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BLOG DEL VIAJE A LOS CAMPOS DE LAVANDA EN BRIHUEGA (GUADALAJARA), por A. López
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VIAJE A LOS CAMPOS DE LAVANDA EN BRIHUEGA (GUADALAJARA)

El viaje que comenzamos es el soñado durante varios años y es para poder contemplar los campos de lavanda en la localidad de Brihuega (Guadalajara). Cito lo de soñado porque es un viaje que solamente se puede hacer en unas fechas muy concretas de año, todo dependerá el inicio del verano para ver la floración en los campos de lavanda, cuya fecha exacta está muy influida por la climatología durante el invierno y la primavera.

En definitiva, las mejores fechas para ver los campos de lavanda de Guadalajara es a mediados de julio cuando ya suelen estar en plena floración, y como mucho suele durar hasta finales de dicho mes, cuando se inicia la siega.

EL VIAJE

Día 18 de julio (sábado)
Ruta: Madrid-Brihuega (Guadalajara) Km 98; tiempo estimado 1h08'

Panorámica de Brihuega (Guadalajara)

Comenzamos el viaje en dirección a la A-2 hasta el Km 73 que abandonamos la autovía para coger la correcta comarcal de CM-2011.

Cuando llegamos vemos que hay mucha afluencia de público pero seguro que mucho menos que cualquier fin de semana de anteriores festividades.

Como conocemos donde aparcar vamos directamente al lugar donde pernoctaremos en el parking de autocaravanas de Brihuega (Guadalajara), situada en la avenida de Madrid, junto a las Pistas Municipales, es gratuito y no tiene ninguna limitación que afecta a las autocaravanas. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N40 .7648385 W 2.8735866.

Desde aquí será nuestro punto de partida para nuestra visita a los campos de Brihuega y su localidad.

Lo primero que hacemos es marchar andando por el Paseo de la Fabrica hasta que llegamos ante la Real Fábrica de Tapices (GPS N 40.7608461 W 2.8682463 ). La entrada al jardín es de pago.

Interior de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

La Real Fábrica de Paños de Brihuega se localiza en el extremo este del núcleo urbano de esta villa española de la provincia de Guadalajara. Constituye uno de los ejemplos de arquitectura industrial del siglo XVIII en el país

En Brihuega existe una tradición textil importante, que se inicia en los siglos XIII y XIV, como queda demostrado por los numerosos batanes que se localizan en sus inmediaciones. En 1750 se funda la Real Fábrica , que se construirá a lo largo de los primeros años de ese decenio, dentro del recinto amurallado de la ciudad y en el lugar que ocupaba la ermita de Santa Lucía.

Es en el año 1718 se crea la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, pionera en este tipo de establecimientos en España, que junto con Vicálvaro y San Fernando formaban parte de la red de manufacturas reales del país.

El 1 de abril de 1750, durante el reinado de Fernando VI, y como sucursal de la fábrica de Guadalajara, se crea la Real Fábrica de Paños de Brihuega. Los motivos para dicha instalación, además de la insistencia de los vecinos de la villa, fueron la existencia de mano de obra especializada, agua y leña en abundancia y el río Tajuña cuya corriente movería el batán.

Tinajas de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

En el verano de 1751, con la dirección del arquitecto Manuel de Villegas, comenzaban las obras de construcción de la fábrica. Su primer director fue Ventura de Argumosa, Gobernador y Superintendente General de las Reales Fábricas de San Fernando y Guadalajara. El inicio de las obras supuso la llegada a la villa de buen número de trabajadores que se emplearon en la construcción de la fábrica. El costo de este primer edificio ascendió a 617.857 reales.

Antes de que el edificio estuviese terminado, en abril de 1751, ya funcionaban repartidos en varias casas de la villa 20 telares. A principios de 1752 había 30, y 50 a mediados de 1753. El Catastro del Marqués de Ensenada, realizado ese año, describe la fábrica de la siguiente manera:

Una casa en el barrio de Santa Lucía, su figura circular que tiene 624 pies de circunferencia y 200 de diámetro, con la puerta principal al norte, otra que sale a la Rama y tendedero al mediodía y la puerta de la intendencia al poniente, que no linda con casa alguna por estar dominando a todas, y dentro del recinto de las murallas. Su vivienda se compone de un zaguán por la puerta principal y en él un cuarto para el portero y otro para los soldados de la guardia. Un patio también circular con una fuente con dos crujías para sentar 66 telares, el cuarto de la intendencia con su recibimiento, salas, cocina, y demás piezas correspondientes en el cuerpo bajo, un zaguán en la puerta de la intendencia con diferentes oficinas como son contaduría, tenería, 4 almotacenes para lanas, utensilios, aceite y paños acabados, una oficina de emborradores donde al presente hay 20 oficiales con su despacho para el maestro, despacho de lanas y urdidor con lo demás correspondiente a él y un despacho para el maestro y oficial de libros, otra oficina de tundidores donde al presente hay 3 mesas con 6 oficiales, otra oficina de perchadores donde al presente hay dos mesas a la moda inglesa con ocho oficiales, y dos mozos para hacer y limpiar palmares, otra oficina de despinzadores de paños en limpio para 4 mesas con ocho oficiales, en el cuerpo de desvanes hay una oficina de despinzadores de paños en jergas para seis mesas con 12 oficiales, oficina de desmotadores, descadilladores y baqueteadores, con 12 oficiales, tenderos de lanas y paños en invierno, así mismo tiene dicha Real Fábrica a la parte de mediodía, y contiguo a ella, la rama y tendederos de paños, con su cerca de mampostería que ocupa tres fanegas de tierra

Arcos de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

El número de trabajadores ascendía a 335, entre oficiales, maestros, tejedores, cardadores, etc., además de 120 niños de las escuelas de hilazas que se habían creado en la Brihuega y otros pueblos de los alrededores. En la fábrica de Brihuega se pretendía formar a los aprendices que luego pasarían a formar parte de la misma o de otras fábricas como operarios, tal y como se refleja en el contrato de arrendamiento firmado con el Gremio de Paños de Madrid en 1757:

A pesar de que durante la segunda mitad del siglo XVIII la Fábrica fue una de las instalaciones industriales más prestigiosas del país, en 1835 cerró sus puertas; si bien su uso continuó en manos privadas hasta la Guerra Civil Española.

Casi todas las labores del proceso de fabricación de los paños se realizaban en Brihuega: se lavaba la lana para eliminar la grasa, los cardadores la trabajaban para eliminar el pelo, se hilaba, se realizaba el tisaje. Al pasar al batán del Tajuña los paños se compactaban y se desengrasaban nuevamente. Después los tundidores con sus tijeras, igualaban el pelo de los paños. El prensado se realizaba en Guadalajara. En 1761 se instaló en Brihuega un tinte, labor que antes también se hacía en Guadalajara. Las piezas fabricadas eran de 30 varas cada una, y se vendían a 60 reales la vara.

Pavimento original de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

En el año 1768, debido a la epidemia ocurrida entre sus trabajadores por las malas condiciones en las que trabajaban, la fábrica de San Fernando se trasladó a Brihuega, que aumentó sus telares a 117, y allí siguió hasta 1778 en que fue llevada a Guadalajara. Este enorme crecimiento motivó la ampliación del edificio de la fábrica, usando primero parte de las dependencias del castillo para almacén, oficinas y vivienda de los trabajadores, y construyendo después dos nuevos pabellones: la Casa Nueva y el edificio que, pegado a la antigua muralla de la villa, se orientó hacia la iglesia de San Felipe enlazando así la fábrica, en un primer momento aislada, con el pueblo.

Tras este periodo de independencia, en 1785 la fábrica de Brihuega vuelve a depender de la de Guadalajara, ajustando los tipos de paños fabricados, reduciendo sus variedades, y haciendo desaparecer de ellos la marca de Brihuega, mientras que se convertía en una de las más prestigiosas del país. Las obras de ampliación continuaban, y en 1787 se llegó a la cifra de 100 telares funcionando, con intención de instalar 40 más. Se calcula que el 30% de la población de Brihuega trabajaba para la fábrica de paños. En 1791 se alcanzó la cifra total entre empleados directos e indirectos de 1038, cuando la población de Brihuega era de unos 4.000 habitantes.

Pavimento original de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

Durante la Guerra de Independencia y la ocupación francesa cesó su producción, siendo saqueada por los franceses y por las partidas guerrilleras. Fue usada como cuartel y en su interior se alojó el general Hugo (padre del escritor Víctor Hugo). Gracias a Castillo, el contador, que logró sacó paños y enseres y huyó a la zona no ocupada, los franceses no se apoderaron de cuanto había en la fábrica. La ocupación de Brihuega duró desde mayo de 1810 hasta agosto de 1812, y volvieron en noviembre de 1812 hasta mayo de 1813. Al acabar la guerra, se recuperaron la mayor parte de los útiles desperdigados por Castillo y en 1814 volvieron a funcionar 10 telares, tras arreglar los desperfectos de los edificios.

La fábrica de Brihuega estaba condenada a desaparecer. Su director, Felipe González Vallejo, fue condenado por Fernando VII el 28 de enero de 1816 a reclusión en Ceuta y destitución de su cargo por emitir falsos informes y providencias contrarios a los intereses de la corona. En el mes de Noviembre de ese mismo año se produjeron algaradas porque no se abonaban los jornales a los obreros, hasta el extremo de desarmar a la guardia de los suizos que custodiaba la fábrica. Solo la intervención del rey, a quien los trabajadores enviaron una carta exponiendo su situación, hizo que recibieran parte de los salarios atrasados.

Interior de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

Finalmente, en 1822, la Hacienda Real intentando recuperar parte de lo invertido en la fábrica de Brihuega, decide su venta para hacer frente a la deuda nacional. Hubo varios intentos que fracasaron de arrendarla o venderla, hasta que en 1840, durante el proceso desamortizador de Mendizábal, vacía ya de enseres, es comprada por D Justo Hernández Pareja, quien continuó fabricando allí paños ordinarios y mantas para el ejercito hasta el inicio de la guerra civil en 1936.

Destacan como parte intrínseca de la fábrica sus jardines versallescos, con parterres y cipreses, adornados con farolas, miradores, cenadores y fuentes; dominando el conjunto de la ciudad los edificios destinados a la administración y residencia de los funcionarios que se ocupaban de su gestión.

Los jardines fueron llamados erróneamente de Carlos III, su construcción es muy posterior al conjunto fabril. En el inventario de 1811 en su lugar aparecen tendederos y mimbreras, y en los planos de 1825 tampoco aparecen reflejados. En el plano de 1895, no aparecen dibujados, aunque se rotula su existencia en el lugar que hoy ocupan.

Jardines de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

Podemos pues situar su origen a mediados del siglo XIX en el sector sureste, posiblemente después de 1840, al ser comprada la fábrica por D. Justo Pareja Hernández durante la desamortización de Mendizábal. Su trazado geométrico, con placitas circulares y paseos lineales, forman una malla intrincada de estructura casi barroca.

Los que actualmente existen en el sector suroeste, que en el siglo XIX también aparece como zona ajardinada, no son los primitivos, sino que proceden de una época muy reciente. Fueron realizados por los actuales propietarios, con el trabajo del jardinero actual y de su padre, quienes rehabilitaron y conservaron esta zona.

Estos jardines, conservados y enriquecidos con nuevas especies por la familia propietaria del conjunto, han llegado a nuestros días con todo su enorme atractivo.

Saliendo de la fábrica, continuamos hacia la derecha, y llegaremos al mirador. Hay una preciosa vista de la vega del Tajuña. Desde este punto tenemos a nuestros pies toda la población de Brihuega, toda la vega del río Tajuña y toda su comarca.

Jardines de la real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara)

Desde aquí bajamos en dirección a las calle del centro histórico para ver la decoración de Brihuega que en estos días se engalanan durante unos días para llevar a la ciudad todas las gamas del color y los aromas naturales de lavanda. Puestos callejeros, exhibiciones de cestería y destilación de aceites, gastronomía y un sin fin de actividades.

Decoración de las calles de Brihuega (Guadalajara)

El color morado se hace dueño del espacio arquitectónico de las calles, las plazas y casas de Brihuega, están decoradas con adornos a lavanda, lo mismo ocurre con las casas, que tienen adornos en puertas, ventanas y balcones. Llaman la atención especialmente las mariposas de estas ventanas, los gorros de mimbre, las macetas situadas en las entradas, los paraguas colgados de las calles que aprovechan para dar sombra, los ramilletes de lavandas y trigo que cuelgan de las casas.

La gente que acude al festival, mayoritariamente, viste de look blanco, estilo ibicenco, que hace que el contrate con las flores sea aun mucho más destacado.

Seguimos la visita por la calle Atienza, hacemos una parada en uno de los lugares más típicos, se trata de la Fuente de los Doce Caños (GPS N 40.7612539 W 2.8700244), también es conocida como Fuente Blanquina, es la más famosa de todas las fuentes de Brihuega. En algunos documentos antiguos del siglo XVI ya aparece reflejada.

La fuente brota un agua fresca y transparente que proviene de manantial y, según la tradición, la moza que beba agua de todos los caños encontrará pronto novio.

Decoración de las calles de Brihuega (Guadalajara)

La ciudad de Brihuega es muy rica en fuentes naturales, al estar situada en la vega del río Tajuña, repleta de manantiales y arroyos, el agua brota por multitud de fuentes durante todas las épocas del año, dando un sonido de fondo característico a esta localidad.

Antiguamente, había doce fuentes que se repartían por todo el casco urbano y luego había otras cinco más que se situaban a las afueras de la ciudad. Muchas de ellas tomaban el nombre del lugar donde se encontraban como la situada en Valdeatienza, mientras que otras daban su nombre por la conmemoración de acontecimientos como la de la Princesa o la de los Quiñoneros.

Las fuentes eran utilizadas como fuentes y abrevaderos, perfeccionándose su aprovechamiento en la época musulmán, verdaderos especialistas en este tipo de obras, En la Edad Media abastecían a los baños públicos, recogiéndose las normas para su utilización en el Fuero de Brihuega de 1242 otorgado por el arzobispo D. Rodrigo Ximénez de Rada, Posteriormente, en el siglo XVIII, hicieron llegar a sus casas el agua de manantiales considerados como propios.

Fuente de los Doce Caños de Brihuega (Guadalajara)

Este tipo de fuentes eran utilizadas por las mujeres del pueblo para lavar la ropa y fregaban los cacharros en los Pilancos, junto a las Eras del Agua, aprovechando el agua de un arroyo que surgía del barranco de Valdeatienza, canalizado y acondicionado para tal fin.

A las espaldas de la Fuente de los Doce Caños se levanta actualmente un lavadero, está formado por tres pilones de piedra. Fue construido sobre uno anterior, conocido como “La Boquera”. Fue inaugurado en diciembre de 1905 y sirvió de gran utilidad, aunque por aquel entonces no había techado, permitía a las mujeres lavar de pie, en lugar de rodillas, como habían hecho hasta entonces.

Seguimos andando hasta el Castillo de la Piedra Bermeja (GPS N40.757435 W 2.8707242). Destaca una piedra de color rojo situada en la entrada que da el origen a la leyenda de la mencionada piedra que da nombre al castillo.

En los tiempos de los musulmanes, había en Brihuega un hidalgo llamado D. Alonso de Medina. Era hombre de parcas rentas, pero vivía muy feliz en su casa solariega junto a su bella hija, la más linda y preciosa doncella nacida jamás en la Alcarria, a la que las crónicas dieron en llamar Elisa.

Piedra Bermeja de Brihuega (Guadalajara)

Dedicaba mucho de su tiempo el hidalgo a narrar, no sin pizca de exageración, en alegres tertulias contaba las mil y una de las batallas, decía que su espada había desmochado cabezas de moros, sus piernas escalado castillos o sus manos, arrancado pendones.

Poseía D. Alonso junto al Tajuña un huerto donde cultivaba amén de las rosas más bellas de la Alcarria, las más ricas hortalizas de esta vega. Allí, en un recodo del río, en un remanso escondido en el que crecían robustos chopos y cubrían algas y eneas, al abrigo de unas peñas que impedían las miradas indiscretas, tenía la bella Elisa el lugar propicio para refrescar su hermosura en las aguas claras y cristalinas del Tajuña.

Todos los buenos mozos de Brihuega, que eran muchos, estaban prendidos de los encantos de la joven, no menos que los niños admirados de las proezas del hidalgo. Pero en esa época los musulmanes eran dueños del castillo y su alcalde, llamado Abul, hombre de taimada cabeza, se enamoró de la doncella y quiso conseguir por la fuerza, lo que nunca podría alcanzar de buen grado.

Castillo de Bermeja de Brihuega (Guadalajara)

Contaban nuestros abuelos que cuando un día la casta y bella Elisa se disponía a tomar un baño, abalanzose el taimado moro sobre ella, como bestia feroz sobre su presa. Rápidamente respondió de su sorpresa defendió con uñas y dientes su pureza. El moro Abul, ciego de rabia por el despecho hundió su puñal en el cuerpo hermoso que cayo abatido sobre una piedra que la sangre tiñó de color bermejo.

El moro Abul al ver la belleza muerta se arrojó al río y es fama que el diablo se llevo su alma a los infiernos.

EI hidalgo D. Alonso murió de pena y los brihuegos recogieron aquella piedra, teñida con sangre de la bella, y la pusieron come piedra angular del castillo, que desde entonces pasó a llamarse “Castillo de la Piedra Bermeja”.

Desde el castillo marchamos a la cercana iglesia de santa María de la Peña se encuentra situada Prado de Sta. María, 2 (GPS N 40.7572832 W2.8701793 ); abierta cuando el cura quiere.

Iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

Iglesia de Santa María de la Peña de Brihuega es uno de los cinco templos cristianos que tuvo la ciudad de Brihuega y, en este caso, su construcción, como San Felipe y San Miguel, se asocia a los tiempos en que el Arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximénez de Rada fue señor de la población.

Este templo del siglo XIII es un edificio de extraordinaria belleza y calidad y, sin embargo, no nos parece de los templos medievales más divulgados de la provincia de Guadalajara. Es además un ejemplar muy interesante desde el punto de vista estilístico, donde se fusionan diferentes corrientes artísticas: la tradición tardorrománica popular de la Extremadura Castellana , la arquitectura cisterciense de los monasterios alcarreños (Bonaval, Monsalud, etc.), y las innovaciones góticas que comienzan a importarse de Francia y que tienen en la catedral toledana una de sus primeras manifestaciones en los reinos hispanos. Hay que reiterar aquí la relación de esta iglesia con el prelado Ximenez de Rada que fue el impulsor de la catedral gótica de Toledo.

Nave de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

Desde el punto de vista arquitectónico, Santa María de la Peña es una iglesia de tres naves de tres tramos, siendo más ancha y alta la central, con ábside sólo para dicha nave principal constituido por un presbiterio rectangular y un ábside poligonal.

Virgen de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

La parte más bella de la iglesia de San Felipe es quizás su fachada occidental, compuesta de dos techumbres y sus fuertes muros los bajos cubiertos de mampostería y los más altos dejan visible los sillares abigarrados junto a dos ventanales de corte gótico con estrellas decorativas de cuatro puntos, bajo los tejadillos encontramos unos canecillos simétricos sin motivo aparente y su torre se deja asomar, construida en sillares de granito, se anexó años más tarde al edificio cuando está formaba parte de la muralla defensiva que tuvo la ciudad.

La portada es sobria y anodina puerta de la fachada occidental, al haberse reconstruido en el siglo XVI. Sin embargo, cobijada bajo un porche moderno, se nos aparece la preciosa puerta septentrional tardorrománica que nos detendremos a contemplar. Posee cuatro arquivoltas apuntadas con baquetones y superficies planas adornadas con motivos florales y unos guardapolvos de puntas de diamante. Una especie de tímpano se rebaja con dos arcos apuntados simétricos decorados con flores que dejan espacio a un enorme pinjante horadado con tres óculos, siendo el central un pequeño rosetón circular con cinco círculos formando una especie de estrella.

Interior de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

Los apoyos son las jambas interiores y tres parejas de elegantes columnillas separadas por molduras con puntas de diamante. Los capiteles muestran un ciclo bastante completo de la Natividad , desde la Anunciación , pasando por la Visitación , el Nacimiento, la Epifanía y la Huida a Egipto, aunque los capiteles del lado izquierdo están muy meteorizados y cuesta adivinar su iconografía.

Una somera inspección de esta notable puerta deja a las claras una profunda restauración moderna que afectó especialmente a las basas y partes inferiores de las columnas, así como a los capiteles del lado derecho del espectador (zona oeste).

La cabecera, que forma el remate de la nave central, tiene un presbiterio rectangular y un ábside poligonal. En cada vértice de este polígono de cinco lados existe un poderoso contrafuerte escalonado que sirven para sujetar los nervios de la bóveda de crucería interior.

Coro de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

En los paños murales se abren elegantes ventanales muy rasgados, de medio punto rodeado de cuatro arquivoltas. La interior, que rodea el hueco, es plano. La segunda es de baquetón continuo que rodea el vano sin intermediación de impostas. Las dos externas también tienen baquetón sobre esbeltas columnillas de capitales vegetales tipo crochets. Todo el conjunto esta rodeado por una banda continúa de puntas de diamante.

En el interior se aprecia la diferente anchura y altura de las naves, separadas por arcos formeros de medio punto que apoyan en pilares de planta cilíndrica (ya se han abandonado los pilares cruciformes románicos) con columnas adosadas que soportan bóvedas de crucería.

El arco triunfal es apuntado, con guardapolvos de puntas de diamante y da acceso al presbiterio con columnas y bóveda también de crucería. El ábside poligonal se cubre con bóveda nervada.

El aspecto ornamental y constructivo de lo descrito hasta el momento en esta iglesia está muy cercano al mundo cisterciense (aunque con grandes dosis del gótico toledano). Por ello, es muy significativa la colección de capiteles figurados que se encuentran en el interior, con escenas marianas, bestiario fantástico medieval, personajes en diferentes faenas, etc. que rompen, inesperadamente, la tendencia al habitual ornato vegetal cisterciense.

Capillas de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

Se conserva también en el interior del templo de Santa María de la Peña una pila bautismal de aspecto medieval. Lo más notable es su voluminosa copa tallada a bajorrelieve con hojas lanceoladas de diferentes tamaños.

Se asienta la iglesia de Santa María de la Peña , como su propia advocación indica, sobre una abrupta prominencia rocosa que, además de funcionar como muralla defensiva natural para la población durante los tumultuosos siglos medievales, permitía dominar amplias panorámicas sobre la campiña alcarreña y el fértil valle del Tajuña.

Precisamente sobre ese vertical roquedo y accesible a través de unas modernas plataformas metálicas habilitadas al costado sur del templo puede accederse a la pintoresca gruta de Nuestra Señora de la Peña, de gran devoción entre los briocenses y cuya imagen es sacada en procesión por las calles de la localidad cada día 15 de agosto.

Dicha imagen, venerada en la propia cueva horadada en la peña, es de factura reciente aunque de hechuras románicas, respondiendo al modelo de "Virgen negra" entronizada ataviada con ricos ropajes y que sostiene al Niño en una de sus rodillas y una esfera en su mano derecha.

Virgen Negra de la iglesia de San Juan de la Peña de Brihuega (Guadalajara)

La devoción a Nuestra Señora de la Peña procede de una vieja leyenda medieval que narra cómo la Virgen, rodeada de un gran resplandor y durante una noche veraniega, se apareció a la princesa mora Elima, hija de Almamún. De inmediato, ésta hizo llamar a todo su séquito, que corrió apresurado al lugar, donde encontrarían una imagen de María con el Niño Jesús en sus brazos.

Iglesia de San Felipe de Brihuega (Guadalajara)

Desde el castillo marchamos andando por la avenida de la constitución hasta la iglesia San Felipe (GPS N 40.760979 E 2.8697653), situada en la plaza de San Felipe.

Exteriormente el muro de la nave meridional es de mampostería y en él se abre, sobre cuerpo resaltado con tejaroz flanqueado por dos contrafuertes, una bella portada de cinco arquivoltas apuntadas de baquetón y nácela, con guardapolvos de puntas de diamante.

La puerta del costado meridional tiene cuatro pares de columnas separadas por jambas decoradas con puntas de diamante forman los apoyos. El alero de la nave tiene canecillos de rollos.

La nave principal, más alta, se ilumina mediante tres ventanales ajimezados acusadamente góticos.

La fachada occidental es lo más bello del templo, realizada con perfecta sillería. En primera instancia se observa la diferente altura de la nave central con respecto a las laterales. En lo alto de los muros de las naves laterales hay sendos óculos con su moldura interna formando una estrella de seis lóbulos.

Nave de la Iglesia de San Felipe de Brihuega (Guadalajara)

En la parte superior del muro correspondiente a la nave central existe un rosetón circular con varias molduras y guardapolvos de puntas de diamante. Las tracerías forman una preciosa estrella de seis puntas.

Bajo éste se abre la puerta principal, también sobre un adorno escoltado por contrafuertes y tejaroz sostenidos por canecillos zoomórficos. Es similar a la meridional, con arquivoltas apuntadas rematadas por chambrana de puntas de diamante y cinco pares de columnillas separadas por jambas con igual decoración.

El interior tiene una planta de tres naves de cinco tramos, más alta la central, separadas arcos formeros muy apuntados que se apoyan en pilares con columnas adosadas en sus frentes oeste y este además de otras más finas acodilladas.

Estas columnas se rematan en elegantes capiteles vegetales góticos con cogollos y ornamentos.

Pila de la Iglesia de San Felipe de Brihuega (Guadalajara)

Arcos son formeros sobre esbeltos pilares con columnas. Sobre dicho formeros, los muros se extienden en vertical permitiendo la apertura de ventanales bíforos de forma trilobulada con un óculo tetralobulado encima.

La cubrición del cuerpo de dichas naves es con una techumbre de madera, no hay bóvedas pétreas.

Las naves laterales no se prolongan en ábsides mientras que la nave central remata en largo presbiterio recto con bóveda de cañón apuntado y ábside con cuarto de esfera. En el tramo presbiteral se abren dos ventanas aspilleradas y en el hemiciclo otras tres.

En la nave norte, muy próxima a la cabecera encontramos una puerta transformada de claro carácter románico: arco de medio punto formado por una moldura convexa y escocias, guardapolvos de puntas de diamante y el apoyo de dos cortas columnas entregas sobre altos plintos.

También encontramos una pila bautismal caliciforme extremadamente sencilla. No tiene basa, sino un pie cilíndrico que recoge una semiesfera gallonada.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Es la hora del almuerzo, el calor del mes de julio hace que comer en interior de la autocaravana sea un tanto incomodo. Nos desplazamos hasta las afueras de Brihuega donde se encuentra el merendero de Quiñoneros (GPS N 40.7669225 W 2.874504) donde podemos comer en un lugar sombrío y húmedo por su gran fuente. La sobremesa la hacemos larga porque la visita a los campos de cultivo de lavandas es mejor hacerlo a la caída del sol.

Son las 19,00 horas, cuando creemos que el sol ya no quema decidimos descubrir los famosos campos de lavanda, mucha gente que llega a Brihuega piensa que los campos de lavanda se pueden ver desde la propia localidad, pues no, los campos de lavanda se encuentran a varios kilómetros del pueblo, hay que visitarlos en coche o en autobús de muchos de empresas que ofrecen visitas guiadas con multitud de actividades.

La zona de Brihuega se asemeja a región la Provenza francesa, y aquí se da muy bien tanto la lavanda, que es de origen francés, como el espliego, que es español. Y de la unión de la lavanda y del espliego nace el lavandín.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Los campos más altos de Brihuega de trigo y de cebada, pero descubrieron que más rentable cultivar lavanda. Al contrario del cereal, aquí se necesita destilería y maquinaria por lo que se emplea mucha más mano de obra. La inversión que se requiere es más alta que para el cereal, pero tiene más rentabilidad.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

La lavanda en la actualidad es más que una simple planta. Los campos de lavanda de la Alcarria forman parte de la decoración y contribuyen a mejorar el verano en Brihuega. La visita a los campo nos permite descubrir todos los secretos de esta planta, cuyo aroma reconocible fascina y encanta a la vez, tenemos la oportunidad de visitar su cultivo, los campos de lavanda en flor más hermosos de toda la provincia de Guadalajara, y admirar las estaciones de floración cuando la exhibición cuando a mediados del mes de julio encontramos la flor en su mejor momento.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Se puede descubrir el aroma de lavanda en las fragancias más famosas de las mejores marcas de cosmética como: Chanel nº5, Mon Guerlain for Women de Guerlain, La vie est belle, Agua de Colonia, English Lavender, Brit Rhythm Floral For Her Burberry; Bvlgari pour homme, Lavande Eau de Parfum de Molinard, Dolce & Gabanna pour homme y Dior Homme, entre otros.

Desde la Edad Media, la lavanda se ha utilizado durante siglos por sus propiedades que son a la vez sedantes y antibacterianas.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Siempre ha sido apreciada contra las heridas leves y las pequeñas molestias, en procesos de dolores inespecíficos diarios, la lavanda es realmente la planta que estaba en los hogares en todo momento.

Por supuesto, puedes colocar las famosas bolsitas de lavanda en tus armarios para que tu ropa huela bien. Como infusión, hace milagros para el insomnio. En forma de aceite esencial, la lavanda se convertirá en su mejor amiga para las quemaduras y los golpes de baja intensidad.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

La lavanda, es apreciada por sus cualidades medicinales, conocida por su capacidad para repeler ciertos insectos y amada por su aroma fresco y floral que es aromático y ligeramente medicinal, ha sido recolectada en la naturaleza desde tiempos inmemoriales. Pero no fue hasta Álvaro Mayoral, el hombre que en 1963 llevó la primera planta de los campos de cultivo de lavanda en la Provenza a Barriopedro, una pedanía de Brihuega.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

En la actualidad hay una planta destiladora de la esencia de la lavanda, con capacidad para más de 200 kilos a la hora, y que está considerada como la mejor equipada de Europa. Nació un sector que da trabajo a unos 200 agricultores de la comarca. Se cultivan dos variedades: 250 hectáreas de lavanda que tiene un rendimiento de 30 o 35 kilos por hectárea, es fina y se utiliza para la alta perfumería, tiene aromas más ricos y una rentabilidad superior. El lavandín produce más por superficie, llega a producir unos 90 kilos por hectárea, incluso hasta de 110 kilos. Se consume en perfumería más económica, para ambientadores, y es más barato que la lavanda porque la calidad no es la misma. Aquí se producen 50 toneladas, de las cuales tres son de lavanda y el resto de lavandín 700 hectáreas de lavandina para decoración y perfumería. Millones de flores recogidas en la zona, pasan por los alambiques que tienen una capacidad para 2.000 kilos diarios de esencia.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

En concreto, la comarca produce más de cinco millones de plantas y ocho millones de toneladas de producción, un 50% del total de toda España.

Otro sector que se desarrolla gracias a los cultivos de lavanda es el de la apicultura. Durante el periodo de máxima floración de la planta, numerosas colmenas itinerantes son trasladadas desde Valencia e instaladas en torno a los campos cultivados para acercar las abejas a las flores. Desde la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha confirman que los colmeneros se instalan junto a esos cultivos previo permiso o acuerdo con los propietarios de dichos terrenos.

Los campos de lavanda ha inspirado a muchos poetas:

En un campo de mariposas
los sueños se esconden
tras la rosa...
de tu boca abierta,

lágrimas de frío acero
se deslizan en silencio
por campos de primavera,

y un coro de ángeles heridos
buscan amores huidos
en el bosque y en la pradera,

en los acordes del viento
muere mi amor
en campos de lavanda seca,

y en las esquinas del cielo
mi amor se deshace silente,
en lagos de madreperla.

AUTOR: JOSÉ ANTONIO PANIAGUA MARTÍNEZ.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

 

Danza mi alma enamorada
sobre tu aroma puro de lavanda.
Y con ésta brisa tan perfumada...
Se enamora mi SOL y en tu fragancia anda.(búsqueda)

Exquisito nutriente de tierra y vida.
Eres alivio para el sueño,
campo de flor mi Violeta prendida,
que aromatizas los caminos del ensueño.

Y con tanta belleza se respira un surco hechicero
siembra de aromas... A lo lejos parece un mar de violeta suavizado
y se asombran mis ojos al mirar con tanto esmero,
lo bello de tu suelo sembrado.

Quisiera tocarte y seguir paso a paso
lo Violeta de tu flor estrella.(anhelo)
Y con mis manos pintar un ocaso....
¡Donde mi libertad renace y huele a ella!

SOL.
Marisol Pérez.

Las piedras sueñan con ser plantas
Las plantas sueñan con ser animales

Los animales sueñan con ser humanos
Los humanos sueñan con llegar a los ángeles ...
Todo sueña

Y del sueño nace la vida
Quizás somos fruto de un sueño de Dios
Y ella, la lavanda, siembra silenciosamente
y va de incógnito por el carrusel de la vida
sirviendo humildemente donde Dios te ha puesto para servir ...
Cuántas vidas impactantes, de ídolos adorados y de hadas
no son huecos en cuanto a significado y contribución al bien,
mientras en su revolución silenciosa

vidas comunes pasan en el planeta trayendo paz y ejemplo dondequiera que estén.
Nada para ellos es pequeño ... se ponen de una pieza
en todas las acciones más sencillas y cotidianas que realizan.
En el inmenso campo de lavanda, las florecitas revolotean,
cada uno diferente del otro, y entregar su perfume
en el duro macerado al que el artesano los somete.
Sin estridencias, las almas buenas se dejan ablandar por las experiencias,
cooperando, mejorando, actuando silenciosamente,
convirtiéndose en el aroma del cielo, porque ...
tenemos que aprender a florecer donde Dios nos ha plantado.
Bindi

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

 

En estos momentos comenzamos la visita a los campos de lavanda de Brihuega. Las plantaciones de lavanda no se concentran en los mismos puntos, hay una zona donde en años anteriores se celebraba el festival que es el más visitado. Pero hay otros más lejanos que aunque también son masificados no hay tanta gente.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Nosotros elegimos los campos que se concentran en dirección a Malacuero-Solanillos del Extremo. Marchamos por la carretera GU-925 hasta llegar a los campos que pueden resultar más fotogénicos y que vemos que menos gente hay, que es además donde se celebra el Festival de la lavanda. Es un trayecto de uno nueve kilómetros por carretera algo estrecha, e incluso hay que pasar la propia Malacuera. Unos kilómetros más adelante aparecen los tonos morados de la lavanda. Sobre la carretera aparecen algunos apartaderos donde poder dejar el coche. Al principio están más llenos porque la gente suele concentrarse en los más próximos, por ejemplo vemos este situado en las coordenadas N 40.757676 W2.781147, pero los campos de lavanda son inmensos y ocupan varios kilómetros, nosotros seleccionamos los más alejados y menos concurridos. Nosotros paramos en varios de ellos entorno a las coordenadas GPS N 40.759768 W 2.761653 y disfrutamos de un entorno casi virgen, en algunos de ellos estábamos completamente solos.

Los consejos para sacar buenas fotos de los campos de lavanda, es ir con un vestuario de trajes blancos, esto hará mucho más destacado, los contrastes de colores, entre el ocre de las tierras, el morado de la lavanda y el verde los arboles.

Flores Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Hay que elegir zonas donde la tierra haga ondulaciones del nivel, donde este acompañadas de las encinas aisladas que nos presenta la zona y sobre todo si tienes restos de alguna edificio de piedra como el que pudimos contemplar en las coordenadas GPS N 40.759525 W 2.771591, esto impregna el paisaje de un romanticismo especial.

Otro consejo para la visita a la hora de elegir donde parar es que los campos son plantaciones particulares, así que es importante no pisarlo, tener mucho cuidado porque podemos dañarlo, y nunca os llevéis un ramillete. Ya sufre el ecosistema con la masificación de las fotos, pero sobretodo hay que respetar las plantas.

Mucho cuidado para los alérgicos a los insectos porque la floración de la lavanda supone una ocasión única para ver y sentir una alta concentración de abejas y abejorros que comen de la lavanda. Si sois alérgicos a éstas, los campos de lavanda puede ser un lugar hostil.

Otra recomendación, si tienes oportunidad, no vayas en fin de semana. Y si quieres una escapada romántica los campos de lavanda han sido elegidos por una de las cadenas musicales más importantes de España como uno de los viajes más bonitos y especiales para realizarlos en compañía intima. Muchas veces se piensa en un viaje romántico se imaginan paseando por la Provenza francesa con sus poéticos campos de lavanda. Color y olor unidos para crear una experiencia única y terapéutica. Pero no hace falta irse tan lejos, en España podemos disfrutar de ese espectáculo. A Brihuega se le llama el jardín de La Alcarria por esos campos únicos que se disfrutan especialmente en julio con el Festival de la lavanda. Con un poco de imaginación podrás sorprender a tu pareja con un lugar mágico y especial.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Cuando llegamos el sol todavía está muy alto y las lavandas emiten un color grisáceo que va subiendo de tono hacia el morado según el sol va bajando. Solamente necesitamos un poco de paciencia y aprovechas cada momento porque la lavanda tiene siempre un atractivo especial.

A nuestro lado no hay nadie, estamos solos, parece mentira pero podemos fotografiarnos sin molestar y sin ser molestados. Las hileras con los surcos de lavanda se adentra hacia el infinito, muchos terminan chocando con los escasos cultivos de cereales o de girasoles, en algunas zonas se puede ver la lavanda en grandes extensiones creando una gran alfombra, estas zonas son las limítrofes a las zonas cultivadas que han sido conquistadas sin intervención humana.

Aquí acabamos la visita a esta zona de los campos de lavanda. La segunda visita a los campos la vamos hacer a la zona más concurrida, tenemos que regresar hasta Brihuega y desde allí continuamos por la CM-2005 en dirección al monumento del Campo de Batalla de Brihuega (GPS N 40.788886 W2.850719), aunque en Google Maps se puede ver un parking, pero la realidad es que en esa época está totalmente vallado para evitar las aglomeraciones.

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

A lo largo de la carretera podemos ver varios parking habilitados, los primeros son los más masificados y los de más fácil acceso (GPS N 40.790607 W 2.848548). Nosotros seguimos unos kilómetros más alejándonos de las zonas más masificadas y paramos en un aparcadero situado en las coordenadas GPS N 40.8121218 W 2.819393 ).

Cuando llegamos a los campos el sol estaría cayendo por el oeste y la luz del atardecer era un momento fantástico para tomar fotos de paisaje. Es importante llevar un trípode y algunos filtros. Gracias a estos filtros podemos reducir la cantidad de luz que llega hasta el sensor y modificar la temperatura de color de la imagen.

Al reducir la cantidad de luz nos permite aumentar la apertura de diafragma. Con diafragmas abiertos (o valores bajos) como f/2.8 o f/3.5 nos permite jugar con las distintas variables aplicadas a la profundidad de campo, Esto nos permite enfocar a nuestra modelo dejando el fondo desenfocado, o contrariamente enfocar el fondo sobre la modelo.

Poco a poco la luz va desapareciendo y la noche se hace dueña del paisaje, lo mejor es retirarse. Nosotros volvemos parking de autocaravanas de Brihuega (Guadalajara). El ayuntamiento ha contratado a unos vigilanetes que se ocupan de facilitar el aparcamiento, situado en la calle María Cristina, es el parking del Colegio Nuestra Señora de la Peña, es gratuito y no tiene ninguna limitación que afecta a las autocaravanas. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N40.7648385 W 2.8735866.

Día 19 de julio (domingo)
Ruta: Brihuega (Guadalajara)-Yela-Brihuega-Muduex-Madrid

Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)

Nos levantamos en cuento sentimos como algunos coches aparcan en el parking, podemos ver que hemos pernoctado en compañía de varias autocaravanas que han llegado bien entrada la noche.

Salimos para ver los campos de lavanda más alejados en dirección de la localidad de Yela, la intención de llegar hasta este pequeño pueblo es poder ver el campo numero 26, se encuentra en la CM-2005, paramos en el apeadero situado en la posición GPS N 40.8400702 W 2.7875846. Más adelante continuamos para ver el campo número 27 paramos en la posición GPS N 40.822749 W 2.804177, está un poco más alejado de la carretera y no tenemos paciencia suficiente para llegar. Ambos, están sin público y es muy apto para fotografiarlos.

Aprovechando que estamos cerca de Yela vamos a visitar este pequeño pueblito tiene, en la plaza de la Olma, la Iglesia de Nuestra Señora de los Llanos, original del siglo XIII, que fue destruida durante la guerra civil y reconstruida a partir de 1950; es un buen ejemplo de románico alcarreño seguntino (hace referencia a los naturales de Siguenza).

Plaza de la Olama en Yela (Guadalajara)

El parking para autocaravanas en la localidad de Yela (Guadalajara) está situado en la misma plaza de la Olma, junto al edificio del consultorio, es gratuito y un buen sitio para la pernocta. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con N 40.8246589 W 2.7814603.

Yela es de estos pueblos que parecen deshabitados, tienes la misma sensación que en los pueblos sorianos, pero, enseguida hemos atraído a los chavales que vienen a curiosearnos, ellos nos cuenta que la iglesia solamente se abre los domingos a las 12,00 horas que es el momento que viene el cura para celebrar la misa semanal. Mientras, vamos a tener oportunidad de ver los detalles exteriores de su magnífica galería porticada.

Los chavales nos cuentan que la mayor parte son hijos de naturales de Yela que vienen todos los años a pasar las vacaciones. Según nos indican logran a duras penas todos los días hacer un equipo de futbol reuniendo a todos de varias edades.

La iglesia parroquial románica de Yela (GPS N40.8247025 W2.7814816) que, según los expertos, la datan desde el siglo IX hasta finales del siglo XII.

Iglesia de Yela (Guadalajara)

A pesar de su casi completa destrucción durante la Guerra Civil y su desafortunada (para algunos) reconstrucción en 1950, está considerada como un muy buen ejemplo del arte románico alcarreño-seguntino.

Lo más destacado de la iglesia es su atrio porticado con arcos de medio punto sobre columnas con decoración vegetal. La entrada al templo tiene varias arquivoltas semicirculares en degradación, con detalles en zig-zag y dientes de león. En la fachada contraria se aprecian restos de la iglesia original.

Según algún cronista, cuando la iglesia fue destruida la galería estaba cegada y se habían construido varias dependencias en su interior. También cuentan las crónicas que todavía conservaban algunos bonitos canecillos. La galería actual cuenta con un arco de ingreso además de otros once al sur y dos a poniente. Todos los arcos apoyan sobre columnas geminadas con capiteles campaniformes sin tallar.

La espadaña situada en los pies de la iglesia parece la original de estilo románico, pero algunos otros autores no la incluyen entre los vestigios del siglo XIII.

Atrio de la iglesia de Yela (Guadalajara)

El ábside de la cabecera construido en mampostería con bóveda de media naranja resistió a la guerra pero, en cualquier caso, ha tenido que ser bastante restaurado.

El elemento original del siglo XIII mejor conservado y más bonito de esta iglesia es la ventana del ábside. Tiene arco de medio punto que apoya en columnillas con capiteles vegetales y está decorado con “ochos”, que sin duda fueron una decoración muy apreciada en aquellos días ya que podemos encontrarlos en varias portadas e incluso alguna pila bautismal de la zona.

La portada por la que actualmente se accede a la iglesia es completamente nueva y es una copia a menor escala de la de Santa Clara, de Molina de Aragón, detalle que tampoco gusta a mucha gente. Curiosamente, en el muro norte sobrevivió al desastre, cegada y medio embutida en el muro, una modesta portada románica de tres arquivoltas en la que incluso podemos apreciar todavía un capitel vegetal.

El interior está totalmente rehabilitado, solamente podemos ver algunos vestigios del doble arco triunfal que separa el presbiterio de la nave con sus columnas y capiteles con decoración vegetal. Y el arco del ábside que destaca por sus sillares al estar todo revestido de blanco. Tiene una celosía de madera que cubre la mitad del paramento.

Altar Mayor de la iglesia de Yela (Guadalajara)

La decoración en el altar mayor, a la izquierda, una réplica de Nuestra Señora de los Llanos, y a la derecha, un Cristo crucificado de nueva talla.

Los pies de la iglesia tiene el coro de madera, el techo es de madera y se disponen numerosas tallas que nos indican que la iglesia sufrió mucho durante la Guerra Civil.

Un arcosolio, que era la antigua portada, alberga la pila bautismal de origen románico y que constituye el actual baptisterio, lo más destacado del interior.

Una curiosidad sobre la visita a Yela, descubrimos que en esa localidad desde 2012 se encuentra un almacén subterráneo de gas natural que ha acondicionado la empresa Enagás, aprovechando un acuífero salino fósil a 2300 metros de profundidad, con una capacidad cercana a los 2.000 millones de metros cúbicos para abastecer al resto de la península. El sistema inyecta gas durante los meses de baja demanda y lo extrae y distribuye cuando esa demanda crece, en los meses de invierno, generalmente.

Baptisterio romanico de la iglesia de Yela (Guadalajara)

Desde Yela decidimos volver hacia Brihuega para ver otro de los campos de lavanda cerca Brihuega y que ayer estaba muy concurrido, se trata del campo número 10, las coordenadas GPS N 40.7963369 W2.8572555.

Nada más aparcar nos sorprende una enorme tornado que pone en el aire los restos de paja del trigo recién cortado que hay depositado en las laderas del campo de lavanda. Tenemos suerte porque el clima no es demasiado caluroso y nos permite disfrutar de los campos en compañía de numerosos visitantes. Es difícil apuntar con el objetivo y no sacar una modelo haciendo selfies pero con un poco de paciencia conseguimos hacer unas fotografías, al menos, curiosas.

Decidimos continuar nuestro camino para ver los campos más alejados con la esperanza de verlos vírgenes, sin gente. Marchamos camino de la localidad de Muduex, nos separan 10 Km. Tiene dos campos donde se cultiva la lavanda: el campo numero 35, se encuentra a la entrada al pueblo en la CM-1000, en las coordenadas GPS N 40.825024 W 2.946444). El otro campo es el número 36 que se accede por un camino de tierra en las coordenadas GPS N 40.8226134 W2.9439834).

Parque recreativo en Muduex (Guadalajara)

Cuando llegamos a Muduex es la hora del almuerzo, el calor del verano se nota en esos momentos, decidimos parar a la entrada a la localidad en una zona muy sobria que tiene una gran arboleda con una fuente, es fantástico para comer.

El parking para autocaravanas en la localidad de Muduex (Guadalajara) se encuentra situada en el parque recreativo, es gratuito, lleno de mesas para poder comer, una fuente de piedra emana un agua fresca. Es un lugar ideal para la pernocta tranquila. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 40.8265348 W2.9559345).

Después de comer nos acercamos un poco con la autocaravana hasta el centro de la localidad para descubrir el pueblo. Aparcamos en el margen de la carretera de Muduex, donde se puede pernoctar porque la carretera GU107 no tiene tráfico.

Lo primero que hacemos es ir a visitar la iglesia de Muduex que se localiza en pleno corazón del casco urbano de la localidad. Elevado sobre un pequeño promontorio, que domina el conjunto de viviendas que se sitúan a sus pies, encontramos el templo parroquial. Su defensivo emplazamiento se dispuso sobre el anteriormente ocupado por uno de los costados de su antigua fortaleza, delimitado por una sólida barbacana de piedra, o singular alcorcillo.

Iglesia de Muduex (Guadalajara)

Su estructura original guarda una factura que reproduce con claridad las líneas maestras de la clásica tipología de la arquitectura románica, habitual en el conjunto de las iglesias de repoblación descritas en la comarca: edificio de planta longitudinal, compuesta por una sola nave de moderada anchura, rematado en su cabecera con dos elementos, un presbiterio recto cerrado por el típico hemiciclo, precedido por un arco triunfal semicircular. Desconocemos la ubicación que pudo respetar en un principio el primitivo campanario; la torre que apreciamos en la actualidad es obra postrera y está localizada a los pies. Apariencia externa que llevó a García López a describirla como sigue: “La iglesia, muy restaurada en varias épocas y aun desfigurada por habitaciones que se construyeron sobre su fachada principal, se comenzó en el período románico, allá a principios del siglo XIII; dato que nos asegura de que el pueblo es más antiguo de lo que consienten decir los documentos”.

En el exterior destaca sobremanera el sobrio alzado del cierre semicircular de su cabecera. El ábside, levantado en mampostería, se ajusta a su traza original y debió de contar en un principio con al menos tres pequeños vanos insertos en sus gruesos muros, de los cuales tan sólo perdura en la actualidad el dispuesto en la parte central del hemiciclo, recercado en este caso por una hilada de ladrillo, que enmarca una amplia ventana con arco de medio punto. Disposición que también se vislumbra en otro próximo al descrito, emplazado en esta ocasión en el cerco septentrional del mismo, recibido igualmente con ladrillo en el exterior y que se nos muestra oculto tras el ocre y deteriorado cubrimiento de mortero de cal que envuelve a la práctica totalidad del paramento. En el lado meridional, debió de abrir igualmente un vano semejante a los descritos, pero la posterior apertura en dicho lugar de una nueva estancia dedicada a sacristía, durante la ampliación del siglo XVI, cegó su salida, oculta ahora tras el muro que descarga sobre la nave.

Ábside de la Iglesia de Muduex (Guadalajara)

Durante las obras de reforma llevadas a cabo, se elevó la altura de la nave central, permaneciendo la altura inicial del ábside hasta una intervención muy reciente, último decenio del siglo XX, en la cual se alzó hasta igualarla con la de la nave. Dicha modificación resulta evidente al comparar la imagen del ábside, y la primitiva cornisa se desmontó por completo, reubicándola en el nuevo límite superior del muro, una vez ganada la altura requerida, hasta equilibrarla con la del contiguo presbiterio. La disposición previa queda reflejada por una pequeña hilera de teja cerámica, con un resultado estético no muy afortunado.

El templo fue reformado a finales del siglo XVI o principios del XVII. La nueva planificación abordó tres problemas fundamentales: aportar mayor amplitud a la nave central mediante la sobre elevación, tanto de la nave como del presbiterio. Ampliar sobre planta las dimensiones del edificio mediante la ejecución de nuevas dependencias añadidas, que se ubicaban a lo largo de toda su fachada meridional. Así como la reedificación de la maltrecha torre campanario. Dicha obra propició al mismo tiempo el levantamiento y reutilización de la cornisa de canecillos preexistente, que, al igual que en el ábside, coronan también tanto el muro meridional como el septentrional, hasta la línea que delimita el nuevo asentamiento de los tirantes.

Portada de la Iglesia de Muduex (Guadalajara)

La reforma, realizada sobre aparejo de mampostería, incluyó el uso de ladrillo, reservado al mencionado recerco de los vanos del ábside y a las esquinas de separación entre ábside y presbiterio y entre éste y la nave. Centrándose de manera primordial en la ampliación de espacios, tomando como base el muro sur, adosándole un nuevo cuerpo corrido, que abarca la práctica totalidad de la longitud de la nave, hasta las inmediaciones de la torre. En el mismo se suceden la nueva sacristía, adosada en la cara sur del presbiterio, levantada de mampostería con refuerzos de sillarejo en las esquinas y sendas capillas que flanquean, a ambos lados el tejaroz cerrado, del mismo aparejo y en esta ocasión recubierto con mortero como el ábside, que alberga en su interior a la portada románica.

Un sobrio pórtico de ingreso de gusto renacentista nos abre el paso al interior cubierto del cerrado atrio que cobija a la portada románica: está compuesto por sendas columnas exentas aupadas sobre un elevado plinto, en el que descansan fustes lisos. En estos exentos soportes apean los capiteles superiores, de orden jónico y ancho collarino rematado por reducidas volutas. Sobre él se asienta una estructura adintelada de madera, conformada por dos zapatas aupadas sobre los capiteles, que sostienen una viga corrida en la parte superior, que enmarcan una cancela de madera con herrajes.

Iglesia de Muduex (Guadalajara)

La portada románica está formada por un arco abocinado compuesto por tres arquivoltas semicirculares, gradualmente superpuestas sobre el grueso muro y truncado en su parte superior por el forjado del tejaroz que lo cubre.

Las arquivoltas se aprecian carentes de decoración, salvo la central, que se ornamenta con un bocel corrido en su vértice inferior, enmarcado entre una doble y estrecha hendidura labrada, que recorre tanto las dovelas como el intradós. La diferencia decorativa se advierte también en los elementos sobre los que se afianza; las dos primeras voltean directamente sobre simples pilastras sin más mediación que los ábacos de perfil cóncavo que las recogen. La rosca central, por el contrario, apea sobre columnas adosadas, alzadas sobre elevado plinto y basas clásicas. Los capiteles que las cubren muestran cestas envueltas por decoración vegetal, y cerradas en sus aristas superiores con pequeñas volutas.

La concepción de la portada obedece en definitiva a una factura clásica, marcada por la simplicidad, tanto de los elementos que la configuran como de la ornamentación que la acompaña. Pauta de claras reminiscencias cistercienses, reiteradamente respetada en la mayor parte de las parroquias vecinas estudiadas. Este conjunto de sencillas iglesias del románico rural alcarreño fueron realizadas en los primeros momentos de la repoblación. Y en gran medida comparten la seña de identidad común, propia de una época marcada por la escasez de medios y recursos disponibles para su ejecución. En su momento el mencionado conjunto aparecía “totalmente recubierto de sucesivas capas de cal”, adoleciendo también de un deficiente estado de conservación, que lo había privado de su original encanto. Una acertada y reciente intervención, además de despojarle de las sucesivas pátinas de cal que le habían sido aplicadas, restituyó parte del material deteriorado, permitiéndonos participar de una visión más cercana a la que pudo tener en un principio.

Torre de la iglesia de Muduex (Guadalajara)

La torre, de factura posterior, cuenta con tres cuerpos, el inferior realizado en irregular sillarejo de piedra, y los dos superiores, de estilo neomudéjar, que se alzan sobre paramento de ladrillo, con el uso de un aparejo entrelazado característico de la mencionada tipología. Con este mismo material se cierran también los remates externos tanto de los contrafuertes, como de los esquinales del presbiterio y el ábside semicircular y el de uno de los cuerpos adosados. En el cuerpo superior se abren sendos vanos semicirculares para las campanas, recercados de una pequeña cenefa de ladrillo, en cada uno de los cuatro lados que la componen. La cuadrada torre aparece rematada con una estructura triangular, levemente cubierta por un oscuro relieve superficial que simula un ficticio tejadillo a cuatro aguas, cada uno de cuyos lados permanecen abrochados, en su ángulo superior, con una especie de piña invertida que la corona.

Los dos últimos cuerpos, de factura neomudéjar, fueron levantados con posterioridad a la visita del autor, quedando concluido en el primer tercio del pasado siglo XX.

Arquitectura de Muduex (Guadalajara)

Una vez superado el umbral de su portada principal, accedemos al interior del edificio. Compuesto por una sola nave que nos muestra sus austeras paredes completamente blanqueadas por una capa de yeso –que cubre la práctica totalidad de su paramento–, y carentes de manifestaciones artísticas significativas con las que adornarse. Sobre sus recibidos muros se alza una interesante cubierta mudéjar, articulada mediante un sólido armazón compuesto por pares sustentados sobre tirantes, que se refuerzan a media altura con el socorrido nudillo. Partiendo de este altillo, la estancia se prolonga hacia la cabecera, en cuyo tránsito topa con el descarnado aparejo de irregular sillarejo, sobre el que se asienta el limpio cerco que configura su arco triunfal. Este arco semicircular, con claras reminiscencias románicas, está compuesto por dovelas de refinada sillería trazada en piedra y desprovista de capa de mortero u ornato alguno que pudiera desvirtuar la contemplación de su simple estructura. Ausencia de decoración que afecta a la totalidad del conjunto, con la salvedad el escueto bocel que subraya su línea de imposta, y remata sendas pilastras sobre las que se recoge. El recto presbiterio se ha visto despojado de la clásica bóveda de cañón con que debió de culminar sus rectos muros, para ser sustituida por una novedosa solución, adoptada en la reforma del siglo XVII, instalando una cúpula de casquete rebajado.

Plaza Mayor de Muduex (Guadalajara)

En esta cabecera se ubicaba, hasta la primera mitad del siglo XX, su notable retablo principal. Destacada obra plateresca, elaborado en el siglo XVI, del que en la actualidad tan sólo queda una de las tablas de su calle central, tras su destrucción durante la guerra civil.

Después paseamos por un pueblo desértico, las estadísticas indican que tiene unas 100 personas residentes, comprobamos que la arquitectura es muy variada, aunque predominan las casas de adobe, otras son de mampostería, y las menos son de sillería.

La calle del paseo del Prado nos conduce a la zona más destacada, se trata de la plaza Mayor, donde se encuentra el edificio consistorial (GPS N 40.8293378 W2.9593763), es quizás uno de los más representativos de la localidad.

Aquí damos por concluido es viaje soñado a los campos de Lavanda de Guadalajara. Solamente nos queda regresar a Madrid, cuando llegamos el indicador parcial de vehículo indica que este fin de semana hemos recorrido 250 km., los doy por bien aprovechados.

Paisaje de la Alcarria (Guadalajara)

 

-FIN-

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© Fotografías y textos son propiedad:

Ángel López

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