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BLOG VIAJE AL MUNDO DE LA LAVANDA (Tiedra, Ureña y Tordesillas) por A. Lopez

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VIAJE AL MUNDO DE LA LAVANDA

Día 14 de julio (viernes)
Ruta: Madrid-Tiedra-Urueña

Campos de Lavanda en Tiedra

Este año hemos dejado unos días libres para asistir al Festival de la Lavanda en la localidad de Tiedra (Valladolid). Es un espectáculo de color que nos gusta muchísimo poder asistir y disfrutarlo.

Como en años anteriores, huyendo del cambio Climático en Madrid vamos a probar suerte en el norte sabiendo que las temperaturas del día son muy parecidas, pero las previsiones de las temperaturas por la noche son mucho más favorables.

Partimos en dirección norte por la A-6 y sorprendentemente apenas hay unos kilómetros con retenciones intermitentes que nos permiten llegar al peaje con mucho sosiego.

Enseguida estamos en el área de autocaravanas localidad de Tiedra (Valladolid) y aparcamos en el recinto reinaugurada área de autocaravanas. Aunque vemos que poco han hecho porque el pavimento sigue estando en el mismo estado, los árboles han crecido un poco, quizás hemos notado que han mejorado la iluminación. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con N 41.6573 W 5.2633.

Campos de Lavanda en Tiedra

El área es de carácter público, totalmente gratuita, con posibilidad de vaciar agua grises y negras y llenado de agua potable. Aunque está situada a las afueras de la localidad, pero no es muy grande y se puede llegar en diez minutos andando a cualquier parte del cuerpo.

Aunque a mí personalmente me sigue gustando mucho más pernoctar en la zona de la ermita porque está bajo sombras y tiene varias mesas para pig-nic. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 41.652160, W 5.274479.

Nada más llegar marchamos para ver las tierras plantadas de lavanda en Tiedra (Valladolid) hay varias zonas que se plantan lavanda y no todas están en el mismo lugar, están repartidas por toda la localidad.

Este año vamos a visitar unos campos de lavanda que encontramos el año pasado encontramos accidentalmente en la carretera VP-6605 que va desde Tiedra hasta San Cebrián de Mazote, a unos tres kilómetros se empiezan a ver los campos, tiene algunas zonas donde puedes hacer las paradas sin riesgo para la circulación. Nosotros nos decantamos por parar en la posición GPS del lugar corresponde con: N 41.6666171 W5.244827.

Atardecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Lo primero que haré es explicar las diferencias entre la Lavanda o Lavandina y el Espliego era la misma planta con diferente nombre, desgraciadamente no soy un botánico. Este año en primavera, mientras viajamos en a los patios de Córdoba puede ver los mismos colores azul morados desde la carretera de una flor muy parecida a la Lavanda o Espliego y enseguida me acordé de que la floración de la Lavanda se produce a finales de julio y no florece en tierras por debajo de los 800 metros de altitud, entonces no era posible que lo que estaba viendo fuese lavanda. Pregunte cómo es posible que florezca en Andalucía y en cotas mucho más bajas. Enseguida llegué a la conclusión que lo que estábamos viendo era Espliego, en color y hojas es muy parecido, pero tienen muchas diferencias.

Atardecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Las características principales del espliego es que forma una mata más alta que la lavanda y es de color más grisáceo, no tan morado. Las hojas, al contrario de lo que ocurre en la lavanda, se disponen en la base de la planta, aunque también pueden llegar a encontrarse en los tallos florales. Estas son además más anchas que las de la lavanda. Los tallos florales suelen llegar a los 50 cm de altura, suelen estar ramificados, formando un característico tridente, teniendo hasta tres espigas cada una. Las flores, de menor tamaño, tienen un color lila pálido.

Atardecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Aunque parece que la lavanda ha venido procedente de Francia para descubrir una nueva forma explotación de la tierra, pero la lavandina o espliego ya era utilizado de forma habitual entre otras especias en la cocina andalusí. Actualmente, emplean sus flores, su esencia, para usos en la cocina, recomiendo su uso en pescados y carnes rojas, destacando por ejemplo, el ternasco asado al espliego.

Atardecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Se utiliza para aromatizar un vinagre con espliego, se limpian y se secan las hierbas, se colocan en un tarro con el vinagre y se cierra herméticamente. Se deja al sol o cerca de una fuente de calor en invierno como un radiador. Dos o tres semanas después ya está listo para ser utilizado.

Atardecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

También es muy conocida la miel de espliego, de color ámbar, con un sabor característico a lavanda, rica en hierro y recomendada para afecciones pulmonares, bronquiales y problemas cardíacos.

En España se encuentran referencias escritas de su empleo en medicina a partir del siglo XIII. El nombre genérico proviene del latín: "lavare", lavar, debido a que en la antigua Roma, y por supuesto en las casas palaciegas españolas, utilizaban las flores para perfumar el agua de baño. Las hojas del espliego son más anchas que la lavanda, de ahí procede su nombre específico que significa hoja ancha.

Tiedra no es muy conocido aunque está haciendo una gran promoción turística en los referentes al festival de Lavanda, pero os puedo asegurar que tiene todos los atractivos culturales, históricos y artísticos para ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

El festival de la lavanda en la localidad de Tiedra se celebra en el mes de julio, cuando los campos florecen como si fuera la misma primavera. Aquí el suelo se llena de amarillo por su cantidad de girasoles, el color tierra de los campos de cereales y de morado por los campos de lavandas.

Anochecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Nosotros estamos esperando hasta el atardecer para visitar campos de lavanda porque dicen que la temperatura del color es la adecuada y hemos dado con unos campos que se mezclan creando un espacio multicolor.

Cuando llegamos tenemos que buscar un hueco en el horizonte para evitar que la gente que hace lo mismo que nosotros no salga en nuestro objetivo, es el momento mágico que se produce en el atardecer cuando el sol está más horizontal para describir el momento del día, una paleta de colores menos habitual. Es el instante en que las plantas y flores sueltan toda la intensidad del aroma, este momento tan aromático atrae tanto por su color intenso como por su fuerte aroma a las abejas, que se benefician de su néctar o polen. Aprovechan para reclamar la presencia de los insectos polinizadores para de esta forma garantizar su continuidad en el planeta Tierra.

El perfume característico de flores como la lavanda lo provocan los llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), unos productos químicos que proporcionan a cada especie su olor. Es maravilloso ver como las abejas de la miel y los abejorros se dan un auténtico festín con la fiesta de las lavandas, ya que son una gran fuente de néctar.

Anochecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Este olor fugaz te hace pensar que cuanto hubiera dado por poder llevarme a casa un tarro de esas fragancias de las que en estos podemos disfrutar gratuitamente.

Desgraciadamente, este año en la zona solamente se ha cultivado la Lavanda, los campos que lo rodean no han sembrado girasol y han decido sembrar cereales que ya los han recogido, la combinación del amarillo del girasol y el morado de la lavanda es mucho más atractivo y visual.

Solamente nos queda marchar hasta la localidad de Ureña donde vamos a pasar la noche con la esperanza que la temperatura baje.

La distancia entre Tiedra y Urueña es de 18 km y tardamos 20 minutos en llegar, es quizá una buena elección para pasar la noche porque la localidad está en un promontorio que es más fácil que la brisa de la noche sea más placentera.

El parking de autocaravanas en Urueña (Valladolid) se encuentra situada justo delante de las murallas, en la travesía de la Laguna. Dispone de una fuente de agua potable y unas mesas para pig-nic. No hay posibilidad de vaciado, pero sí, de cubos de basura. Es gratuita y no tiene ninguna limitación. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 41.727389 W 5.201565.

Anochecer en los Campos de Lavanda en Tiedra

Solamente nos queda cenar y aprovechamos que llevamos hecho: tortilla de patata y una empanada de bacalao, junto con fruta y yogures, completan el momento.

Día 14 de julio (sábado)
Ruta: Urueña-San Cebrian-Tiedra-Urueña

Puerta de Azogue en Ureña (Valladolid)

Nada más despertarnos nos damos cuenta de la situación geográfica de la pequeña localidad de Urueña ubicada en un lugar especial, donde el páramo termina y comienza la gran llanura de Tierra de Campos, convirtiéndose en un mirador o balcón para poder disfrutar de bellas puestas de sol. Sobre ese borde accidentado se asientan las paredes del castillo y la muralla que rodean a la localidad. Su término municipal se extiende en parte por la paramera, en parte por los cerros y en parte por el valle, donde aparece la ermita románica en honor a la Virgen de la Anunciada.

Para ver la localidad entramos por la Puerta Norte o también conocido como Puerta de Azogue (N 41.727955 W 5.201841) constituye la entrada principal de la villa. Se trata de un arco de medio punto flanqueado por dos cubos que crean un estrecho pasillo defensivo, preparado para proteger la villa de posibles incursiones exteriores.

Nada más traspasar el umbral de la puerta podemos ver las piedras de sillería de los contrafuertes de la cabecera de la iglesia de Azogue ( N 41.7275586 W 5.2025355), situada Calle Puerta de Azogue, 5 Urueña (Valladolid).

La iglesia de Azogue en Ureña (Valladolid)

Quizás lo que más llama la atención del exterior de la iglesia es la cantidad de reformas que se han hecho y quedan reflejadas en los vestigios de sus sillerías y arcos. Podemos ver una desapercibida puertecita que se conserva en el muro norte y que actualmente se encuentra tapiada. Tiene dos arquivoltas apuntadas, y aunque no es fácil datarla, por su simplicidad, podría ser del siglo XIII.

La entrada a la iglesia se realiza sobre un patio cerrado con sillares de piedra que dispone de unos bancos de piedra, tiene un porche sujeto con dos columnas para la celebración de los actos religiosos en momentos de lluvia.

Se trata de un edificio de estilo renacentista, con cabecera gótica, construido en el siglo XVI sobre la fábrica de una iglesia medieval anterior. Su advocación actual es el de Nuestra Señora de la Asunción, llamándose tradicionalmente Santa María del Azogue por ser este el sobrenombre que tenía la primitiva parroquia sobre la que se asienta.

La construcción renacentista fue promovida por el quinto conde de Urueña y primer duque de Osuna, Pedro Girón, el cual encargó la dirección de las obras al arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón.

Portada ciega de La iglesia de Azogue en Ureña (Valladolid)

La muerte del maestro cantero, Alonso de Pando, en 1567, así como también el hecho de que el arquitecto no continuara con el proyecto planteado inicialmente, paralizaron las obras de la que estaba llamada a ser una fábrica de grandes dimensiones.

Posteriormente, en el siglo XVIII, se intervino en la zona de la cabecera, elevando la altura de la capilla mayor, con la apertura de ventanales y la construcción de pináculos decorativos al exterior. Asimismo, se construyó la espadaña en el muro occidental.

Desgraciadamente, la iglesia no está abierta y parece que solamente se abre para los oficios religiosos, según indica en la puerta, las misas se celebran los domingos a las 10,30 horas. Mañana intentaremos verla por dentro.

Caminamos por la calle Real viendo la arquitectura rural especial de Ureña Esta construcción popular está caracterizada principalmente por el empleo de los materiales humildes o de menor coste que el propio medio proporciona. Lo más lógico y barato para los constructores populares era utilizar lo que tenían más a mano. En nuestro caso se produce un aspecto interesante, ya que a través de la ubicación peculiar de esta localidad se tiene acceso a dos materiales de gran tradición constructiva: el barro y la piedra. La geografía de Castilla y León se manifiestan como una gran llanura rodeada de montañas, tan solo irrumpida por páramos como el del Cerrato o el de los Montes Torozos en la zona centro de la comunidad autónoma. Las zonas llanas normalmente son tierras ricas en arcillas; en cambio, en los páramos predominan margas y calizas.

Arquitectura rural de Ureña (Valladolid)

Desde los miradores podemos ver la escasez de masa arbórea en este territorio, sobre todo en un pasado relativamente reciente, lo que ha limitado el empleo de la madera para las edificaciones más humildes. Debido al costo de la misma, este material solo se ha visto en la arquitectura residencial y en la monumental. La ausencia de madera, empleada tradicionalmente como elemento de combustión, también incide en el escueto empleo de materiales cerámicos como el ladrillo. Solo en construcciones rurales más contemporáneas hemos podido encontrar el uso de estos dos materiales.

En muchas de las casas se emplea la piedra que se recogía en muchas ocasiones de los afloramientos calizos del lugar y, sobre todo, del excedente pétreo de las tierras de labranza al paso de los arados, especialmente en aquellas que se encontraban en el páramo. Es muy frecuente encontrarse en las esquinas de estas parcelas montones de piedras que los agricultores agrupaban para luego usarlas en diferentes menesteres. Estas piedras extraídas son piezas que, aunque irregulares, podían utilizarse por su tamaño directamente para las mamposterías.

Puerta de la Villa en Ureña (Valladolid)

Llegamos a la Puerta de la Villa (GPS N 41.7265227 W 5.2028823), se encuentra situado al final de la calle Real, en dirección sur, un gran arco apuntado se abre entre los sillares de la muralla, todavía se pueden ver los restos de las hendiduras donde se apoyaba la reja. Sobre este arco se levantaba antiguamente el escudo de armas de los Girón, condes de Urueña y señores de la villa.

Desde esta puerta se puede disfrutar de los altos e impresionantes lienzos de la muralla con el Peinador de la Reina al fondo, pero también se pueden observar bellos paisajes con la ermita de la Anunciada o los restos del monasterio del Bueso.

Aquí iniciamos un paseo agradable por el adarve de la muralla en dos recorridos diferenciados: el primero situado en el lienzo sur (entre el castillo y la Puerta de la Villa, desde el cual se divisa el valle de la Ermita y las ruinas del antiguo monasterio benedictino del Bueso) o por el Corro de Santo Domingo, y el otro a lo largo del lienzo oeste (entre la Puerta de la Villa y el mirador del Cubo Nuevo o Corro de Lagares, desde el cual se puede divisar la inmensidad de Tierra de Campos y, en días claros, tanto la Sierra de la Culebra como los Montes de León).

Castillo de Ureña (Valladolid)

La actual construcción, que comenzó a levantarse aproximadamente cien años después del castillo, fue promovida por la infanta doña Sancha, hermana de Alfonso VII el Emperador y señora de la villa. Las obras se pueden datar entre mediados del siglo XII y comienzos del XIII, en un momento en que Urueña hacía de puente fronterizo entre los reinos de León y Castilla, razón por la cual se estimó muy conveniente dotarla de un adecuado sistema defensivo.

En el extremo suroriental de la población, se encuentra el Castillo (GPS N 41.7266543 W 5.2017817), ahora está destinado como cementerio de la población. Tiene una forma rectangular adornada con cubos semicirculares a lo largo de todo su perímetro, a excepción del ubicado al sur, la llamada Torre del Homenaje, que tiene forma cuadrada. En el punto de unión del castillo con la muralla se encuentra un cubo de grandes dimensiones conocido con el nombre de Peinador de la Reina o Torreón de Doña Urraca, el cual constituye el punto más alto del conjunto monumental castillo-murallas.

Hoy día solo conserva los muros exteriores, habiendo desaparecido por completo las distintas estancias que pudo tener en el pasado.

Murallas de Ureña (Valladolid)

Fue mandado construir hacia el año 1060 por el monarca castellano Fernando I el Magno sobre los restos de una antigua fortificación romana.

Aquí residieron personajes muy influyentes de la historia castellana, como lo fue la reina Doña Urraca (s. XII), cuya presencia dio nombre al torreón antes mencionado o María de Padilla, que fue recluida en el castillo a mediados del siglo XIV por su amante Pedro I el Cruel, el cual la visitaba estando desposado con Blanca de Borbón.

Por otra parte, esta fortaleza estuvo también destinada a prisión. Entre sus muros sufrió condena, entre otros, el conde Pedro Vélez, que murió de una forma peculiar al ser encontrado en amoríos con una prima del rey Sancho III el Deseado (1157-1158).

La sentencia, dictada por el monarca, decía lo siguiente:

No le den cosa ninguna donde pueda estar echado

y de cuatro en cuatro meses

le sea un miembro quitado

hasta que con el dolor

su vivir fuese acabado.

Paisaje desde las Murallas de Ureña (Valladolid)

También fueron hechos prisioneros aquí el conde de Luna, el conde de Urgel, y la infanta Beatriz de Portugal. A mediados del siglo XV entró en posesión de los Condes de Urueña, siendo residencia del corregidor a través del cual estaban representados en la población.

Chozos de Ureña (Valladolid)

No podemos dejar de ver en Urueña sin ver la ruta por los tres chozos (GPS N 41.7294366 W 5.2018277 ),corresponden con los refugios de figura cupuliforme que servían para el resguardo del hombre del campo. Estos cobijos se levantaban en las eras del municipio, eran utilizados por los agricultores, sobre todo, en las épocas estivales, cuando se realizaban las tareas de labranza como acarrear, trillar, aparvar, etc. De modo que también servían para el almacenamiento de herramientas y de aperos de labranza. Las casetas son construcciones algo más modernas y de mayor tamaño, que servían para guardar al ganado, tractor o para almacenar la paja y/o el grano.

Chozos de Ureña (Valladolid)

Estas edificaciones tienen la misma composición: cuerpo cilíndrico de piedra de unos cuatro metros de diámetro exterior que alcanza hasta la altura de la puerta, y una bóveda de barro para techar el único espacio interior. Se sitúan estratégicamente en la esquina o borde de la era, en una posición muy cercana a la entrada de la misma, y el acceso del chozo mira siempre hacia el centro de la parcela.

Sobre su construcción, se observa que la mampostería es ordinaria, en seco o a hueso, de unos 50-70 cm de sección, y debía comenzar desde una ligera excavación a modo de pequeña cimentación, lo que confeccionaba una buena base estructural y protectora de la humedad del terreno. Para el acceso se escogen buenas piezas de piedra buscando la cara en bruto más lisa para la formación del propio hueco.

Venta de los Chozos de Ureña (Valladolid)

La cúpula se hace con adobes, siendo siempre en el arranque falsa con el sistema de aproximación de hiladas o vuelos sucesivos, para terminar en algunos casos con piezas inclinadas o sistema auténtico, de una forma muy similar a la bóveda de los hornos. Aunque el equilibrio estructural era conseguido tanto por la compresión de las piezas de adobe en su sistema de colocación como por las propiedades adherentes de la arcilla, se utilizaban en ocasiones travesaños de madera dispuestos diametralmente o en cruz para absorber las tracciones de la bóveda. Hoy en día ya vemos los adobes desnudos por el desgaste del hostigo, pero toda la cúpula era revestida de barro con paja cada año o dos años, formando una capa de protección de viento, sol y agua, llamada trullado. Esta piel a veces se impregnaba también sobre el muro de piedra. La trulla, además, suponía un gran refuerzo estructural que aumentaba la rigidez del conjunto.

Ureña rural (Valladolid)

Uno de los aspectos que más nos gusta es poder ver cómo se desarrolla la vida en la España rural. Respecto a la ganadería, las únicas tareas establecidas en extramuros y que han generado construcciones para el desarrollo de su actividad han sido el pastoreo y la cría de palomas. Sobre el primero, destacamos que el fenómeno de trashumancia no ha sido muy practicado en este municipio y, de hecho, salvo un pequeño cordel, no pasan vías pecuarias de gran importancia por esta zona. Por eso los ganaderos han sabido aprovecharse de los pastizales que ofrecían el valle, el monte de Urueña y el monte de San Cebrián, para nutrir a un ganado principalmente ovino. Respecto a la cría de aves, el palomar ha sido una figura muy importante en la región castellana, ya no solo como fuente de alimento de pichones, sino también como el uso del excremento de la paloma como abono para las tierras. En Urueña encontramos aún algunos ejemplos de interés.

Iglesia de la Anunciada de Ureña (Valladolid)

Enseguida nos tenemos que marchar para ver la ermita que esta sí está en manos del municipio, por lo menos su apertura. Tenemos que bajar unos cuatro kilómetros hasta la iglesia de la Anunciada.

Continuamos bajando hasta la parte baja de la población donde se encuentra la iglesia de la Anunciada de Urueña (España) tiene un pequeño parking y zona recreativa donde se puede pasar la noche. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 41.717393 W 5.1982722.

Es una auténtica joya del románico lombardo del siglo XII. Este tipo de arte se inicia en Francia y se va extendiendo por Cataluña y Aragón. Esta iglesia puede considerarse la que está situada más al sur de la Península Ibérica.

El edificio con 800 años no ha llegado a nuestros días inalterables, exteriormente tiene algunos añadidos barrocos del siglo XVII como es la Sacristía y el Camarín de la Virgen situado delante del ábside románico, pero conserva las líneas puras para ser considerada una verdadera joya del arte románico.

Durante los últimos años del siglo XX fueron eliminándose algunos añadidos tanto exteriores como interiores con el fin de caminar en dirección a las formas francesas que se desarrollaron durante siglos en plenas tinieblas del Medievo.

Camarín de la Virgen Iglesia de la Anunciada de Ureña (Valladolid)

En el interior se picaron todos los revocos de cal de las paredes hasta llegar a la piedra caliza con colores claros que dota a la iglesia de una luz natural intensa.

Sobre el altar una talla con la imagen de la Virgen de la Anunciada de estilo románico que gracias a las vestimentas parece una talla barroca, incluso parece que está maquillada.

Retablo de la Iglesia de la Anunciada de Ureña (Valladolid)

Del interior destaca el cimborrio tan alto con forma octogonal, dispone de pequeñas ventanas por donde entra la luz que ilumina parte de la nave. En la nave de la izquierda hay un pequeño retablo de san Jerónimo del siglo XVI. A la derecha un retablo del siglo XVII muy deteriorado con una escena de la anunciación y una virgen de las Nieves.

Virgen de la Iglesia de la Anunciada de Ureña (Valladolid)

En el centro el ábside románico da cobijo al retablo que contiene la Virgen de la Anunciada que ya he citado antes, detrás está el camarín que permite acceder a la virgen.

Iglesia de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

Marchamos hasta san Cebrián de Mazote, lo encontramos a la salida del pueblo en la calle del Generalísimo (vaya nombre). Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 41.6815939 W 5.1474653.

Venir hasta san Cebrián de Mazote es básicamente para ver su iglesia, es una joya prerrománica con reminiscencias mudéjares. Las coordenadas GPS N 41.6816977 W 5.1473103. El horario de visitas a la iglesia: de Semana Santa a septiembre: Lunes cerrado y de martes a domingo de 11 a 14 y de 17 a 19. Resto del año: de miércoles tarde a domingo, de 11 a 14 h y 16 h 30 a 19,00 h.

Esta iglesia prerrománica de repoblación o mozárabe, según los autores, es el mayor templo hispano de este periodo.

Se carece de datos ciertos sobre su origen. Por el perímetro de la planta, parece ser que sobre una iglesia central visigoda del siglo VII, se reconstruye una estructura basilical prerrománica a comienzos del siglo X, con aportaciones mozárabes. Un documento de 952 indica que en el año 916, los monjes del monasterio de San Martín de Castañeda poblaron el lugar de Monzoute, identificado con la localidad actual de San Cebrián de Mazote. Pese a las continuas campañas de Almanzor por los territorios circundantes, San Cebrián de Mazote no se vio afectado al estar situado en un paraje aislado.

Nave de la Iglesia de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

Durante el siglo XVI se cubren las naves por una armadura de tirantes, a dos vertientes, que no permite distinguir las naves laterales, e inutiliza el claristorio de las paredes de la nave central. Las últimas reformas del templo se producen en los siglos XVIII y XIX. A finales del siglo XVIII se barroquiza el templo, cubriendo el crucero con una cúpula sobre pechinas y la nave central con bóveda de cañón con lunetos, apareciendo pintado el año 1778 en la cúpula. En el siglo XIX se construye la portalada con espadaña que se encuentra a los pies del templo.

La antigüedad e importancia artística de esta iglesia comienza a ser conocida a partir del año 1902, cuando se trazan los planos y realizan un estudio del conjunto, y entre los estudiosos que se ocuparán del monumento será Gómez-Moreno quien lo adscribe al estilo mozárabe y quien propondrá la forma original del templo, propuesta que será trasladada posteriormente, salvo algunos detalles, a los sucesivos proyectos de restauración.

Durante el periodo de 1932-1934 se restaura el monumento, interpretando la cabecera e incluyendo el ábside central de planta de herradura, siguiendo unos modelos considerados más genuinos, y dejan sin acabar las bóvedas y el cimborrio, por no tener claro el remate. Entre 1941 y 1944 se finaliza la restauración, colocando las bóvedas y el cimborrio, y las partes restituidas las construyen con ladrillos para diferenciarlas de las partes originales. La cubierta de la iglesia estaba muy deteriorada y en pocos lugares se podía apreciar su forma original, pero del crucero no quedaba nada, y la reconstrucción se hace siguiendo el modelo de la iglesia de Santiago de Peñalba, utilizado como arquetipo. Durante el año 1990 se realiza la última intervención dirigida por el arquitecto Salvador Mata.

Cristo de la Iglesia de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

La iglesia fue construida en mampuesto, con grandes piedras de sillería en las esquinas del edificio, su aspecto exterior es imponente. De este a oeste observamos una triple cabecera plana, de clara reminiscencia asturiana, en la que sobresale el ábside central a semejanza del de Santa María de Lebeña, aunque mientras en aquella los laterales tienen forma de trapecio, en Mazote los muros son paralelos, formando dos ábsides laterales casi cuadrados, con una anchura total de la cabecera de 14 m, idéntica a la de las naves. Sin embargo, cuando observamos el segundo cuerpo, por su aspecto exterior, parece inspirado en las iglesias cruciformes visigodas, ya que consiste en una especie de nave de transepto que sobresale un metro por cada lado del resto de la iglesia, de la misma altura que el ábside central y más alta que las naves y los ábsides laterales, con una linterna de crucero en su intersección con la nave central, cuya altura destaca claramente sobre el resto del edificio. La mezcla de elementos de distintos estilos no acaba ahí, pues mientras la estructura del tramo siguiente es la de una basílica clásica de tres naves, de mayor anchura y de mucho mayor altura, la central que las laterales, sobre las que se abren cuatro ventanas en arco de herradura a cada lado en los muros de la nave central, el último tramo es un sorprendente ábside occidental, con una influencia clara de las iglesias norteafricanas de ábsides contrapuestos del siglo V, que se extendieron por el sur y el oeste de la península durante el siglo VI. También es interesante observar los contrafuertes de tipo asturiano que existen en los ábsides laterales y en los costados del transepto. El resultado final es un conjunto muy complejo pero armonioso, formado por cuatro volúmenes centrales de distintas alturas y otros tres a cada lado, con diez tejados perfectamente diferenciados a una, dos y tres vertientes. Posteriormente, se añadió al ábside occidental una enorme espadaña medieval y un compartimento adosado al costado norte del crucero, que deforman el aspecto actual del conjunto. El sistema de cubiertas presenta bóveda gallonada en los espacios que tienen planta de herradura y en el crucero: el ábside central de la cabecera, con 5 husos más el de la entrada; el ábside de los pies de la nave, con 9 husos más el de la entrada; las exedras del transepto, con 7 husos más el de la entrada; y el crucero con 8 husos de ladrillo, cargada sobre arcos formeros. Los ábsides laterales de la cabecera se cubren con bóveda de crucería. Las naves tienen techumbre de madera, con cubierta a dos vertientes la central y a una vertiente las laterales.

Descendimiento de la Iglesia de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

De su programa escultórico destacan los capiteles, el mayor conjunto que se conserva en una iglesia prerrománica peninsular; y un bajorrelieve figurativo del siglo X, ejemplar excepcional por su rareza.

Los 38 capiteles existentes, con variedad de estilos, y algunos claramente reaprovechados de construcciones anteriores, aparecen emparejados de dos en dos. De la distribución de los capiteles, destacan: los cuatro capiteles idénticos situados a los pies de la iglesia, del siglo VII; la semejanza de los capiteles situados en las arquerías que separan las naves, de los siglos VIII-IX; los capiteles que soportan el cimborrio y los que están delante del ábside central, corintizantes, de magnífica talla, del siglo IV, y, por lo tanto, los elementos más antiguos; y los capiteles de las capillas, similares entre sí.

En el bajorrelieve, tallado a bisel, se encuentra representada, a la izquierda, la fachada de un edificio con una gran puerta de herradura en el centro, y a la derecha, dos bustos de personajes, el primero en acción de bendecir, que podría representar a Jesús, y a un santo, a su lado, acompañándolo. Este bajorrelieve muestra la influencia de Bizancio en la iconografía, del arte visigodo en la técnica del bisel, y del arte califal en la representación del arco de herradura califal.

Esculturas de la Iglesia de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

Venir hasta esta localidad, es además de su iglesia es hacer un hueco en la historia de España porque aquí Jeromín, hijo ilegítimo de Carlos I, cuando cambio de nombre, ingreso en el convento de Santa María la Real de San Cebrián de Mazote, en la actualidad de propiedad privada, es donde don Juan recluyó a su madre doña Bárbara Blomberg.

Plaza de san Cebrián de Mazote (Valladolid)

Esta mujer era nacida en el seno de una familia burguesa de Ratisbona, ciudad alemana donde en 1546 conoció al emperador Carlos I y donde tuvieron lugar sus relaciones amorosas, fruto de las cuales nació en febrero de 1547 Jeromin o después le llamaron Juan de Austria. El niño pronto fue confiado a otros cuidados y Bárbara Blomberg no tuvo ocasión de volver a verle hasta la mayoría de edad de este.

Bárbara Blomberg —hermosa y con dotes para el canto— se trasladó a Flandes y contrajo allí matrimonio hacia 1548 con Jerónimo Kegel, donde la nueva familia se mantuvo bajo la protección de María de Austria, Reina viuda de Hungría, hermana de Carlos y gobernadora de los Países Bajos.

En junio de 1569, tras el fallecimiento de Kegel, Felipe II, a ruegos de su hermano Juan de Austria, se interesó por la situación de Bárbara y encomendó el asunto a su gobernador en los Países Bajos —el duque de Alba—, quien le expuso a la Blomberg la conveniencia de su traslado a España. Bárbara Blomberg rechazó la propuesta, así como las continuas amonestaciones que recibió del duque, y se benefició de una pensión de 4944 florines señalados por Felipe II, renta que le permitió entregarse a una vida disoluta y derrochadora.

Convento de Santa María la Real de San Cebrián de Mazote

La presencia de Juan de Austria como gobernador en los Países Bajos hizo más necesaria que nunca la salida de allí de Bárbara, que comprometía con su estilo de vida la autoridad de su hijo —con el cual habló por vez primera en aquella ocasión—. Gracias a una treta, don Juan consiguió que su madre embarcase para España, llegando el 3 de marzo de 1577 al puerto de Laredo. Magdalena de Ulloa, viuda de Luis Quijada, que había hecho cariñosamente las veces de madre con don Juan, fue quien la recibió entonces y quien cubrió casi todos los gastos de Bárbara al principio de su llegada, administrando los envíos de dinero que recibía de Juan de Austria. Los marqueses de la Mota, hermanos de Magdalena de Ulloa, alojaron y obsequiaron a Bárbara en el castillo de su villa de San Cebrián de Mazote, cerca de Valladolid, hasta su posterior ingreso en el Convento de Santa María Real, en la misma villa.

A la muerte de don Juan, el 1 de octubre de 1578, Felipe II señaló a la Blomberg una renta vitalicia de 3000 ducados y a petición de esta trasladó su residencia a Colindres, en la actual provincia de Cantabria. Bárbara, que al parecer llevó en sus últimos años una vida retirada, murió en aquella localidad el mismo año que Felipe II y fue enterrada en el Convento de franciscanos de la villa de Escalante.

Portada convento de Santa María la Real de San Cebrián de Mazote

En 1305 Doña Teresa Téllez de Meneses, de noble familia palentina, fundaba un convento de dominicas en San Cebrián de Mazote. Poco después, a mediados del mismo siglo, el lugar de San Cebrián ya era de las «dueñas» de dicho monasterio. El edificio que hasta nosotros ha llegado, conocido como «El Convento», consta de una iglesia y algunas dependencias anejas.

El edificio consta de dos partes, principalmente: un templo cuya cabecera y primeros tramos fueron construidos en el XV, con estructura gótica y bóvedas de crucería, y una ampliación a los pies con cánones herrerianos, del XVII. En lugar inmediato quedan unas arquerías de medio punto rebajadas que apoyan en rotundas columnas toscanas que debieron ser de un claustro. El acceso al conjunto se efectúa por una gran portada clasicista adintelada bajo balcón que se abre a los pies de la iglesia, sobre una placita.

La comunidad religiosa fue suprimida en 1837, pasando a continuación el inmueble a propiedad particular El edificio muestra un preocupante estado de abandono y no ha podido ser estudiado porque en la actualidad su dueño no vive en el pueblo.

Este es el momento para comer, tenemos preparados unas latas de aperitivos, empanada de bacalao y ensaladilla rusa, de postre yogur.

Campos de Girasoles de Tiedra

Salimos camino de Tiedra para visitar los campos de Lavanda y los campos de Girasoles. Los encontramos accidentalmente en un camino en la posición GPS N 41.659375 W 5.248680555.

La zona de Tiedra se podría asemejar a región de la Provenza francesa, y aquí se da muy bien tanto la lavanda, que es de origen francés, como el espliego, que es español. Y de la unión de la lavanda y del espliego nace el lavandín.

Campos de Girasoles de Tiedra

Los campos que rodean a la localidad de Tiedra eran cultivados ancestralmente de trigo y de cebada, pero descubrieron que más rentable cultivar lavanda. Al contrario del cereal, aquí se necesita destilería y maquinaria, por lo que se emplea mucha más mano de obra. La inversión que se requiere es más alta que para el cereal, pero tiene más rentabilidad.

La lavanda en la actualidad es más que una simple planta. Los campos de lavanda de la Tiedra forman parte de la decoración y contribuyen a mejorar el verano en la provincia de Valladolid. La visita a los campos nos permite descubrir todos los secretos de esta planta, cuyo aroma reconocible, fascina y encanta a la vez, tenemos la oportunidad de visitar su cultivo, los campos de lavanda en flor más hermosos de toda la región, y admirar las estaciones de floración cuando la exhibición cuando a mediados del mes de julio encontramos la flor en su mejor momento.

Actualmente, se puede descubrir el aroma de lavanda en las fragancias más famosas de las mejores marcas de cosmética como: Chanel nº5, MonGuerlainforWomen de Guerlain, La vie est belle, Agua de Colonia, English Lavender, BritRhythm Floral ForHerBurberry; Bvlgaripourhomme, Lavande Eau de Parfum de Molinard, Dolce&Gabannapourhomme y DiorHomme, entre otros.

Campos de Girasoles de Tiedra

Siempre ha sido apreciada contra las heridas leves y las pequeñas molestias, en procesos de dolores inespecíficos diarios, la lavanda es realmente la planta que estaba en los hogares en todo momento.

Por supuesto, puedes colocar las famosas bolsitas de lavanda en tus armarios para que tu ropa huela bien. Como infusión, hace milagros para el insomnio. En forma de aceite esencial, la lavanda se convertirá en su mejor amiga para las quemaduras y los golpes de baja intensidad.

La lavanda es apreciada por sus cualidades medicinales, conocida por su capacidad para repeler ciertos insectos y amada por su aroma fresco y floral que es aromático y ligeramente medicinal, ha sido recolectada en la naturaleza desde tiempos inmemoriales.

En la actualidad hay una planta destiladora de la esencia de la lavanda que gestiona el cultivo de unas 325 hectáreas de lavanda por la empresa Ecolavanda S. L., tiene una capacidad de varios kilos a la hora, y que está considerada como muy bien equipada.

En la actualidad da trabajo a cientos de agricultores de la comarca. Se cultivan dos variedades: 250 hectáreas de lavanda que tiene un rendimiento de 30 o 35 kilos por hectárea, es fina y se utiliza para la alta perfumería, tiene aromas más ricos y una rentabilidad superior. El lavandín produce más por superficie, llega a producir unos 90 kilos por hectárea, incluso hasta de 110 kilos. Se consume en perfumería más económica, para ambientadores, y es más barato que la lavanda porque la calidad no es la misma. Aquí se producen 50 toneladas, de las cuales tres son de lavanda y el resto de lavandín 700 hectáreas de lavandina para decoración y perfumería. Millones de flores recogidas en la zona, pasan por los alambiques que tienen una capacidad para 2.000 kilos diarios de esencia.

Campos de Girasoles de Tiedra

Otro sector que se desarrolla gracias a los cultivos de lavanda es el de la apicultura. Durante el periodo de máxima floración de la planta, numerosas colmenas itinerantes son trasladadas desde Valencia e instaladas en torno a los campos cultivados para acercar las abejas a las flores.

En estos momentos comenzamos la visita a los campos de lavanda de Tiedra. Las plantaciones de lavanda no se concentran en los mismos puntos y hay que desplazarse por el término municipal.

Nosotros elegimos los campos que se concentran en dirección a Mota del Marqués y a la salida de Tiedra hay un camino a la izquierda hasta llegar a los campos que pueden resultar más fotogénicos GPS N 41.659375 W 5.248680555. En estos momentos estos campos están plantados de Lavanda, pero son plantas ya viejas que aunque los agricultores han cuidado la tierra, perono producen muchas flores y están invadidas de hierbas. Según nos informan los propietarios van a arrancar todas estas plantaciones para volver a plantar esquejes nuevos.

Campos de Girasoles de Tiedra

Los consejos para sacar buenas fotos de los campos de lavanda, es ir con un vestuario de trajes blancos, esto hará mucho más destacado, los contrastes de colores, entre el ocre de las tierras, el morado de la lavanda y el verde de los árboles.

Hay que elegir zonas donde la tierra haga ondulaciones del nivel, donde estén acompañadas de las encinas aisladas que nos presenta la zona y sobre todo si tienes restos de algún edificio de piedra, esto impregna el paisaje de un romanticismo especial.

Otro consejo para la visita a la hora de elegir donde parar es que los campos son plantaciones particulares, así que es importante no pisarlo, tener mucho cuidado porque podemos dañarlo, y nunca os llevéis un ramillete. Ya sufre el ecosistema con la masificación de las fotos, pero sobre todo hay que respetar las plantas.

Mucho cuidado para los alérgicos a los insectos porque la floración de la lavanda supone una ocasión única para ver y sentir una alta concentración de abejas y abejorros que comen de la lavanda. Si sois alérgicos a estas, los campos de lavanda puede ser un lugar hostil.

Campos de Lavanda de Tiedra

Otra recomendación, si tienes oportunidad, no vayas en fin de semana, aunque Tiedra todavía no está en la ruta del turismo masivo de la lavanda. Y si quieres una escapada romántica, los campos de lavanda han sido elegidos por una de las cadenas musicales más importantes de España como uno de los viajes más bonitos y especiales para realizarlos en compañía íntima. Muchas veces se piensa en un viaje romántico, se imaginan paseando por la Provenza francesa con sus poéticos campos de lavanda. Color y olor unidos para crear una experiencia única y terapéutica. Pero no hace falta irse tan lejos, en España podemos disfrutar de ese espectáculo. En Tiedra tienen esos campos únicos que se disfrutan especialmente en julio con el Festival de la lavanda o bien en las tierras de Castilla y León. Con un poco de imaginación podrás sorprender a tu pareja con un lugar mágico y especial.

Cuando llegamos el sol todavía está muy alto y las lavandas emiten un color grisáceo que va subiendo de tono hacia el morado según el sol va bajando. Solamente necesitamos un poco de paciencia y aprovechas cada momento porque la lavanda tiene siempre un atractivo especial.

Campos de Lavanda de Tiedra

A nuestro lado no hay nadie, estamos solos, parece mentira, pero podemos fotografiarnos sin molestar y sin ser molestados. Las hileras con los surcos de lavanda se adentra hacia el infinito, muchos terminan chocando con los escasos cultivos de cereales o de girasoles, en algunas zonas se puede ver la lavanda en grandes extensiones creando una gran alfombra, estas zonas son las limítrofes a las zonas cultivadas que han sido conquistadas sin intervención humana.

Disfrutar de este espectáculo único en los campos mientras el sol estaría cayendo por el oeste y la luz del atardecer era un momento fantástico para tomar fotos de paisaje. Es importante llevar un trípode y algunos filtros. Gracias a estos filtros podemos reducir la cantidad de luz que llega hasta el sensor y modificar la temperatura de color de la imagen.

Al reducir la cantidad de luz nos permite aumentar la apertura de diafragma. Con diafragmas abiertos (o valores bajos) como f/2.8 o f/3.5 nos permite jugar con las distintas variables aplicadas a la profundidad de campo, Esto nos permite enfocar a nuestra modelo dejando el fondo desenfocado, o contrariamente enfocar el fondo sobre la modelo.

Campos de Lavanda de Tiedra

Nosotros este año nos vamos a centrar en los campos de Girasoles porque los de lavanda en esta parte de Tiedra son menos fotográficos. En estos momentos les favorece especialmente la luz del atardecer, que en verano además es más anaranjada. Para sacarles en su partido esplendor hay que fotografiarles de frente, y si es al atardecer significa que tendrás el sol a contraluz, así que mide la exposición en el girasol para evitar que salga oscuro.

El suelo de estos campos es de tierra, y los girasoles a veces están algo esparcidos, es mejor evitar sacar la parte del suelo con tierra ya que no es especialmente bonita.

En estos momentos pegados a los campos de girasoles están los campos de trigo que dejan esos montones de paja cuidadosamente empaquetada en forma rectangular o redonda que atraen tanto y son tan fotogénicos. Hay que dar las gracias a esos agricultores que nos regalan escenarios naturales y geométricos tan bonitos para unas buenas fotografías, el color ocre de la paja combina muy bien con cualquier color de vestuario.

Últimamente, se ha puesto de moda la fotografía de flores, entre los que podemos destacar los girasoles que se han convertido en un nuevo reclamo turístico en Valladolid. El potente color amarillo llena fincas y campos de casi toda la provincia. Una preciosa estampa que engalana los campos de Tiedra en verano, y que mucha gente aprovecha estos momentos tan especiales para fotografiar. Aunque es fácil verlos por toda la provincia, hay algunas zonas desde las que la vista es espectacular, aunque este tipo de plantaciones varían de un año a otro.

Campos de Lavanda de Tiedra

Después de cenar tenemos una cita en Tiedra en el Centro Astronómico. Las visitas son concertadas y con suficiente anticipación, previo pago de la reserva del 50%, 20 euros por persona.

Centro Astronómico de Tiedra

En Tiedra está el Centro Astronómico privado más importante de España (GPS N 41.6616598 W 5.2670164). Para llegar hay que marchar por un camino de tierra, pero está en buen estado.

El día es muy propicio porque apenas hay nubes y el cielo está bastante despejado. Durante las dos siguientes horas hacemos un viaje al espacio. Podemos ver estrellas que brillaban en la época de Isabel la Católica.

Centro Astronómico de Tiedra

En una sala habilitada tenemos la oportunidad de descubrir la Osa Mayor, el carro, el cisne, el oso, sagitario, tantas constelaciones como nunca hubiéramos imaginado.

En unos telescopios de espejos tan modernos que nos permite pasear por el espacio a golpe de un mando a distancia, solamente hay que poner el nombre de la estrella, el planeta o la constelación para que desde el objetivo tengamos una imagen nítida.

Centro Astronómico de Tiedra

Los planetas, las galaxias, el fin del mundo, el principio, son conceptos que en estos momentos están en la mano sin soñar demasiado. Incluso nos llegan a aseverar que los conceptos de física que utilizamos actualmente van a cambiar y que la luna está en nuestra mano pasado mañana.

Durante la exposición en el exterior pasamos verdaderamente frío, pues, la caída de la temperatura es tan rápida que nuestro cuerpo se ve resentido. De regreso, cuando llegamos a la autocaravana en Ureña, es tan tarde y solamente nos queda tiempo para escribir estas letras y soñar que mañana bajaran las temperaturas.

Día 15 de julio (domingo)
Ruta: Urueña-Tordesillas-Madrid

Lo primero que tenemos que hacer es visitar la iglesia de la Virgen de Azogue porque la única oportunidad de poder ver su interior son los domingos antes de las 10,30 horas., momento en que se celebra la misa

Iglesia de la Virgen de Azogue en Ureña (Valladolid)

La iglesia cuenta con una sola nave cubierta de madera y con un gran ábside poligonal en las paredes hay varios arcosolios que normalmente albergaban tumbas, pero en este caso son retablos. Sobre el ábside se levanta el retablo mayor de 1671, obra de Juan de Medina Argüelles, en madera sin estofar, construido en tres calles y dos niveles, y el Cristo atado a la columna, obra de Andrés de Solanes, discípulo de Gregorio Fernández.

Iglesia de la Virgen de Azogue en Ureña (Valladolid)

Entre los bienes muebles de la iglesia hay que citar un Cristo crucificado gótico del siglo XIV y una pila bautismal procedente de la antigua iglesia parroquial de San Andrés.

Aquí damos por finalizada la visita a Urueña. Salimos pitando porque tenemos reservada la visita guiada a la vecina ciudad de Tordesillas, a las 11,30 horas.

Cuando llegamos intentamos ir a la reseña que tenemos del parking para autocaravanas en el mismo centro de Tordesillas, pero vemos que está complicado porque hay algunas calles cortadas. Para evitar llegar tarde aparcamos en el primer sitio que vemos.

Casa del Tratado de Tordesillas

El parking de autocaravanas en Tordesillas, está situado en la calle de Vista Alegre, es gratuito, y no tiene ninguna limitación. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 41.5038078 W 5.0052743.

El recorrido de la vista guiada incluye: Casas del Tratado, Museo de San Antolín, restos del palacio y escultura Reina Juana, fachada del R. M. de Santa Clara, arquitectura palaciega, arte urbano y Plaza Mayor.

Comenzamos la visita guiada por la Casa del Tratado de Tordesillas, es un antiguo edificio del siglo XVI (GPS N 41.499809 W 5.001152 ). Martes a sábado: 10.00 a 13.30 h y 16.00 a 18.30 h. Domingos y festivos: 10.00 a 14.00 h.

Son dos palacios unidos, donde la tradición sitúa las negociaciones entre Castilla y Portugal, y que concluyeron con la firma del Tratado de Tordesillas el 7 de junio de 1494.

En ambos casos, el piso bajo está construido con grandes sillares y los dos pisos superiores con ladrillo, típico de la arquitectura de Tordesillas.

Mapa Ptolomeo Casa del Tratado de Tordesillas

Presentan dos momentos de construcción distintos en el tiempo. La casa más antigua es de finales del XV y en ella tuvieron lugar las negociaciones del Tratado de Tordesillas. Sobre su puerta se encuentra el escudo real de los Reyes Católicos, y los escudos heráldicos de los propietarios, Alfonso González de Tordesillas y Leonor de Ulloa.

La otra casa es de la segunda mitad del siglo XVII y su gran volumen y nobleza de elementos demuestran que perteneció a una familia ilustre.

Fueron restauradas con ocasión de la conmemoración del V Centenario del Tratado de Tordesillas. En la actualidad el edificio se utiliza con fines culturales y turísticos.

Para entender la importancia de estos edificios hay que trasladarse al 12 de octubre de 1492, Colón descubre América. Para defender la soberanía castellana sobre los territorios recién hallados por Colón, Isabel y Fernando solicitaron ayuda al papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia), que había sido elegido en agosto de 1492 y con el que tenían una larga relación de favores mutuos. El Papa emitió cuatro bulas, conocidas como Bulas Alejandrinas. En ellas estableció que pertenecerían a la corona de Castilla las tierras y mares al oeste del meridiano situado a 100 leguas al oeste de las Azores y Cabo Verde. Se decretaba la excomunión para todos aquellos que cruzasen dicho meridiano sin autorización de los reyes de Castilla.

Carta Colombina en la Casa del Tratado de Tordesillas

Las prerrogativas derivadas de las bulas Alejandrinas, en especial de la última Inter Caetera, muy favorables a los castellanos, no debieron satisfacer a Juan II de Portugal, quien quedaba excluido en la práctica de las empresas americanas, toda vez que la línea imaginaria de demarcación trazada por designio papal le relegaba a las costas africanas, quedando el Nuevo Mundo de forma privativa para el rey y la reina de Castilla y de Aragón. Por ello, los Reyes Católicos y el monarca lusitano negociaron un tratado bilateral.

Las delegaciones diplomáticas se reunieron durante varios meses en Tordesillas, en este edificio. Según el cronista portugués García de Resende, los embajadores portugueses recibían desde Lisboa informes secretos sobre cuál iba a ser la posición negociadora de los castellanos junto a instrucciones directas del rey Juan.

Finalmente, los delegados de ambas monarquías alcanzaron un acuerdo que se plasmó en un tratado, firmado el 7 de junio de 1494, hoy denominado Tratado de Tordesillas. Castilla y Portugal firman un tratado que dividía el océano Atlántico por medio de una raya trazada de polo a polo, a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el hemisferio occidental para la Corona de Castilla.

Linea del tratado en la Casa del Tratado de Tordesillas

De esta forma, los Reyes Católicos y el rey Juan II de Portugal se ponen de acuerdo sobre qué conquistas podrán realizar ambos Estados en relación con el mundo recién descubierto.

Este tratado de partición oceánica presenta la gran novedad de que por primera vez se establece una frontera que divide tanto el mar como la tierra, suponiendo, además, una nueva concepción de división territorial que va a determinar la actual configuración de América del Sur.

Este mismo día, y también en Tordesillas, ambas potencias firman otro tratado que resuelve todos los litigios que, desde tiempo atrás, vienen manteniendo ambos reinos acerca de los espacios e intereses africanos y que justifican y complementa al tratado oceánico.

En el tratado africano, portugueses y castellanos dividen el reino de Fez para futuras conquistas y regulan los derechos de pesca y navegación por la costa atlántica africana, asegurándose los castellanos los territorios de Melilla y Cazaza y la pesca hasta el cabo de Bojador, así como las operaciones de asalto a esos territorios, desde Bojador hasta el Río de Oro. El pacto africano tendrá para Castilla un valor extraordinario, ya que hacía apenas dos años que los Reyes Católicos habían concluido la Reconquista, con la anexión de Granada y ese acuerdo con Portugal, delimitaba la zona de futura conquista y expansión del cristianismo hispano frente al Islam en el norte de África, objetivo prioritario de la monarquía española.

Carta del tratado Casa del Tratado de Tordesillas

El acto final de las negociaciones se llevó a cabo sin la presencia de los reyes, los cuales habían delegado sus poderes en unos procuradores plenipotenciarios. Tres por cada nación. Por parte de Portugal: Ruy de Sousa, su hijo Juan de Sousa y el licenciado Aires Dalmada y Esteban Vaéz asiste como notario. Por Castilla: Don Enrique Enríquez, Don Gutierre de Cárdenas y el Doctor Rodrigo Maldonado. Actúa de notario Fernando Álvarez de Toledo.

Aunque los acuerdos firmados el día 7 de junio eran firmes porque los procuradores tenían plenos poderes, ambas partes decidieron darse un plazo prudencial para que fuesen ratificados por sus respectivos monarcas: 50 días para el Tratado Africano y 100 días para el Tratado Oceánico, ya que se hacía necesaria una espera para saber lo que hubieran descubierto hasta el 20 de junio los navíos castellanos que navegan por el Atlántico. Los Reyes Católicos ratifican el tratado en Arévalo y Juan II en Setúbal.

Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

El siguiente edificio dentro de la visita guiada es la Iglesia Museo de San Antolín (GPS N 41.499666 W 5.000388. Precio de entrada 2 euros. Horario: de martes a sábado de 11.30 a 13.30 H y 17.00 A 19.00 h. Domingos y festivos de 11,30 a 13,30 h.

Edificio de piedra de sillería y ladrillo. De una sola nave dividida en tramos con capillas a los lados. En el lado de la Epístola, se adosa la Capilla de los Alderete, que constituye la parte más noble del templo, fundada a finales del siglo XV, y construida a lo largo del XVI con arreglo a las normas estilísticas gótico flamencas del momento. El resto de la iglesia se construye a finales del XVI y primeros del XVII, de estilo gótico.

La capilla mayor se cubre con bóveda de crucería estrellada, retablo con imagen del santo titular. En el lado del Evangelio se abren tres capillas entre los contrafuertes: de los Ulloa, de los Acevedo y el baptisterio. En el lado de la Epístola, la magnífica capilla de los Alderete, separada por rejas platerescas. En el centro se encuentra la tumba del fundador Don Pedro González Alderete realizada en alabastro y de estilo plateresco, obra de Gaspar de Tordesillas. El retablo es una de las piezas más importantes de Tordesillas, con esculturas de Juan de Juni. Desde esta capilla se accede a la sacristía, y a su vez, a la tribuna por una escalera de caracol que continúa hasta la torre y tejado, convertidos en espléndido mirador.

Capilla de los Alderete Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

En el interior está la Capilla de los Alderete, fue fundada y construida a finales del siglo XV (otras fuentes indican mediados del XVII) por Pedro González de Alderete. En su origen fue de proporciones considerables hasta que a mediados del siglo XVI se hicieron algunas reformas cerrando el tramo de los pies que se destinó a sacristía. Se construyó además una tribuna para que sus propietarios asistieran desde ella a los actos religiosos. Por el exterior puede verse una pequeña torrecilla que corresponde a la escalera de caracol que sale de la sacristía. La torreta está rematada con un chapitel y debajo de este se abre un mirador hacia la vega. Se cree que existía un corredor alto que comunicaba esta capilla con el palacio de los Alderete que se hallaba cercano. La capilla está separada de la iglesia por una reja plateresca atribuida al rejero fray Francisco de Salamanca.

En el muro de la Epístola, dentro de un arcosolio, se conserva el túmulo de don Rodrigo de Alderete, quizá padre del fundador de la capilla. Se trata de un nicho estructurado a partir de un arco carpanel, rematado por un arco conopial, con labores de cardinas. A ambos lados se encuentra flanqueado por sendos pináculos. El remate lleva dos escudos de los Alderete, labores agrutescadas y angelotes desnudos con función de tenantes, todo ello pintado. Las albanegas del arco se decoran con una pintura mural renacentista que representa la Anunciación, de inspiración italiana, en la que se ha llegado a ver un contacto con el estilo de Juan de Borgoña.

Túmulo de don Rodrigo de Alderete Capilla de los Alderete Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

En el frente se lee una inscripción en caracteres góticos: “Aquí yaze el Licenciado Rodrigo de Alderete, juez mayor de Vizcaya por sus magestades falleció año de 1527”. Sobre la misma se dispone la estatua yacente del finado, vestido con ropas talares y tocado con bonete. A los pies, un paje y un perro. Según Ara Gil, la escultura estaría ya esculpida antes del fallecimiento del representado.

En el centro de la estancia se encuentra el sepulcro de don Pedro González de Alderete, obra de Gaspar de Tordesillas, de 1550, documentada. Sobre la cama, aparece el yacente, reclinando la cabeza sobre dos almohadones. Viste coraza y porta la espada sobre el cuerpo. Se rodea de niños dormidos sobre calaveras y tarjetas. A los pies, dos niños sostienen el yelmo. En los cuatro frentes, se disponen numerosos motivos decorativos de progenie plateresca: en los ángulos figuras de Virtudes, medallones de los cuatro Evangelistas, dos relieves de San Ambrosio y San Jerónimo, y otros dos con la Virgen del Socorro y San Pedro. En el friso se encuentra la inscripción dedicatoria: “Este bulto y capilla mandó hacer y doctó Pedro Alderete comendador de la Caballería de Santiago, vecino y regidor desta villa de Tordesillas. Falleció en Granada, año de 1501, cuio cuerpo aquí está sepultado”. Se piensa que el sepulcro, realizado hacia 1550-1562, es obra del entallador Gaspar de Tordesillas.

Sepulcro de don Pedro González de Alderete en la Capilla de los Alderete Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

La parte alta de la capilla está rematada por una balaustrada de labores caladas y pináculos realizados en piedra arenisca.

Retablo de la Capilla de los Alderete Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

El retablo es pieza de primer orden, la mazonería fue diseñada para albergar escultura y pintura, es obra de Gaspar de Tordesillas, aunque el destino de esta máquina no era San Antolín, sino la capilla mayor del convento de Santa Clara la Real. Fue en 1550 cuando el regidor de la villa de Tordesillas don Gaspar de Alderete lo adquirió para ser colocado en la suntuosa capilla funeraria que la familia poseía aneja a la iglesia de San Antolín. Este recinto, fundado a fines del siglo XV por don Pedro González de Alderete comendador de la Orden de Santiago y regidor de Tordesillas, se construiría a lo largo de toda la centuria siguiente, siendo especialmente importante la actividad que se desarrolla a mediados de siglo con el mecenazgo del citado don Gaspar.

Calvario de la Capilla de los Acevedo Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

La otra es la Capilla de los Acevedo, las pinturas de comienzos del siglo XVI, situada al lado izquierdo del Evangelio y cubierta con bóveda estrellada.Un Calvario cuyo Cristo se atribuye a Francisco de Rincón.-Retablo que representa la vida de la Virgen, del siglo XVI. Se pueden ver pinturas sobre tablas en las que se representan la huida a Egipto y el Nacimiento, obras del maestro Portillo. Relieve de Jesús atado a la columna, realizado en alabastro en el siglo XVI por Cornielles de Holanda.

Retablo de la Capilla de los Acevedo Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

Retablo que representa la vida de la Virgen, del siglo XVI, tiene una arquitectura que está realizada en madera tallada y dorada al agua. La parte inferior del retablo queda ocupada por una banda estrecha en la que puede leerse: “ este retablo y capilla compraron año 1576 Francisco de Azevedo el viejo e Isabel López su segunda mujer… sus herederos y sus nietos. Y hízole pintar Gregorio de Azevedo año 1587 ”. El rótulo, pintado en negro con letras mayúsculas sobre fondo dorado, se superpone a otra anterior, de grafía incisa, que reproduce solo la primera parte de la frase.

Santo Entierro Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

Sobre esta base se levanta el banco, que soporta un único cuerpo dividido en tres calles, separadas por columnas jónicas estriadas. Dos frisos lisos rematados en sendos tímpanos triangulares coronan las calles laterales. La central, carente de remate, conserva su friso original, donde dos relieves de cabezas de ángeles enmarcan una cartela en la que se lee: “ Pintose año 1587 ”.

El centro del retablo lo preside una talla de bulto redondo que representa a la Virgen con el Niño. La Virgen aparece de pie, sosteniendo a un Niño Jesús vestido con una túnica abierta que deja a la vista parte del pecho, el vientre y las piernas, disposición habitual en la época y destinada a manifestar la naturaleza humana del Hijo de Dios. A los pies de la Virgen se perciben los extremos de un creciente lunar y tras Ella una aureola de rayos, atributos característicos de la Virgen Apocalíptica, representación de carácter inmaculista de gran devoción a fines del siglo XV y principios del XVI.

Diversos detalles en la escultura hacen que un nombre venga a la mente: Alejo de Vahía. Por ejemplo, un característico pliegue trapezoidal en el manto, que pasa por ser un rasgo casi omnipresente en la obra de este escultor. También la disposición de las piernas del Niño y el ademán de extender su brazo hacia el hombro libre encuentran rigurosos paralelos en varias de sus imágenes de la Virgen de la Leche, como la de la parroquial de Monzón de Campos (Palencia). A pesar de estos rasgos, la calidad de la obra, y varios detalles, conducen a pensar que no sea una obra propia del maestro, sino del taller: la anchura de la cara de la Virgen, superior a la mayoría de sus obras; o la forma de su boca, mucho más pequeña de lo habitual. Las manos, aunque de dedos largos, se distancian del canon propio de Alejo; y otro tanto cabe afirmar respecto de los cabellos de la Madre o el Niño. Según la profesora Julia Ara Gil, la datación más prudente sería hacia el año 1500.

Grupo con santa Ana Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

Las otras cinco “hornacinas” están ocupadas por cinco tablas atribuidas al Maestro de Portillo. El primero en realizar dicha atribución fue Angulo Iñiguez en el año 1952. Estudios posteriores no han hecho, sino ratificar esta primera impresión, señalando su posición a medio camino entre un arte gótico en sus postrimerías y un Renacimiento aún incipiente y no del todo asimilado.

A la tradición gótica corresponden los dorados que dominan en los fondos de la predela y no faltan en el resto de las escenas. También a esta corriente pertenecen el gusto por los detalles, como la venera, los bordoncillos cruzados en aspa y la pequeña calabaza (calabacino) del sombrero de Santiago, las lágrimas de los acompañantes en el Santo Entierro, o las actitudes más curiosas que reverentes de los personajes asomados a la ventana en la escena del Nacimiento. Demuestran el interés por el nuevo arte, la preocupación por situar las figuras de un ambiente naturalista, por respetar sus proporciones, y por representar correctamente la perspectiva de los elementos arquitectónicos. Es también muy característico del Maestro de Portillo el uso de un dibujo apurado y preciso para la representación de rostros, muy idealizados y caracterizados por la dulzura y suavidad de sus expresiones, siempre de carácter intimista y melancólico.

La huida a Egipto Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

En el banco, de izquierda a derecha, vemos las tablas de San Juan Bautista con San Juan Bautista; el Santo Entierro; y Santa Ana, la Virgen y el Niño con Santiago Apóstol. En el cuerpo, en el lado izquierdo, se encuentra la Huida a Egipto, y en el derecho el Nacimiento de Jesús.

La tabla de San Miguel con San Juan Bautista vemos al General de los Ejércitos Celestiales pesando las almas. Junto a él, San Juan Bautista apoya su mano sobre una figura masculina de tamaño inferior al de los personajes celestiales. Aunque esta imagen aparece oscurecida en algunos puntos, al parecer por tratarse de un repinte sobre otra preexistente, podemos ver a un hombre mayor, vestido a la moda de mediados del siglo XVI. Sus manos, delgadas y de largos dedos, se unen a la altura del mechon en actitud de oración y sostiene un salterio o paternóster.

La tabla central, más ancha que las laterales, escenifica un Santo Entierro. La representación tiene los personajes típicos que salen en este tipo de escenas. La composición la preside el cadáver de Cristo, que está a punto de ser introducido en el sepulcro. Alrededor de él se encuentra San Juan, que sujeta los hombros de Jesús, la Virgen, en el centro de la composición, sosteniendo la mano de su hijo y, probablemente, María Magdalena, a los pies. El conjunto ofrece un gran parecido con una tabla homónima conservada en el retablo de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Fuentes de Año (Ávila).

La Virgen Iglesia Museo de San Antolín de Tordesillas

En el lado de la Epístola vemos un grupo formado por Santa Ana, la Virgen y el Niño, junto a Santiago Apóstol. Santa Ana toma un fruto ofrecido por su madre. A su lado, Santiago Apóstol sujeta en una mano el bastón de peregrino y en la otra un rosario. Colgando de la espalda podemos ver el sombrero de peregrino y una concha.

Las pinturas del cuerpo ofrecen un formato más alargado que las del banco. Además, las figuras son de cuerpo entero y las escenas están ambientadas en un fondo naturalista, a diferencia de los fondos dorados del banco.

La tabla del lado del Evangelio muestra un episodio ocurrido durante la Huida a Egipto, extraído de los evangelios apócrifos: el momento en el que Jesús ordena a una palmera que incline sus ramas para que la Virgen pueda coger sus frutos. En esta representación son los ángeles quienes abaten las ramas del árbol, al tiempo que uno de ellos le ofrece a la Virgen un racimo de dátiles. San José, con expresión concentrada y ajeno a la escena, avanza por delante sujetando las riendas del asno que lleva a la Virgen y al Niño.

Nacimiento de Jesús en el Museo de San Antolín de Tordesillas

En el lado de la Epístola se representa el Nacimiento de Jesús, ambientada en una estancia de aspecto renaciente y seguramente inspirada en un grabado de Martin Schöngauer. San José sostiene en su mano un cabo de vela encendido, para recalcar la condición nocturna del hecho, mientras que la Virgen permanece de rodillas, adorando al Niño Dios, cuya condición divina queda resaltada por el nimbo crucífero. Completan la escena algunos otros personajes. El fondo es un paisaje ocupado en su mayor parte por un cielo azul oscuro, surcado por dos ángeles portadores de un texto con notación musical. Por debajo de ellos, ya en tierra, se dispone un rebaño vigilado por dos personajes, uno de los cuales se arrodilla señalando hacia el cielo.

Los elementos más antiguos del retablo son las tablas y la escultura, que han de ser datados en los primeros decenios del siglo XVI. Hacia 1576, cuando Francisco de Acevedo e Isabel López compraron la capilla, las pinturas se separaron de su retablo original y se conformó el conjunto tal y como ahora lo vemos, dotándolo de una arquitectura más acorde con la época. Por último, en 1587 se doró la arquitectura y se grabaron las inscripciones. Seguramente en alguna de estas dos últimas fechas -1576 o 1587– se repintó la figura del donante, que pudiera, por tanto, corresponder a don Francisco de Acevedo o, más probablemente, a Gregorio de Acevedo, que fue enterrado aquí el mismo año en el que se doró el retablo.

Entre las obras más importantes que exhibe este museo:

“Relieve de Jesús atado a la columna”, obra de un escultor Anónimo

Una de las obras de arte del museo “Relieve de Jesús atado a la columna”, obra de un escultor Anónimo, está datado siglo XVI, realizado en alabastro.

Este meritorio relieve de alabastro, colocado en la capilla de los Acevedo, está insertado en un marco posterior decorado con cabezas de querubines en los ángulos. Se atribuye al círculo de Cornelis de Holanda, un escultor flamenco del siglo XVI cuyas obras se documentan en Galicia. El relieve está policromado y representa a Cristo atado a la columna hasta la altura de la cintura, con la figura coronada de espinas en posición de tres cuartos y acompañada de los flagelos y azotes. El relieve, a pesar de su escaso fondo, muestra la pericia del escultor para definir el modelado anatómico, alcanzando un gran virtuosismo en los pequeños detalles de la cabeza, que aparece rodeada de un nimbo radiante pintado con finos rayos dorados muy frecuentes en el primer tercio del siglo XVI.

“Retablo de la Inmaculada”, obra del pintor Francisco Martínez

La siguiente de las obras de arte del museo “Retablo de la Inmaculada”, obra del pintor Francisco Martínez, está datada en el primer tercio del siglo XVII

Este retablo está ocupado por una pintura de gran formato que representa a la Inmaculada rodeada de alegorías marianas, siguiendo la iconografía de Tota Pulchra. Su autor es el vallisoletano Francisco Martínez, hijo del gran maestro renacentista Gregorio Martínez, el pintor con taller en Valladolid más significativo de la segunda mitad del siglo XVI. Francisco Martínez realizó una copiosa obra para la clientela eclesiástica de Valladolid y entorno, destacando su dibujo preciso, el uso de colores claros —aún manierista en algunos aspectos— y su habilidad como retratista. Todo ello queda reflejado en esta pintura barroca de exaltación.

“San Juan Bautista”, obra del escultor Esteban de Rueda

La siguiente obra de arte que podemos ver “San Juan Bautista”, obra del escultor Esteban de Rueda, está datado hacia 1621.

A caballo entre los siglos XVI y XVII desarrolló su actividad en Toro (Zamora) un prestigioso taller regentado por el maestro Sebastián Ducete y su discípulo Esteban de Rueda, que surtieron de imágenes a todo el entorno, especialmente a los monasterios y encomiendas de la Orden de San Juan de Jerusalén. Es el caso de este San Juan Bautista que procede del convento de Tordesillas de las Carmelitas Descalzas, en origen monasterio sanjuanista.

Puede datarse hacia 1621-1622, cuando tras la muerte del maestro Esteban de Rueda inicia su andadura en solitario desarrollando un estilo influido por aquél, aunque con menos gracia y mayor monumentalidad, utilizando paños duros y angulosos para crear un contraste de luces y sombras de carácter pictórico. La escultura pudo formar parte de un retablo del que en el Museo Nacional de Escultura se conservan dos relieves, uno con el Bautismo de Cristo y otro con la Degollación del Bautista, obras que presentan el mismo tratamiento de los paños.

“Inmaculada”, obra del pintor Pedro de Mena

La siguiente obras de arte que podemos ver “Inmaculada”, obra del pintor Pedro de Mena, está datada hacia 1686, realizada en madera policromada. Tiene unas medidas de 78 cm.

El gran maestro granadino Pedro de Mena siguió la tradición de su padre, Alonso de Mena, en la creación de tallas concepcionistas como consecuencia de los virulentos sucesos ocurridos en Sevilla en torno a este dogma en 1613, lo que dio lugar a una ingente producción de Inmaculadas como muestra de adhesión a una verdad de fe.

Una importancia decisiva en las directrices estilísticas del escultor fue el regreso a Granada de Alonso Cano en 1652, tras haber trabajado en Sevilla y Madrid. Entre los discípulos de los que se rodeó, sería Pedro de Mena el que mejor aprovechó sus enseñanzas, que en su dilatada iconografía de la Inmaculada se inspira en la creación de Alonso Cano para la catedral granadina. En la obra de Pedro de Mena se superan los 15 ejemplares de representaciones de la Inmaculada, unos firmados, otros atribuidos, que fueron realizados tras el traslado de su taller de Granada a Málaga en 1658.

Es una verdadera joya del museo, la exquisita Inmaculada de Mena aparece sustentada sobre una media luna de plata y su silueta adopta la forma de huso. En actitud orante, con las manos unidas a la altura del pecho, viste una camisa blanca fruncida que asoma en las muñecas, una túnica marfileña que simula seda y un manto azul que envuelve el cuerpo dejando al descubierto el hombro derecho, todo un alarde de virtuosismo técnico a base de finas láminas y profusión de pliegues. Su cabeza ovalada se cubre con una larga cabellera que cae por los hombros y espalda en forma de mechones exentos, siendo en las facciones del rostro aniñado donde se aprecian los recursos típicos de Pedro de Mena: ojos rasgados con postizos de cristal, nariz larga y boca pequeña.

“Cristo yacente”, obra de un escultor seguidor de Gregorio Fernández

La siguiente obras de arte que podemos ver “Cristo yacente”, obra de un escultor seguidor de Gregorio Fernández, está datado en el segundo tercio del siglo XVII

Dentro de una elegante urna de diseño clasicista aparece este yacente que reproduce con gran fidelidad el arquetipo naturalista desarrollado por Gregorio Fernández en Valladolid, si bien acondicionado con brazos articulados, lo que indica que fue utilizado para la ceremonia de la Función del Desenclavo, tradición extendida por la provincia vallisoletana. Aquel uso justifica su talla exenta —sin sudario ni almohadón— y la colocación de las piernas y la cabeza siguiendo su disposición en la cruz.

“Grupo de la Sagrada Familia”, obra del escultor seguidor de Gregorio Fernández

La siguiente obras de arte que podemos ver “Grupo de la Sagrada Familia”, obra del escultor seguidor de Gregorio Fernández, está datado en el segundo tercio del siglo XVII

Del grupo de la Sagrada Familia que realizara Gregorio Fernández entre 1620 y 1621 para la Cofradía de San José, Nuestra Señora de Gracia y Niños Expósitos, con sede en la iglesia de San Lorenzo de Valladolid, donde todavía se conserva el grupo original, discípulos y seguidores realizaron repetidas copias en diferentes formatos. De todas ellas, una de las mejores versiones es esta conservada en la iglesia de San Antolín, igualmente a escala natural. Mientras la Virgen y el Niño se ajustan con fidelidad al original fernandino, la figura de San José se aparta de arquetipo creado por el gran maestro al colocar el manto envolviendo todo el cuerpo. También es distinta la policromía, muy rica en este caso, con profusión de esgrafiados que dejan aflorar el oro.

Predicación de San Antonio de Padua”, obra del pintor Alonso del Arco

La siguiente obras de arte que podemos ver “Predicación de San Antonio de Padua”, obra del pintor Alonso del Arco, está datado en 1700.

Esta pintura de tamaño monumental fue realizada en su última época por el madrileño Alonso del Arco (1635-1704), sordomudo de nacimiento y discípulo y principal colaborador del vallisoletano Antonio de Pereda. El apodado "Sordillo de Pereda" está considerado como uno de los artistas más prolíficos de la escuela madrileña del último cuarto del siglo XVII, tanto de pinturas para retablos como escenas de paisajes y retratos, así como numerosas versiones de la Inmaculada Concepción, llegando a trabajar también la técnica del fresco. Su personal estilo en el tratamiento de la luz y sus dotes compositivas se reflejan en esta escena poblada por decenas de personajes.

“Misa de san Gregorio, obra de un pintor anónimo

La siguiente obras de arte que podemos ver “Misa de san Gregorio, obra de un pintor anónimo, está datado en el siglo XVI, realizada en óleo sobre tabla.

Se desconoce la autoría pero bien podría tratarse del encargo de un matrimonio (que aparece al pie de la escena en actitud orante). La tabla reproduce la misa de San Gregorio acompañada un una curiosa iconografía del martirio de Jesús: la columna donde fue atado, tenazas con que fue torturado, escalera para la crucifixión, la lanza con que se atravesó su costado, los dados que los soldados utilizaron para jugarse su túnica, etc. Es una muestra de lo más típico (y curioso) de la utilización del arte para mostrar mensajes y afianzar creencias: un comic, en definitiva, diríamos ahora.

Escultura de la Reina Juana de Tordesillas

Enfrente del museo se encuentra la escultura que inmortaliza a la Reina Juana, este monumento se encuentra justo enfrente de las Casas del Tratado y rinde homenaje a la reina Juana I de Castilla, más conocida como Juana la Loca, que en 1509 fue recluida en un palacio de Tordesillas dada su incapacidad mental para gobernar, hasta su muerte en 1555.

Se trata de una escultura de la reina portando su corona en la mano izquierda que indica que era reina, pero que nunca pudo llegar a reinar, realizada en bronce en el año 2003 por el escultor Hipólito.

Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas

Seguimos la visita guiada hasta la fachada del Real Monasterio de Santa Clara (GPS N 41.4997568 W 4.9980634), de martes a sábado Horario: 10:00 - 14:00 h y 16:00-18:30; domingo: 10:30 - 15:00 h.

Cuando llegamos al Convento de Santa Clara podemos ver la carroza de Nuestra Señora del Carmen, que ha salido esta mañana en procesión al Convento de Santa Clara tras la celebración de la Eucaristía en la iglesia de San Pedro.

Nuestra Señora del Carmen de Tordesillas

Se accede al edificio por un patio o compás (se cree que era el antiguo patio de armas del palacio), donde se encuentra la fachada llamada de Alfonso XI, de la que se dice que fue el antecedente de la fachada del Alcázar de Sevilla. En el cuerpo inferior está la puerta con un dintel adovelado y encima una inscripción en caracteres árabes. A ambos lados hay dos lápidas (laudas) cristianas. En una de ellas está escrita la crónica de la Batalla del Salado. La escritura está muy deteriorada, pero se han hecho estudios recientes para conseguir su trascripción. Sobre la puerta hay una ventana con ajimez, de arcos lobulados y sobre ella un rico panel de red en forma de rombos que llega hasta el tejado.

Se entra a la capilla mudéjar. Esta estancia fue en su origen un zaguán. Tiene planta cuadrada y bóveda de crucería en ladrillo, puerta de arcos lobulados y decoración de lacería más inscripciones árabes. Desde aquí se visita el patio mudéjar (o árabe) que tiene arcos lobulados y de herradura cuyas enjutas son de yesería con decoración vegetal. La ornamentación del patio es de imitación musulmana.

Casas Palaciegas y blasones de Tordesillas

A lo largo de toda la villa encontrarás Casas Palaciegas y blasones. Las que más me llamaron la atención fueron el Palacio de los Alderete, aunque se encontraba en obras, y el Palacio de Alfonso XI, muy cerca del Monasterio de Santa Clara.

Ruta de arte urbano de Tordesillas

Tordesillas tiene una ruta de arte urbano, y que suman ya 15 creaciones, desde 2012, con el objetivo de recuperar fachadas, recordando y narrando, a su vez, la historia de la villa a los vecinos y visitantes. Bajo el título ‘El Mercado en la Plaza Mayor' y ‘La Peña de 1963', los dos trabajos del muralista Carlos Adeva, ubicados en la calle San Antón.

Plaza Mayor de Tordesillas

Y por último, para terminar la visita guiada llegamos a la plaza Mayor de Tordesillas (GPS N 41.500966 W 5.000343). Es el corazón de la ciudad, sin ser la más bonita o grande, si es un buen ejemplo de plaza castellana, responde al modelo de una plaza mayor de la España del renacimiento. Una plaza de forma rectangular, con soportales y unas fachadas de unos edificios más o menos homogéneos que crean un lugar para el encuentro.

Esta plaza fue un lugar de la vida social, reuniones, ejecuciones públicas, mercados,.. Desde sus balcones se podrían contemplar los festejos o los toros en su día, Aquí se viene representando todos los años, desde hace ya bastantes años, la representación de la llegada y encierro de Doña Juana I en Tordesillas.

Panorámica de Tordesillas

En esta plaza hay varias cafeterías y bares donde pasar un buen rato, sobre todo los domingos, Hay todo tipo de negocios de la restauración, se trata de la Heladería Baonza, famosa por su Leche Helada. También las Pastelerías Galicia, famosas por el Mantecado del Toro. Y a pocos metros, las Bodegas Muelas.

Aprovechamos para tomar el aperitivo entre sol y sobra y aprovechamos para compra la famosa leche helada que nos llevamos en un cubilete de postre a la autocaravana.

Mural de Tordesillas

Para comer buscamos una sombra en una zona sombría, llena de pinos, cercana al parking parador de turismo (GPS N 41.493089 W 5.0112134), para agradecerlo tomamos café en uno de los salones del parador.

Solamente nos queda el regreso a Madrid, la distancia que nos separa 183 km y lo hacemos en un poco más de 2 horas.

 

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by

Ángel López

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