hornacina abocinada que soporta el retablo.

El coro se sostiene por sendos pies derechos de fuste circular y orden dórico; balaustre de madera de bolillos. Zócalo de cerámica, probablemente del siglo XVII.

Se cubre la nave por cerchas de madera a dos aguas y el cabecero por artesonado. Bajo el coro, pila bautismal gótica cerrada con madera de bolillos del siglo XVIII.

En el interior debemos destacar el gran lienzo central del retablo, una pintura del siglo XVII representa al patrón de la iglesia y que algunos autores atribuyen a Maella. En este cuadro es de destacar la buena factura del rostro del santo. Sobre ella se sitúa un lienzo más pequeño con el motivo del bautismo de Cristo. Otras dos pinturas completan el patrimonio pictórico de la iglesia, una copia de la Adoración de los Magos de Tiépolo pintada en el siglo XIX y un cuadro de la Entrega de las Llaves a San Pedro, que podría, según César Pacheco, haber formado parte de uno de los altares laterales que estaba dedicado a este santo y cuya interesante azulejería pasó luego a decorar el altar mayor.

Cristo en la Iglesia de San Andrés de Talavera de la Reina

Parte de la cerámica y ajuar parece que pertenecieron a la desaparecida iglesia de San Clemente, como es el caso de un aguamanil de cerámica del XVI que lleva la leyenda “Soi de San Clemente”. Del mismo material, época y autor es una pila de agua bendita de cerámica, también de gran calidad pero cuya cruz de San Andrés dibujada en el centro nos orienta a su pertenencia a la propia parroquia. No debemos dejar de reseñar el artesonado octogonal en madera de lacería mudejarista tardía así como la cerámica de la sacristía.

Es de destacar también la decoración pintada de sus muros recientemente descubierta.

Todavía permanece encastrada en sus muros la inscripción que el sobrino del arriba mencionado mecenas de esta iglesia, Gaspar de Carvajal, mandó colocar en el siglo XVII para recordar la protección y las obras que realizó su tío enterrado en la capilla mayor. Algunos de los bancos con escudo en marquetería, y puede que alguna imagen, proceden del cercano convento de El Carmen. Debemos por último referirnos a otras imágenes como un Cristo crucificado del siglo XVII y un probable San Juan del XVI que se encuentran en la sacristía así como un San José que está en un lateral de la nave del templo y, según Nicolau de Castro, parece tener ciertas características que orientarían hacia talleres de la escuela madrileña del siglo XVIII.

Cabecera de la Iglesia de San Andrés de Talavera de la Reina

El exterior es una fábrica de aparejo toledano que refleja fielmente el interior. Destacan los contrafuertes laterales, la espadaña en el hastial del pie y el ábside curvo del cabecero. Se cubre a dos aguas.

Destaca sobre la puerta de acceso de la fachada norte un panel de azulejos del siglo XVII representando a San Andrés mientras que en la sur se encuentra la primitiva espadaña de aspecto más antiguo que el resto de la fábrica del templo y que no carece de encanto.

Calles de Talavera de la Reina

Vamos andando hasta la iglesia de Santiago y podemos ver los restos de algunas casas mudéjares. En Talavera, los musulmanes fueron confinados en la colación de Santa Leocadia, concretamente en la zona que en 1506 un apeo de las propiedades del Hospital de la Misericordia la cita como Barrionuevo512. Este lugar, al este de la ciudad, dentro de los Arrabales Mayores y próximo a la cerca de la muralla, se situaba en las inmediaciones de la puerta de Toledo y de la actual calle Alfares. La documentación disponible en torno a contratos de propiedades elaborados en la morería al datar -la más antigua- en 1482, sirve para reforzar la teoría de que Talavera contó con una morería a partir de las disposiciones elaboradas en las Cortes de Toledo de los reyes Catolicos, y no antes. Por lo tanto, la morería se trasladó del centro de la villa a un extremo de los Arrabales Mayores, cumpliendo la normativa dictada por la Corona encaminada a impedir que judíos y moros residieran “a vueltas con los cristianos.

Para el caso de los judíos, existe una referencia más concreta que hace alusión a la ejecución realizada por el concejo en materia de ordenación urbana para garantizar las disposiciones recogidas en la petición 76. En 1482, el ayuntamiento tuvo que otorgar un solar y un patio al Monasterio de Santa Catalina porque el cenobio había sufrido una reducción de su propiedad al tener que cederla a la autoridad local para que pudiera ampliar los edificios de la judería en cumplimiento con el mandato regio de apartar a las minorías religiosas en las poblaciones castellanas. Del mismo modo que en el caso de los musulmanes, posiblemente los judíos tampoco contaron con un recinto propio hasta el momento que los Reyes Católicos decidieron recluir a las minorías religiosas del reino.

Calles de Talavera de la Reina

Aunque el colectivo judío había vivido hasta entonces diseminado por la ciudad, sobre todo en los grandes ejes comerciales de la villa, muchas familias hebreas también pudieron haber sentido inclinación por residir en torno a sus templos religiosos. El volumen demográfico de la comunidad judía posibilitó la construcción de dos sinagogas, una más antigua, denominada como sinagoga “vieja” y otra, posiblemente levantada en algún momento del siglo XV, designada como la sinagoga “nueva” –así vienen nombradas en un documento del año 1494- muy próximas a donde se encontraría oficialmente constituida la judería años después, así como las viviendas de un buen puñado de familias hebreas. De esta manera, en el caso judío, para cumplir con la petición 76, la autoridad realizó sobre todo un reagrupamiento en vez de un traslado masivo de gente hacia otro lugar.

Para que judíos y moros pudieran cumplir la ley segregacionista que se impuso en la Cortes, los cristianos tuvieron que cederlos sus solares y casas -como ocurrió con el monasterio jerónimo de Santa Catalina- para la construcción de templos u otras edificaciones y para el aprovechamiento de las viviendas particulares. Hay que tener en cuenta que, al no haberse constituido la morería y judería a extramuros de la villa, algunos afectados por la reclusión tuvieron que ocupar edificios pertenecientes al colectivo cristiano. A pesar de que los Reyes Católicos habían sugerido a los propietarios que la transmisión de sus propiedades que iban a formar parte de los barrios segregacionistas de judíos y moros se hiciera en forma de venta, lo que pudo primar, en el caso de los moros talaveranos, fue el censo, según la documentación conservada que se analizará unas líneas más abajo.

Casa mudejar de Talavera de la Reina

En el momento que los mudéjares se trasladaron al barrio que debían ocupar según la ley, se encontraron que las casas ya estaban construidas, por lo que es posible que se siguieran manteniendo los censos de las viviendas completas o solo de unas partes determinadas de las mismas.

De esta manera, parece ser que la morería poco a poco fue siendo ocupada por el resto de la comunidad mudéjar a medida que el siglo XV llegaba a su fin. Sin embargo, al no haber apenas disponible información relativa a transacciones económicas de viviendas para la última década de esta centuria, hoy en día aún no se puede asegurar si todos los miembros pertenecientes al colectivo islámico se trasladaron finalmente al barrio de exclusión destinado para ellos.

La irrupción de los franciscanos en la morería no fue un hecho casual. Fue precisamente fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada y oriundo de Talavera, el patrocinador de la instalación de los monjes en la villa. Considerado como el gran inspirador de la reforma en la etapa de los Reyes Católicos, sus lazos con su villa natal produjeron una iniciativa fundacional dentro del ambiente de reforma generalizada de la orden que se vivía en 1494. Fray Hernando pidió licencia al cardenal toledano Pedro González de Mendoza para instalar, junto a la parroquia de Santa Leocadia, un nuevo monasterio de observantes. Mendoza concedió la autorización y el traslado de Santa Leocadia a Santa Eugenia “lo qual diçe se puede façer sin perjuiçio de los parrochianos de la dicha parrochia e de la mayor parte dellos porque, de setenta o ochenta parrochianos que diz que tiene, solo diez o doçe moran çerca y los otros asaz lexos de la dicha parrochia e mas çercanos a otras yglesias parrochiales.

Calle mudejar de Talavera de la Reina

Los mudéjares talaveranos desempeñaron un buen número de oficios cuya maestría fue utilizada sobre todo por el concejo de forma esporádica o, más o menos, habitual, lo que ha quedado reflejado en los libros de Acuerdos a través de los libramientos de salario.

Algunos miembros de la comunidad musulmana se dedicaron a explotar la tierra como agricultores y ganaderos en un régimen de tenencia acorde con sus posibilidades económicas. Incluso está documentado que muchos de ellos se dedicaron al cultivo del viñedo para la elaboración del vino.

Dentro de la base de los elementos sólidos vegetales consumidos por los musulmanes, aparte del pan, elemento básico, estaban las legumbres secas, los garbanzos, las lentejas, habas, etc. También utilizaban verduras y hortalizas como las acelgas, alcachofas, berenjenas..., así como los higos, cerezas, manzanas, peras... y frutos secos como las nueces o almendras. Las frutas han sido documentadas en el caso de Talavera y la legumbre es muy posible que también se cultivara en este tipo de suelo. Mas difícil sería optar por la siembra de los productos más perecederos y más teniendo en cuenta que el regadío apenas se practicaba. Aún así, es posible que algunos de ellos fueran obtenidos en las tierras talaveranas y por algunos mudéjares, los cuales provenían de una cultura con amplios conocimientos sobre las técnicas del regadío.

Casa mudejar de Talavera de la Reina

No ha trascendido los edificios públicos que utilizaban los musulmanes en Talavera. Estos edificios peculiares se convirtieron en lugares de pervivencia de las señas de identidad de un colectivo que, con el paso del tiempo, acabaría sufriendo una progresiva aculturación, como se verá en el capitulo siguiente. Las mezquitas o los cementerios intentaron adaptarse a los requisitos mínimos que la legislación islámica exigía, aunque hubo algunos de ellos, sobre todo los que tenían que ver con las manifestaciones religiosas externas, que fueron prohibidos por ser prácticas “nocivas” que podían hacer mella en la religión de la comunidad dominante católica.

Iglesia de Santiago de Talavera de la Reina

Hoy en día aún perdura un desconocimiento considerable sobre las mezquitas del periodo islámico en Talavera convertidas en iglesias. Aparte de la actual Colegial, algunos investigadores apuestan por Santiago el Nuevo como posible mezquita andalusí debido a la estructura que presenta y al cuerpo inferior de la torre, la cual parece construida con restos de alminares. La historiografía plantea una antigüedad para Santiago en torno al siglo XII, por los materiales y la técnica constructiva de la torre -a semejanza de los alminares- que Santiago incluso llegó a ser la primera mezquita de los mudéjares al igual que sucedió con la iglesia del Salvador en Toledo.

Sin embargo, la aparición de materiales de factura islámica no debe dar pie a pensar que este lugar pudo pertenecer a una mezquita convertida en iglesia porque la construcción de Santiago, iniciada en los siglos XIII y XIV, pudo reutilizar materiales procedentes de otros lugares, pero si es verdad que se nota en su arquitectura la presencia de mano de obra mudéjar.

Torre de la Iglesia de Santiago de Talavera de la Reina

La iglesia en sí plantea muchas dudas en cuanto a cronología y, por su factura y su ausencia en las fuentes del siglo XII –no hay que confundirla con Santiago el Viejo-, todo parece indicar que su construcción en Talavera no es tan temprana como se pensaba tradicionalmente. Sin embargo, su cercanía a la calle del Baño –las mezquitas solían tener uno cerca, aunque no era requisito imprescindible como más tarde se verá- puede ser un pequeño indicio de que efectivamente la iglesia pudo situarse sobre una mezquita secundaria o en un entorno muy próximo a ella.

Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Desgraciadamente cuando llegamos a la iglesia de Santiago Apóstol (GPS N 39.962029 W 4.831633) está cerrada y no tenemos oportunidad de ver su interior. Un cartel indica que mañana a la mañana hay misa, intentaremos volver.

Ya empieza atardecer y solamente nos queda ir hasta la Basílica de Nuestra Señora del Prado, para ello tenemos que atravesar andando toda la ciudad, en realidad tendría que permanecer abierta todo el día pero esto del Covid no da tregua y solamente se puede visitar en los momentos de la misa de las 20,00 horas.

Enseguida estamos en los jardines del prado y aprovechamos que uno de los puestos de churros se atrevido abrir y nos podemos tomar un chocolate con churros, sentaditos en la terraza.

La Basílica de Nuestra Señora del Prado, se encuentra en el interior de los Jardines del Prado pero también se puede ir por la avenida de Extremadura (GPS N39.961193 W4.821199).

Es uno de edificios de Talavera de la Reina con mayor historia, aunque no hay certeza de la fecha concreta en que se empezó a dar culto a Santa María del Prado. Hay algo que sin duda se puede afirmar: es una de las imágenes más antiguas, si no es la más antigua, de la Diócesis. Posiblemente, es un regalo a Talavera del rey Liuva, en el siglo VI. Este era hijo de Recaredo y sobrino de san Hermenegildo. El arcipreste Juliano afirma de la Virgen del Prado: Era muy estimada de San Ildefonso. Y Pedro de Villarroel, escribano de la ciudad, menciona de nuevo la devoción que san Ildefonso tenía a la Virgen del Prado, y que desde Toledo vino a visitarla varias veces a esta Villa.

Panel izquierdo Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Hay un hecho histórico: La cristianización de las “Mondas”, antiguo rito en honor de la diosa Ceres. Las Mondas tanto en su época pagana como en su época cristiana, fueron siempre fiestas con un cierto carácter oficial, abiertas no solo a los hijos de Talavera sino a toda la comarca, alegres y piadosas. Su misma descripción remite a un origen antiquísimo y noble. Todo este ritual se ha mantenido sustancialmente. Pero, ¿cuándo se cristianizaron estas fiestas, iniciándose el culto a nuestra Señora del Prado? Sospecho que pudiera adelantarse esa transformación a la época tardorromana o de transición a la visigótica, siglos IV-V, dice Colomina Torner.

Felipe II denominó a la Ermita de la Virgen del Prado “Reina de las Ermitas”; el Card. Quiroga (1577-1594) la llamó "Madre de las Ermitas". Tenemos noticias de las diversas restauraciones realizadas, la primera en 1210, la última en 1979.

Pío XII concede la Bula de la Coronación Canónica el 15 de Julio de 1956 y se lleva a efecto, con filial entusiasmo, el 30 de Mayo de 1957.

Panel derecho Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

El 14 de Febrero de 1989 se firmaba en Roma, junto a San Pedro, una Bula Pontificia por la que se elevaba la Ermita a la dignidad de Basílica Menor por decisión de Su Santidad el papa Juan Pablo II, y se consagraba como tal el día 5 de Noviembre del mismo año.

Talavera es una ciudad mariana por excelencia. Desde hace siglos lleva en su alma una entrañable devoción a la Madre de Dios, se puede decir que existe un pacto de amor entre la Virgen del Prado y la ciudad de Talavera.

Una de las cosas más destacadas de la iglesia es su esplendida colección de azulejos de cerámica que muestra en el atrio exterior, fueron depositados en 1867, cuando el Ayuntamiento de Talavera de la Reina estableció el traslado de aproximadamente 16.000 azulejos de cerámica policromados procedentes del Antiguo Hospital de los Hermanos Hospitalarios de san Antón. Desde que en agosto de 1787 Pío VI suprimiera esta Orden, la Iglesia de dicho hospital había quedado convertida en una ermita dedicada a san Antón, patrón de los animales. Sin embargo, con el paso del tiempo, la ermita quedó en un considerable estado de abandono y pronto se determinaría su demolición. No obstante, la Iglesia guardaba un considerable tesoro artístico digno de ser salvaguardado. Se trataba de una de las mayores superficies decoradas con azulejería del siglo XVI conservada en toda, Talavera. Lamentablemente, de la disposición originaria de estos azulejos sólo contamos con la breve descripción de Cosme Gómez de Tejada:

Descendimiento Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

“En esta iglesia, la de San Antón, toda adornada (no es pequeña) de azulejos así el cuerpo como la capilla, y formando un retablo que ocupa toda la frontera hasta lo alto, obra de primor y que no se tenga semejante”.

Los azulejos fueron desprendidos del muro original, al cual debieron de estar fijados con yeso o cemento, mediante sistemas mecánicos bastante dañinos para las piezas, los azulejos se trasladaron embalados en cajas con paja hasta su destino actual.

Esta amplia colección de azulejería se encuentra repartida por el atrio, naves y presbiterio de la mencionada Basílica. En primer lugar, debemos destacar los paneles dedicados a la Vida y Tentaciones de san Antón. En el atrio de poniente, nos encontramos con el gran panel de san Antonio Abad; obra admirable por el dibujo con el que se representa la imagen venerable del santo. Como resultado habitual en la azulejería talaverana del siglo XVI, se emplea el color azul cobalto, claro y oscuro, para remarcar los perfiles y los rasgos del rostro. San Antonio aparece con el hábito blanco —con el tas griego en el pecho— y manto negro con capuchón. Porta un libro y un báculo y le acompaña un pequeño lechón con una campanilla (en recuerdo del jabalí salvaje que este santo domesticó). Este animal-atributo nos recuerda la consideración de san Antonio como patrón de los animales. Del mismo modo, el santo se inserta en una amplia representación paisajística, con una visión de arquitecturas urbanas al fondo, en la que se han introducido diversos animales: caballos, mulas, cabras, ovejas....

San Antonio en el exterior Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Otros ocho paneles de menor tamaño (4 x 5 azulejos) —seis de ellos a la derecha de la entrada de poniente y otros dos junto al púlpito del Evangelio— nos muestran las tentaciones a las que el Demonio, bajo diversas formas y en diferentes ocasiones, sometió a san Antonio mientras éste se encontraba retirado en el desierto egipcio.

Detalles Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

En estos paneles, tal y como se narra en la Leyenda Dorada, se representa a san Antonio Abad siendo tentado por las riquezas materiales (oro y semejantes riquezas), por el espíritu de la fornicación, por diversas fieras, por numerosos demonios y por un sátiro junto a un centauro. Estos cinco episodios se completan con aquél en el que Cristo se aparece milagrosamente a san Antonio, otro en el que un compañero da por muerto al santo, ya que éste había quedado gravemente debilitado tras sus luchas con los demonios, y, finalmente, aparece la muerte de san Antonio, cuya alma en forma de niño es recogida por los ángeles.

Estos paneles, sin duda alguna, destacan por la imaginación que ha desplegado el artista a la hora de dar forma a los numerosos demonios, monstruos y demás bestias. Sin embargo, en cuanto a la calidad del dibujo, éste es notablemente más ingenuo y menos cuidado.

De la antigua Iglesia de Hospitalarios de san Antón proceden también buena parte de los paneles del atrio de la Basílica del Prado. Aquí, podemos observar una representación de Adán y Eva, escenas de la Vida de Cristo —Adoración de los Reyes Magos, Bautismo, Tentaciones en el Desierto, Cristo camino del Calvario, la Crucifixión, el Descendimiento, la Piedad, Cristo en el sepulcro y la Resurrección— y el interesante panel de Cristo Resucitado entre una procesión de Vírgenes (a su derecha) y otra de los Tercios de Flandes (a su izquierda).

Retablo san Anton Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Por último, en la parte superior de este atrio, se colocó la Genealogía de Cristo en la que se representa a 28 de los antepasados de Cristo, con cuya Natividad se culmina.

La iglesia tiene planta de cruz latina, y tres naves separadas por arcos de medio punto. Las naves se cubren con una techumbre de madera, mientras que en los brazos laterales hay una bóveda de medio cañón. En la intercesión, sobre un tambor octogonal, se levanta una cúpula que remata en una linterna.

En el interior de la iglesia destaca el Retablo de san Antón, conjunto del mismo origen, procedente del Antiguo Hospital de los Hermanos Hospitalarios de san Antón. que se encuentra en el lateral de la Epístola del Presbiterio de la Basílica del Prado.

Fechada su ejecución entre 1569 y 1571, este monumental conjunto de azulejería, cuyas medidas alcanzan los 7'5 metros de ancho por 5'5 metros de alto, recoge la estructura fingida de un retablo, simulando sobre la superficie plana del azulejo los diversos cuerpos y calles, con sus respectivos entablamentos, columnas, pilastras, cornisas y frontones. De este modo, este retablo se nos presenta como si se tratase de una de las arquitecturas efímeras que solían acompañar las más destacadas celebraciones religiosas en España desde el Renacimiento y, especialmente, en el siglo XVII.

La Huida a Egipto en la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Al tratarse de una arquitectura fingida, los artistas han podido desarrollar una estructura de gran riqueza ornamental y de notable profesión en cuanto al uso de los órdenes clásicos, recogiendo claramente las teorías arquitectónicas difundidas desde Italia.

Destaca, en primer lugar, la estructura central del retablo. Un primer cuerpo dividido en tres calles; la central con una hornacina en la que se aloja una escultura de cerámica de san Antón realizada por Juan de Alburquerque en 1571 —la única conservada de la cerámica tala- verana— y las laterales con las imágenes de san Miguel derrotando al diablo (izquierda) y san Bartolomé con el diablo encadenado (derecha). Estas representaciones se flanquean con sendas entrecalles que, a modo de templetes con pilastras dóricas adosadas y columnas del mismo orden fingidamente adelantadas, cobijan las simuladas esculturas sobre peanas de san Andrés, san Pedro, san Pablo y un pequeño ángel. En el segundo cuerpo, la calle central la ocupa la Imposición de la Casulla de san Ildefonso y los laterales san Francisco recibiendo los estigmas (izquierda) y santa Lucía (derecha). Finalmente, el tercer cuerpo se reduce a un único templete central que acoge la Crucifixión de Cristo con la Virgen y san Juan a los pies de la Cruz. Este cuerpo se une al inferior mediante una serie de guirnaldas de grutescos, con racimos y figuras fitomórficas que hacen las veces de aletones. Destacan las galerías que se han fingido en los laterales; en ellas apa- recen diversos angelillos —simétricos con respecto a los de la galería opuesta— tocando diferentes instrumentos musicales mientras danzan y parecen asomarse por las balaustradas de ambas galerías.

La Crucifixión Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

El conjunto se corona con un frontón triangular en cuyo interior se recoge la figura de Dios-Padre bendiciendo.

La riqueza decorativa de este retablo se encuentra en los fustes de las columnas del cuerpo inferior donde se entrelazan guirnaldas de pámpanos; las pilastras del segundo cuerpo se decoran con candelieri (elementos vegetales como hojas de acanto), se imitan mármoles y jaspes; los entablamentos y cornisas que separan los distintos cuerpos se recubren con grutescos; en las enjutas se sitúan seres fitomórficos; y todo ello en una amplia gama de azules —predominan para los elementos arquitectónicos—, verdes y naranjas.

Por último, este conjunto se enmarca tanto en los laterales como en la parte superior por diversas escenas relativas a la Pasión de Cristo. En el lateral izquierdo, superpuesto y flanqueado por sendas columnas de orden colosal y capitel compuesto, aparecen la Entrada de Cristo en Jerusalén y La Última Cena. En la parte superior, a modo de ático sobre un entablamento decorado con cruces de san Antón y con pequeños ángeles que sustentan guirnaldas, se nos muestran el Lavatorio de los pies, la Oración en el Huerto, el Prendimiento y Jesús ante el Sanedrín. La primera y la última de estas escenas aparecen flanquedas por estípites antropomórficos femeninos y masculinos. En el lateral derecho, de forma simétrica al anterior, otras sendas columnas de orden colosal enmarcan las escenas de la Flagelación y de la Corona de Espinas.

Los reyes Magos en la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Completan este repertorio iconográfico las imágenes de san Sebastián y san Cucufato, las cuales aparecen bajo las columnas de orden colosal interiores a modo de plintos, y una amplia representación de santos y santas por parejas que conforman un estrecho friso a lo largo de la parte inferior del retablo (Santa Fe y Santa Clara; San Julián y San Atanasio; San Iván y San Pablo, hermanos; Santa Margarita y Santa Catalina de Siena; Santa Leocadia y Santa Eulalia; Santa Rebeca y Santa Sara; Santa Cecilia y Santa Coloma; San Clemente y San Fabián; Santa Anastasia y Santa Isabel; San Isidro y San Bricio; San Benito y San Escolástico, hermanos).

Un estudio superficial de estos paneles y de este retablo resulta suficiente para comprobar que buena parte de los azulejos de los que se componen no se encuentran en su ubicación correcta o bien han sido sustituidos por otros que no corresponden. De este modo, algunas de las escenas que hemos comentado se convierten en auténticos collages en los que, sólo con cierta distancia de visión, podemos comprender lo que en ellas se nos narra. Sin embargo, cuando nos paramos detenidamente a contemplarlas, descubrimos que algunos personajes son un conglomerado de azulejos inconexos y que a algunos paneles se les han añadido más azulejos para adaptarlos a los espacios de su nueva ubicación en la Basílica del Prado. Así, por ejemplo, podemos comprobar que en la Genealogía de Cristo se han tras- tocado muchos de los azulejos en los que aparecen los nombres de los antepasados de Cristo, de forma que su orden se ha variado o, incluso, se han inventado nombres inexistentes; caso de “Zoraliud” y de “Eleabiud” en lugar de Eliud y de Eleazar respectivamente..

La muerte de san Antón en la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

En el muro occidental de la Basílica de Nuestra Señora del Prado pueden verse distintos restos arqueológicos y arquitectónicos. Destacando entre ellos lápidas romanas, una de ellas del joven militar romano Marco Luperco, también pueden contemplarse los blasones que antiguamente adornaban palacios de la ciudad y también se ven escudos de puertas desaparecidas, como el escudo de Talavera de la Puerta de Cuartos y el blasón del Arco de San Pedro y algunos elementos pertenecientes a la Real Fábrica de Sedas.

Columna Adan y Eva Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

Se trata de un variado grupo en el que destacan lápidas romanas, y es que Talavera de la Reina es una de las ciudades de España con mayor riqueza epigráfica. La estelas romana del joven militar romano llamado Marco Luperco, encontrada en la calle San Francisco en el cine Coliseum, otra dedicada a los mares infernales, encontrada en el antiguo convento de los Jesuitas, y otra con una luna representada, la cual fue descubierta en el palacio de los Condes de la Oliva. Otros elementos que se pueden contemplar son blasones que antiguamente adornaban palacios de la ciudad, algunos de ellos encontrados en la alhóndiga.

Fuente de loa Leones Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina

El más interesante tal vez sea el del Adalid Meneses, dividido en dos partes, en una de ellas se ve el escudo heráldico sostenido por dos sirenas y otra parte están los célebres “leones”, en realidad dos mitológicos grifos de mármol que adornaban el palacio de Meneses y que, tras el derribo de dicho palacio, adornaron la fuente de la ermita de la Magdalena, en el Paseo de Juan de Mariana, por lo que al paseo se le conoció con el nombre de “Los Leones” durante algún tiempo. Una vez desaparecida la fuente, terminaron donde hoy están. También pueden verse escudos de puertas desaparecidas.

Aquí damos por finalizado el tour por Talavera de la Reina, durante el día hemos ido sorteando los problemas del Covid porque la ciudad era una de las más golpeadas y tiene unas medidas de protección extremas.

Solamente nos queda regresar hasta el área de autocaravanas donde en la calle de los Alfareros nos espera la plaza número 2 para pasar una buena noche (GPS N 39.956494 W 4.814423).

Día 20 de septiembre (domingo)
Ruta: Talavera de la Reina-Madrid

Baptisterio Iglesia de Santiago el Nuevo de Talavera de la Reina

La noche en el área de autocaravanas es tranquila aunque en algunos momentos te das cuenta que estas aparcado en el polígono industrial de Talavera de la Reina, y damos gracias que esta noche no han salido los bomberos.

El día de hoy vamos a seguir descubriendo Talavera, justo donde lo dejamos ayer. Tenemos que atravesar toda la ciudad hasta llegar al barrio de la Plaza de Santiago. Afortunadamente Talavera es ese tipo de ciudades que puedes visitar sin necesidad de coger un medio de transporte.

En 20 minutos estamos ante la estela de la iglesia de Santiago el Nuevo (GPS N 39.962000 W 4.831767), uno de los mejores ejemplos del arte mudéjar. Llegamos unos minutos antes de que comience la misa y nos permite visitarla con entera libertad.

La iglesia de Santiago el nuevo está bajo la advocación del Apóstol Santiago. Su situación histórica lo emplazaría en los arrabales nuevos, lo que sería en la segunda línea de muralla. En su origen pudo estar una antigua sinagoga, debido a su estructura carente de ábside, lo que no es normal en una construcción cristiana.

Detalle múdejar Iglesia de Santiago el Nuevo de Talavera de la Reina

Su estilo es marcadamente mudéjar o románico con influencia mudéjar, datando su construcción en el siglo XIV, aunque posee también influencias góticas. Como sucede en otras construcciones de la ciudad, como por ejemplo la muralla, para este edificio también se reutilizaron elementos anteriores romanos y visigodos. Pese a que el ladrillo es el principal elemento constructivo, el mármol o la piedra también tienen presencia en el edificio.

La planta es rectangular, sin cabecera y su distribución es en tres naves, que se separan por pilares y arcos de piedra túmidos, que son rematados en cabecera de testero plano, llama la atención la ausencia de ábside, lo que la hace única por ser éste un elemento característico del arte mudéjar.

Posee tres naves separadas por pilares y arcos de piedra y solamente se levantan capillas adosadas al muro norte, destacando la de San Juan Bautista. En el exterior destaca la fachada oeste, rematada a modo de frontón y decorada con arcos lobulados; pero el elemento de mayor singularidad es el rosetón de ladrillo, así como los dos arbotantes que saltan sobre la travesía de Santiago dando un curioso aspecto a la calle.

Retablo Iglesia de Santiago el Nuevo de Talavera de la Reina

En la fachada occidental, se puede apreciar un pequeño rosetón realizado en ladrillo pese a sus trazos, y en la parte inferior hay vanos que iluminan el interior rodeados de arcos de herradura apuntados y polilobulados. En el norte y el sur del edificio están las puertas de acceso a la iglesia, que tienen arquivoltas de ladrillo ligeramente apuntadas. En la fachada oriental hay una aplicación de piezas de cerámica del siglo XIV-XV en el paramento.

En el presbiterio se encuentra un bello retablo del siglo XVI con pinturas sobre tabla del siglo XV, el cual se encuentra sobre un banco en cerámica talaverana del siglo XVIII. Pese a su reducido tamaño, esta iglesia cuenta con capillas, como la de San Sebastián, en el lado norte junto a la torre, datada en el siglo XVI. En ella se puede apreciar un arco carpanel. Alberga restos de San Valeriano, San Ramón Nonato y San Tiburcio, traídos desde Roma. A esta capilla se la conoce en la actualidad como capilla del Santo Sepulcro, por encontrarse en ella el paso de la hermandad que sale cada Semana Santa.

Una de las principales características del edificio es su órgano datado en el siglo XVIII.

Detalle del retablo mayor de la Iglesia de Santiago el Nuevo de Talavera de la Reina

Juan de Ferreras (1652-1735), historiador, académico, bibliotecario real mayor y autor de una valiosa “Historia de España” en 16 volúmenes, fue ilustre párroco de esta iglesia.

Frente a la iglesia, en la plaza que tiene el mismo nombre, se pueden observar hoy en día casa tradicionales talaveranas de los siglos XVII-XVIII con ladrillo y aparejo toledano.

Plaza de Zamora de Talavera de la Reina

Después de la visita a la iglesia continuamos andando por la calle de Mesones hasta que llegamos a la plaza de Zamora (GPS N 39.963121 W 4.831800), recibe su nombre de la antigua puerta del segundo recinto amurallado que daba acceso a la calle. De hecho, en el siglo XVI se llamó a la calle Zamora por enlazar a través de la mencionada puerta con el camino de las provincias de León y Zamora.

En la plaza quedan los restos de uno de los edificios más emblemáticos y más cargados de Historia de Talavera de la Reina, la Cárcel de la Santa Hermandad Vieja y Nueva; sin embargo, poco se tuvieron en cuenta estas circunstancias en la década de los ochenta cuando, debido a una desafortunada política del gobierno local se demolió el histórico edificio, con lo que la ciudad perdió un importante pedazo de su pasado.

Esta capilla se levantó sobre una antigua ermita de la misma advocación. En la actual plaza se encuentra una puerta cegada, en la que puede verse un escudo y un cartel explicativo, que era la que daba entrada a esta capilla. En los laterales podemos ver las acanaladuras en forma de bordón franciscano, orden a la que pertenecía el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), promotor de esta obra.

Plaza de Zamora de Talavera de la Reina

La torre de la plaza sirvió de mazmorra en la contigua Cárcel de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera, nacida en 1300 para la defensa de los intereses de colmeneros y ballesteros como protección de los bandoleros que campaban en los Montes de Toledo. Todavía se conserva su preciosa capilla de bóveda ojival y en la Basílica del Prado está el escudo de los Reyes Católicos que ocupó su fachada.

En este momento la plaza destaca por una puerta cegada en la que hay un escudo, así como un panel explicativo, es la que en otros tiempos daba entrada a la capilla de Roque Amador, que actualmente se puede contemplar en el interior de un taller mecánico situado en la calle Alfares; en esta puerta si nos fijamos bien, vemos en los laterales unas acanaladuras en forma de cordón franciscano. La explicación a esta forma es que el promotor de la obra fue el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), que pertenecía a la citada Orden de los franciscanos.

Desde aquí caminamos en dirección del río Tajo para ver la Puerta de Sevilla (GPS N 39.958455, W 4.827957), situada en la calle Carnicerías, junto al alcázar de Abderramán III, y pertenece al segundo recinto de las Murallas de Talavera de la Reina.

Puerta de Sevilla de Talavera de la Reina

Su nombre indicaba la ciudad principal en cuya dirección se encaminaban los viajeros que salían de Talavera camino de Sevilla. Se encuentra próxima al Alcázar, pertenece al segundo recinto amurallado. Es una construcción muy sencilla, con un arco de medio punto construido en ladrillo con merlones sobre él y con el escudo de armas del cardenal Quiroga, arzobispo de Toledo que la manda edificar en 1579.

También se la conocía como Puerta del Caño, por la existencia de una fuente próxima a ella primero bajo el nombre de Almorchén y luego como de Tetuán. De aquí le viene el nombre de Ronda del Cañillo a la inmediata calle que discurre a su salida.

Se trata de una sencilla construcción con un arco de medio punto construido de ladrillo, con merlones sobre él y con el escudo de armas del cardenal Quiroga, arzobispo de Toledo.

En las inmediaciones se encuentran el mural de letras esculpidas de cerámica con el nombre de “TALAVERA DE LA REINA” junto a las Murallas de Carnicerías, tiene unas medidas de: 2 metros de alto y 10 metros de ancho.

Mural de Talavera de la Reina

Realizada con azulejos que la fábrica San Ginés realizó para adornar las ocho letras que forman la palabra TALAVERA y su muro de base con el apellido 'de la Reina' con una buena muestra de la azulejería que ha hecho famosa en el mundo entero a la Ciudad de la Cerámica.

Fray Hernando de Talavera en Talavera de la Reina

Justo al lado, podemos ver en un jardín el monumento a Fray Hernando de Talavera (GPS N 39.958277 W 4.827533) engalanado con un pequeño mural que representa el V centenario de la muerte de Isabel La Católica.

Se representa como un fraile jerónimo de cuerpo delgado y rostro alargado permanecía sentado en la gran sala abovedada que daba entrada a las dependencias del Santo Oficio. La expresión de su nariz aguileña y sus ojos, tan vivos a pesar de su edad, causaban al joven clérigo que le acompañaba una sensación de serenidad que ninguna otra persona había conseguido transmitirle. Dos criados que cruzaron las frías dependencias, al pasar junto a él, murmuraron sorprendidos que el modesto fraile que ahora esperaba sentado para ser interrogado por el Inquisidor de Córdoba, Diego Rodríguez Lucero, era nada menos que el arzobispo de Granada, Fray Hernando de Talavera.

Nació en una familia conversa, si se han de creer las denuncias que se hicieron contra él a la Inquisición cuando ya era primer arzobispo de Granada. Probablemente era hijo de García Álvarez de Toledo y Ayala y de una hebrea del arrabal de Oropesa.

Monumento al camino de Guadalupe de Talavera de la Reina

Fue confesor de la reina Isabel I de Castilla desde antes de llegar ésta al trono (1474). En 1479 fue el encargado de supervisar que los votos de Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV de Castilla, fueran hechos correctamente, para que no pudiesen ser revocados y reavivar así la guerra civil que había llevado a Isabel a ser reina. En 1480 actuó como árbitro en la reducción de las rentas de la nobleza y para conseguir fondos para la guerra de Granada.

Tras la conquista de Granada en 1492, ejerció como administrador apostólico de ese reino hasta que en enero de 1493 recibió la bula que lo nombraba en 1493 primer arzobispo de Granada.

Allí procedió a aplicar a la población musulmana una política de conversión muy suave, evitando amenazas y coacciones. De hecho, impidió que la Inquisición se estableciera en Granada. Aprendió árabe y se ganó la consideración de los musulmanes, que le apodaron alfaquí santo.

En 1505, un año después de la muerte de la reina Isabel, su protectora, el inquisidor de Córdoba, Lucero, mandó apresar a amigos y familiares de fray Hernando y preparó su proceso por herejía y apostasía de la fe, debido a su actitud contraria a la Inquisición.

Monumento al camino de Guadalupe de Talavera de la Reina

Desde Roma, el papa Julio II della Rovere lo defendió y Cisneros puso en libertad a sus parientes en 1507. Ese mismo año, muere fray Hernando de Talavera.

Muy cerca, sobre el margen del río se ha levantado el Monumento al camino de Guadalupe (GPS N 39.957962 W 4.827704), la construcción, de planta hexagonal y estilo mudéjar coronado con una cúpula, alberga una réplica de imagen de la Virgen de Guadalupe, Patrona de la Hispanidad.

El monumento forma un templete mudéjar con incrustaciones de cerámica talaverana, ha sido creado por el arquitecto Mario Rodrigo Martín, decorado con azulejos cerámicos, con retratos de personajes que han tenido que ver con la historia del Camino y estampas emblemáticas de las localidades por las que discurre el mismo.

Aquí finalizamos la visita a la ciudad de Talavera, nos trasladamos hasta el área de autocaravanas para continuar el viaje en dirección a Madrid.

Maqueda (Toledo)

Salimos por la autovía A-5 y en el kilometro 76 hacemos una alto en uno de los lugares más enigmáticos de la mencionada carretera. Hemos pasado por este punto cientos de veces y al ver el semblante de su castillo sobre un promontorio siempre nos ha hecho pensar que tenemos una joya en el camino y que nunca hemos dedicado un ratito para descubrirla.

Pues en esta ocasión vamos hacer una parada para poder descubrir la localidad de Maqueda. Aparcamos la autocaravana en un lateral a la entrada, en la carretera de Ávila, en las coordenadas GPS N 40.0639727 W 4.3709507. Este lugar no tiene restricciones y es idóneo para visitar los principales puntos de la población.

Históricamente Maqueda fue levantada en un cruce de caminos de importancia estratégica y sobre una población antigua de nombre perdido, los musulmanes levantaron una fortaleza estable que enlazaba ópticamente con Torrijos. Lo hicieron, al parecer, en la época de Almanzor o inmediatamente después, cuando las invasiones procedentes del norte se hicieron más frecuentes.

Arcos múdejar en Maqueda (Toledo)

Sabemos que pasó a manos cristianas en 1085, junto con Toledo y que, como el resto de las poblaciones que siguen su mismo destino, se integró en aquella diócesis recién restaurada. Es posible que Alfonso VI favoreciera la llegada de mozárabes andaluces para reforzar la población.

Maqueda mantuvo su importancia durante el período cristiano gracias a los caminos que pasaban a los pies de su castillo y a la cerca que protegía a sus habitantes. Esos caminos favorecían el desarrollo comercial y la arquitectura militar garantizó la defensa.

En la época musulmana el Idrisi habla de un camino Talavera-Maqueda. En los siglos XII y XIII se mencionan varias vías: una iba desde Maqueda, por Olmos, a Madrid y otra, la llamada “carrera toledana”, unía Ávila con Toledo a través de Cebreros y Escalona. Los documentos aluden, también, a un “camino del Alberche”. Esa posición estratégica determinó la frecuente presencia de la corte

Por lo que se refiere al plano bélico cabe recordar que a fines del XII, tras la derrota cristiana de Marcos, los campos de Maqueda soportaron la presencia de las tropas musulmanas en dos ocasiones, durante los años 1196 y 1197.

Plaza de la Conmstitución de Maqueda (Toledo)

Por lo que sabemos, durante la campaña de 1197 el califa al-Mansur destrozó los campos de Maqueda y Talavera, pero no pudo penetrar en los recintos fortificados. Las murallas de Maqueda, tal vez de origen musulmán y reforzadas por los cristianos, resistieron con éxito esas embestidas y las del año anterior, las de 1196. De aquellas eficaces defensas queda poco: de las murallas, la puerta de acceso a la ciudadela y alguna torre, mientras que el conjunto de la alcazaba en el que se integraba el castillo, fue profundamente trasformado en el siglo XV, como hemos tenido ocasión de ver.

A comienzos del XIII, la historia de Maqueda y de su castillo experimentan un sesgo significativo: la villa y su término pasan al dominio señorial. En efecto; el 10 de Junio 1201 Alfonso VIII donó la villa de Maqueda a la orden de Salvatierra. De hecho, hasta 1434, año en el que es transferida, Maqueda fue la posesión más importante de la Orden de Calatrava en la zona toledana. Fue el maestre Martín Martínez quien se hizo cargo de la villa y la fortaleza de Maqueda. Recibió, al tiempo, un amplio abanico de rentas y derechos señoriales. A juicio de Rodríguez Picavea la donación obedecía al deseo del rey de consolidar militarmente el flanco occidental del reino de Castilla, muy quebrantado tras las incursiones de 1196 y 1197.

Panorámica desde Maqueda (Toledo)

En el siglo XV hay que anotar otro cambio importante: Maqueda se convierte en señorío secular. Una serie de circunstancias determinaron que fuera pasando de mano en mano hasta constituirse en cabeza, al menos nominal, de uno de los más importantes dominios nobiliarios.

En 1434 el maestre don Luis de Guzmán, que fue muy amigo del condestable don Alvaro de Luna, entregó a éste la villa de Maqueda junto con el castillo y la aldea de San Silvestre a cambio de Arjona, Jimena y Requena en Andalucía. Las posee después Álvar Gómez de Ciudad Real.

En 1469, Alvar Gómez entrega Maqueda y la alcaldía mayor de Toledo a Pedro González de Mendoza, obispo de Sigúenza, luego Cardenal de Toledo, que le da a cambio una serie de lugares en las proximidades de Madrid y Guadalajara. El 1 de Enero de 1470, el de Mendoza concluye otro trueque con Alfonso Carrillo, sobrino del arzobispo Acuña, y entrega la villa de Maqueda recibiendo, en compensación, Jadraque y Alcorlo. Por último, el obispo vende Maqueda a Gutierre de Cárdenas por 16 millones de maravedís.

Calles de Maqueda (Toledo)

Así fue como don Gutierre, Comendador Mayor de Santiago en León y Contador Mayor, casado con doña Teresa Enríquez, fue beneficiado con la villa de Maqueda. Su hijo fue el primer duque de Maqueda. En tomo a Maqueda constituyeron los Cárdenas un estado señorial integrado por Torrijos, Alcabón, Carmena, Quismondo, Jerindote, Santa Cruz del Retamar, Val de Santo Domingo y San Silvestre. En total, 37.000 Ha. con nueve núcleos de población, entre ellos dos villas importantes, la gran fortaleza de Maqueda, más la de la villa de San Silvestre. Don Gutierre brilló con luz propia en la corte de los Reyes Católicos.

Al matrimonio compuesto por Gutierre de Cárdenas y Teresa Enríquez se le deben varias obras arquitectónicas, entre ellas una casa solariega en Torrijos. Ahora bien; “según las indicaciones estilísticas, son de la misma fecha que las murallas de Torrijos y, suponiendo que la prueba heráldica” se ajuste a la realidad histórica, las tres fortificaciones fueron construidas por Gutierre de Cárdenas en las últimas décadas del siglo XV. Supone más Cooper: que los arquitectos y constructores de Maqueda fueran vecinos de Toledo y contratados por Teresa Enríquez para llevar a cabo las obras del Santísimo Sacramento de Torrijos.

Sucedió a don Gutierre, don Diego de Cárdenas, segundo señor de Maqueda, a quien Carlos V concedió el titulo de duque, con grandeza de España.

Rollo de Maqueda (Toledo)

El tercer señor de Maqueda y segundo duque fue don Bernardino de Cárdenas. En este tiempo Maqueda perdió importancia frente a Torrijos, a pesar de su majestuosa fortaleza y su tradición histórica. Ya en 1576, Torrijos que es calificado de “pueblo principal”, poseía mayor cantidad de habitantes, reforzado su número por los moriscos instalados tras la Guerra de Granada y por su mayor actividad agrícola e industrial. Atendiendo a estas razones, don Bernardino colocó aquí el centro de la administración de su estado. Maqueda conservó hasta el final de la Edad Media su cerca, para cuyas reparaciones se acostumbraba reservar una parte de las rentas.

Para descubrir la localidad vamos andando con destino a la plaza de la Constitución donde podemos ver el Rollo (GPS N 40.0654391 W 4.3724951), representa la categoría jurídica de este lugar y su independencia. Son señales de jurisdicción judicial propia que, normalmente, se instalaban en las entradas de las poblaciones junto a las vías principales o en plazas públicas cercanas a palacios o concejos municipales. Desde ellos, en ocasiones, se leían las nuevas disposiciones, las noticias importantes o las sentencias.

Este tipo de columnas es similar a una picota, es decir, el lugar donde se ejecutaban con penas corporales o de exposición pública de condenados, pero en el Antiguo Régimen no eran lo mismo, cosa que no impedía su uso para fines de ajusticiamiento penal.

La columna con forma de picota, era un elemento más antiguo, tenía una finalidad punitiva efectiva, es decir, servía para infligir un castigo físico a los acusados de algún delito generalmente menor, mientras que el rollo tiene un origen posterior y convive en sus primeros tiempos con la picota, pues su propósito es hacer pública la condición de villa adquirida por un lugar, y por tanto su autonomía para aplicar y hacer cumplir las leyes en nombre de la institución o persona (realengo o señorío, principalmente) que ostenta la jurisdicción. Este valor jurisdiccional que se atribuye al rollo es el que, por asimilación, lleva a que ocasionalmente se utilice también para aplicar castigos ejemplarizantes, lo que finalmente llevará a la fusión de los dos monumentos, el rollo y la picota, en uno solo. En cualquier caso, tanto la picota como el rollo desempeñan una función esencial en el sistema de control social y regulación de la conducta de las sociedades medieval y moderna en la Península Ibérica.

Iglesia de Maqueda (Toledo)

Lo más característico de esta columna granito es la decoración con las tallas de lobos (dos de ellas desaparecidas) y el escudo de los Cárdenas en la parte alta del fuste. El rollo está realizado sobre una piedra de fácil tallado que con el paso del tiempo ha tenido una gran degradación.

En la misma plaza, unas escaleras nos conducen a una imagen espectacular, se trata de una iglesia entre dos arcos, una entrada sorprendente de la Iglesia de Santa María de los Alcázares, construida en el siglo XV adosándose a la muralla y puerta califal, característica que la hace bastante peculiar y, gracias a ello, podemos contemplar una excelente muestra de arquitectura árabe medieval del siglo X-XII. Desde esta puerta se extendía la muralla rodeando toda la población hasta el castillo. La iglesia es de estilo gótico mudéjar. Destaca en el interior un capitel usado como pila bautismal, la carpintería mudéjar y cerámicas del siglo XVI. La torre es neogótica construida en 1908. El archivo parroquial de esta Iglesia conserva un curioso grupo de documentos civiles sobre actas municipales, pleitos, cartas y escritos, destacando los originados durante la Guerra de Independencia que relatan la dureza de la misma en Maqueda, que fue prácticamente abandonada.

Iglesia de Santa María de los Alcázares de Maqueda (Toledo)

A principios del siglo XX la iglesia tenía dos esculturas de alabastro del Renacimiento español que representan al matrimonio noble formado por Don Juan de Cárdenas y Doña Juana de Ludeña, duques de Maqueda, fueron expoliadas y vendidas al extranjero.

Puerta Califal de Maqueda (Toledo)

La representación del duque, con gesto meditabundo, lleva una armadura completa sobre una camisa de cota de malla y un casco con la visera levantada. La coraza está adornada con la cruz de la Orden de los Caballeros de San Juan. La armadura revela una fecha de mediados del siglo XVI. Por su parque, la duquesa viste un atuendo con corpiño con joyas. El traje evidencia el estatus noble.

Subiendo las escaleras de la iglesia podemos ver delante la Puerta Califal (GPS N 40.065279 W 4.371913), fue construida entre los siglos X y XII con grandes arcos apuntados de sillería a uno y otro lado.

Esta puerta daba entrada a la antigua fortaleza y reforzaba extraordinariamente la defensa mediante un largo y estrecho pasadizo interior conservado hoy casi completo.

Este conjunto arquitectónico contiene elementos árabes y cristianos de los siglos X-XII y realmente era una barbacana atravesada en “T”, con entrada por los arcos ojivales laterales que sostenían el adarve y que daban acceso a la puerta califal con arco de herradura.

Torre de Vela de Maqueda (Toledo)

De aquí se pasaba por un recinto que hoy es la entrada a la parroquia que se abre en ocasiones de bodas como entrada y salida de la iglesia.

Caminamos por las calles de Maqueda, acabamos en la Torre de Vela (GPS N 40.0657448 W 4.3713217), se encuentra en la Calle Real, caminando hacia el castillo. Es una impresionante atalaya levantada en el siglo XII, resto interesantísimo de la antigua fortaleza. Está realizada en mampostería y ladrillo y tiene planta curvilínea.

Más adelante, vamos hacia la parte más alta de la localidad por unas calles muy pronunciadas que ascienden lentamente sobre el promontorio donde se alza el Castillo (GPS N 40.0646195 W 4.3686114).

El castillo de Maqueda tiene una función militar. Su planta es ligeramente rectangular, pues su lienzo que mira hacia levante se quiebra algo al interior para adaptarse al terreno sobre el que se asienta, que le obligó a ser construido en dos niveles, como perfectamente se aprecia en ése su alzado más conocido.

Hacia el sur le flanquean dos torres circulares, y otras dos más hacia la mitad de los lienzos este y oeste; en la esquina izquierda de su cara norte dispone de un cubo circular y en la otra esquina quedan los restos de otra torre de planta cuadrada que, aparentemente tuvo que ser fuerte, levantada como protección de la puerta; seguramente esa fue la del Homenaje. Junto a ésta se abre su acceso principal, hoy cerrado mediante una moderna puerta de hierro. Sobre esta puerta, arco de medio punto adovelado y enmarcado en un alfiz, queda el escudo de los Cárdenas Enríquez; y más arriba un fuerte matacán labrado de sillería y ladrillo; en su centro, una aspillera cruciforme.

Castillo de Maqueda (Toledo)

Como la fortaleza se alza en un fuerte desnivel de terreno que desciende en dirección N-S las cortinas mayores se trazaron con diferentes alturas. Todo el edificio aparece coronado de almenas, salvo el tramo norte del lienzo de Saliente. En la parte superior de esta zona se advierten cuatro ventanas de arco rebajado.

Las almenas se hallan coronadas por un remate piramidal y organizado de modo que cada dos o tres de ellas están trabadas por un pequeño murete con aspilleras.

El nivel del piso del adarve se marca al exterior por una bella moldura de dientes de sierra fabricada en ladrillo. Esa moldura que Cedillo considera lo más característico de la edificación, se repite al nivel del arranque de las almenas.

La puerta de entrada está formada por un arco de medio punto con grandes dovelas de piedra y un alfiz delgado, también de piedra, con decoración de perlas. En la parte superior de dicho alfiz, un rectángulo rematado triangularmente, cobija un ángel que sustenta el escudo de armas de las familias Cárdenas y Emíquez. Este arrabá descansa sobre ménsulas con decoración vegeta.

Portada del Castillo de Maqueda (Toledo)

Protege el ingreso un matacán que se levanta sobre cuatro modillones. Cada modillón está formado por cuatro boceles y dos hileras de tres besantes o perlas. Los espacios entre los modillones se cubren con sillares labrados a modo de arcos rebajados. El intradós de esos arcos se adorna con dos hileras de tres besantes. La utilización de éstos constituyendo un acertado recurso decorativo. La parte inferior del matacán hasta la moldura del adarve, se construyó a base de sillares, utilizándose el ladrillo para el resto. En el paramento de ladrillo se incrusta un sillar en que se ha labrado una aspillera de cruz y orbe.

A la derecha de la puerta, como se ha dicho, quedan restos de un muro que pudo pertenecer a una torre cuadrada que protegiese el acceso al castillo.

Un portillo practicado en el extremo sur del muro este constituye el otro acceso al recinto. Consta de un arco rebajado construido con dovelas de piedra. Este portillo, que se abre hoy al exterior sobre un áspero talud, parece no tener ninguna finalidad. Sin embargo, descripciones anteriores a la reforma mencionan la existencia de un antemural y un camino de ronda por esta parte.

Torre del Castillo de Maqueda (Toledo)

La torre sur-este es la menos restaurada, presenta las siguientes características: se levanta sobre un basamento ataludado, posee una aspillera de palo y orbe y a la altura del adarve presenta unas gárgolas sin duda para evacuar el agua de lluvia. Las almenas se agrupan de dos en dos. Al basamento se refiere Cedillo catalogándolo como resto de la primitiva construcción. El aparejo es de distinta época: se utiliza ladrillo y sillares graníticos irregularmente distribuidos en la posible torre cuadrada, mampostería con relleno en los muros, y sillería y ladrillo en las almenas

Una peculiaridad más: la última reforma obligó a abrir en la torre noreste una cañonera para batir la puerta de ingreso al edificio. Dicha cañonera es reglamentaria en los cuarteles.

En resumen, Maqueda fue una ciudadela formada por la alcazaba situada en el punto culminante, coincidiendo, en parte, con lo que hoy es el castillo y un recinto amurallado del que restan la puerta de acceso y alguna torre. Dentro de ese recinto se encontraba la mezquita aljama que, después de la conquista, se consagró a Santa María bajo la advocación de los Alcázares.

Iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Maqueda (Toledo)

Ya solo nos queda bajar hasta la plaza de la Constitución y desde allí caminamos para ver los restos de la iglesia de Santo Domingo.

Los restos de la iglesia que quedan en pie es la espadaña de Santo Domingo de Guzmán. Fue construida en el siglo XVI en estilo renacentista.

Se trata del único resto de la desaparecida iglesia de Santo Domingo de Guzmán, cuyo solar está ocupado en la actualidad por viviendas. La espadaña o espiga se encuentra emplazada en uno de los patios originados en estas nuevas construcciones.

Se compone de dos cuerpos. El inferior realizado en aparejo toledano, con pequeñas perforaciones moduladas (posiblemente de las ataduras de las tirantas), sin otros huecos visibles, mientras el segundo se compone de dos arcos de medio punto de vano muy alargado que se remata con ménsulas estrechando la fábrica, hasta recoger un nuevo hueco semejante a los anteriores, rematando todo ello un tejaroz a dos aguas. Aún perviven restos de pináculos. La fábrica es predominante de ladrillo.

Espadaña de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Maqueda (Toledo)

La situación exenta de este campanario así como su emplazamiento en el borde urbano le confiere un gran valor ambiental. Es un hito dentro del perfil del municipio, que carece de uso alguno en la actua­lidad (exceptuando el ser nido de cigüeñas temporal).

Aquí damos por finalizada la visita a Maqueda, desgraciadamente es de esos sitios que tiene un gran atractivo histórico y arquitectónico pero que no saben exponer, Nos hemos encontrado todo absolutamente cerrado, ni las torres, ni la iglesia, ni el castillo es posible visitar si interior, ni siquiera los restos de la espadaña de santo Domingo es posible poder verlos porque están ocultos sobre una vayas de cemento. Este pueblo con estas características en cualquier parte de Francia serviría para que toda la localidad viviera del turismo, todavía nos quedan muchas cosas por aprender. Aquí estoy seguro que tienen todas las administraciones culpa de la dejadez, el castillo pertenece a la Administración del Estado, la iglesia interviene el ayuntamiento y el obispado, y la ordenación de los monumentos pertenece a la Administración Autonómica.

Maqueda (Toledo)

Partimos con destino a Madrid, llegamos poco antes de anochecer. El marcador parcial del vehículo indica que en este fin de semana hemos recorrido 290 km, los doy por bien aprovechados.

 

-FIN-

by

© Fotografías y textos son propiedad:

Ángel López

© Bajo el soporte de:

www.viajeuniversal.com

   
PULSE PARA IR AL COMIENZO